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Discos chilenos destacados de 2014
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8 años agoon
La música chilena se basa en estos momentos en la independencia, con pocos sellos que logren notoriedad como tales, como sí ocurre con Quemasucabeza, Beast Discos, Sudamerican Records, Cápsula Discos o Algo Records, pero que también tienen a la independencia como principio basal. Por ello, los caminos sonoros son muy variados, y al momento de revisar lo más destacado de los lanzamientos chilenos en 2014, podemos ver a nombres consagrados como Ana Tijoux lanzando su disco definitivo para convertirse en ícono (“Vengo”) o debutantes como Adelaida que, con “Monolito”, dejan en claro que la renovación de la música chilena existirá a punta de potencia y buenas composiciones.
Otro fenómeno interesante es la introducción de músicos de formación clásica en la música popular, como ocurre con los excelentes álbumes de Juan Pablo Abalo y Felicia Morales, que logran converger elementos de su formación con lo que han aprendido de la mano de exponentes del pop nacional.
La independencia absoluta mueve a varios nombres de esta lista, como Javier Barría, Natisú o VariosArtistas, y ha sido el camino para el desarrollo lento pero seguro de propuestas musicales sólidas, y que nos permiten mostrarles este listado totalmente subjetivo de discos, sean larga duración o EPs, más destacados en 2014 (en orden alfabético, al igual que nuestra lista 2013), sin distinguir entre estilos o géneros, todos por igual, a ver si les llama la atención algún nombre que quizás no dominan, y se animan a escuchar (están enlazados a streamings). Al final, la idea es esa, generar curiosidad para que más gente escuche todos estos grandes discos.
Adelaida – “Monolito”
La banda de Valparaíso había logrado tener desparpajo noventero y altos decibeles tanto en vivo como con “Narval”, su EP debut de 2012, pero con “Monolito”, su primer larga duración, consigue también alta calidad en el estudio, lo que ayuda a analizar la fuerza encapsulada que presenta su propuesta, donde el grunge a veces también se hace presente. Con la ayuda de Pablo Giadach (The Ganjas), el sonido de “Monolito” es tan enorme como digerible, y Jurel Sónico, Natalia Díaz y Gabriel Holzapfel le ponen valentía e hidalguía a su obra, haciéndose cargo con orgullo de sus influencias, sin dejar de tener una voz propia enorme, y eso es excelente para una ópera prima.
Ana Tijoux – “Vengo”
Nadie lo va a descubrir ahora. Ana Tijoux es la cantautora más destacada de nuestro país fuera de las fronteras. El problema es que aquí, en Chile, el hip hop es mirado con desdén y muchas veces con desconfianza. Tal vez eso demoró el reconocimiento transversal a la carrera solista de la ex Makiza. Con “La Bala” (2011) le llegaron los halagos, y con “Vengo”, lanzado en marzo pasado, Tijoux consolidó su propuesta musical, mezclando el hip hop con el soul, r&b, ritmos latinos, pop y mucho más. Sin atarse a un género musical, lo que le importa a Ana son las canciones y los mensajes que estos entregan. Orgullosa de sus raíces y su gente, Tijoux entrega un álbum sólido e inolvidable.
Ases Falsos – “Conducción”
No cabe duda que Ases Falsos genera odios y apoyos. Hay quienes no entienden el fanatismo que producen, y hay quienes no comprenden cómo se les critica de la forma en la que se hace. Sin extremos, todos pueden reconocer que en “Conducción”, segundo larga duración del combo de Cristóbal Briceño, Martín del Real, Simón Sánchez, Francisco Rojas y Juan Pablo Garín, hay grandes canciones y una producción que supera con creces a “Juventud Americana” (2012), que ya tenía actitud a raudales, aunque con ciertos ripios técnicos. “Conducción” gana en matices, control de la propuesta y capacidad de congregar a diferentes públicos ante un pop sin prejuicios y lleno de aspiraciones de grandeza.
Atomic Aggressor – “Sights Of Suffering”
El año pasado destacábamos el disco debut de Pentagram Chile, “The Malefice”, y este año, hace unas semanas, otras glorias del death metal de los ochenta lanzaron por fin su disco debut. Atomic Aggressor, tras tener toda una historia a su alrededor, decidió lanzar su álbum “Sights Of Suffering”, que no sólo es un trabajo lleno de calidad, sino que también mantiene de forma fidedigna las raíces de una banda que en los ochenta generó un material al más puro estilo vieja escuela, tal como demuestra el primer single “Faceless Torment”, y que en once tracks deja en claro que el cuarteto tiene las capacidades al máximo para inundar el presente de potencia, historia y amor por el metal.
BBS Paranoicos – “Cruces”
Pocas bandas han tenido la solidez y consistencia en el rock chileno como BBS Paranoicos; desde el punk sin prejuicios, y con el trabajo y convicción como elemento unificador de su propuesta. “Cruces” no es la excepción en este camino, y si algo distinto encontramos en este álbum, el primero de temas inéditos en seis años del cuarteto, es la actitud puesta en cada canción. A punta de poder, los BBS dejan en claro su lugar en la escena del punk nacional, sin subestimar a su público ni a sí mismos. “Cruces” es un gran disco, que en 39 minutos bombardea con riffs que recuerdan los grandes momentos de su carrera. Un grandes éxitos de temas inéditos, con huevos y experiencia en pleno.
Cevladé – “La Casa de Astaire”
Pocos raperos en Chile consiguen lo que ha armado Wladimir Espinosa, más conocido como Cevladé. En nuestro país, el hip hop sigue supeditado a circuitos donde se trabaja con más ganas y sangre que con un sonido profesionalizado o escenarios dignos para los exponentes del género. Por eso, lo que logra Cevladé con “La Casa De Astaire” es gigantesco. No sólo despacha un disco con un sonido perfecto, sino que además viene con líricas intrincadas, un concepto claro e ideas directas y llenas de inteligencia. Por si fuera poco, Cevladé despacha su acostumbrada actitud, sin concesiones, directo a la yugular y a la neurona. Un lujo en todos los sentidos para el hip hop y la música nacional.
Cómo Asesinar A Felipes – “V”
CAF, sin duda, es una de las bandas más interesantes del país, y se caracteriza por hacer que su sonido tenga una identidad y conceptos muy claros, al mismo tiempo que logra estar en una evolución constante y arriesgada. “V”, su quinto lanzamiento de estudio, en la forma de un EP de cinco canciones de cinco minutos de duración, donde el quinteto que lleva en la voz las líricas e interpretación de “Koala” Contreras, desarrolla su último asesinato, en una operación llena de siniestra autoconsciencia y sonidos coherentes en todo momento. La mezcla de jazz y hip hop ha evolucionado hacia un ente único, y Cómo Asesinar A Felipes no frena su tranco ganador, a su pinta y a su modo.
Cóndor Jet – “Sin Lugar”
El año pasado ya habíamos destacado “Anillos”, el álbum debut de Cóndor Jet, y el segundo disco del trío llegó rápido, un año después. “Sin Lugar” no se condice con su título, principalmente porque consolida la propuesta de un grupo que ya nació con una identidad bien clara. Antonio Del Favero, Nicole L’Huillier y Tomás Vidal se mueven desde el dream-pop más terrenal del debut hacia algo más etéreo, como se observa a ratos en “Sin Lugar”. Aunque para muchos no sea el disco más potente, la calidad de la producción de Cóndor Jet es alta, y las canciones están muy bien desarrolladas, y “Sin Lugar” resulta un buen álbum de transición hacia terrenos más oníricos y, a la vez, concretos.
Electrodomésticos – “El Calor”
El año pasado, Electrodomésticos sacó su cuarto disco de estudio en 29 años de historia, el gran “Se Caiga El Cielo”. Tras un reconocimiento transversal en 2013, tal vez inédito para el grupo fundado por Carlos Cabezas y Silvio Paredes –quienes desde 1984 tienen a la experimentación como su bandera de lucha y a las canciones un instrumento para el arte-, lanzaron el EP “El Calor”. Cuatro tracks breves pero muy contundentes, suficientes para ver que la evolución de Electrodomésticos no para, que Cabezas cada vez domina mejor los fraseos, y que Paredes y Edita Rojas son mucho más que meros músicos. Aunque nos hagan esperar dieciséis años o dieciséis meses, la calidad sigue intacta.
Errante – “Punto De Quiebre”
A veces no hace falta más que actitud y canciones para entender una propuesta. El tercer disco de los rancagüinos Errante, “Punto De Quiebre”, no es el disco mejor producido del año ni tiene el mejor sonido. Sus declives van por este lado, pero sus fortalezas están en la forma de apropiarse de sus influencias desde el nü metal, el rock y metal alternativo, y en la manera en la que el trío construye pasajes instrumentales llenos de convicción, anticipando que el camino de los rancagüinos debe y va a ir en ascenso constante. Más que un punto de quiebre, este álbum es el punto de giro de la historia de una banda que, si logra profesionalizar más su sonido, conseguirá grandes cosas.
Fakuta – “Tormenta Solar”
Pop bailable sin vergüenza alguna de ser pop bailable. Todo lo contrario. Orgulloso pop bailable, sintético, eléctrico, pero lleno de alma, sangre, vida y sabor. Eso es lo que ofrece Pamela Sepúlveda, más conocida como Fakuta, con su segundo álbum “Tormenta Solar”, donde deja los terrenos calmos de la ternura y los sentimientos a flor de piel que inundaban “Al Vuelo” (2011), para meterse y meternos de lleno en la pista de baile. El trabajo de producción de Pablo Muñoz es espléndido, y los invitados (Bronko Yotte, Coiffeur, Cristóbal Briceño, Violeta Castillo) logran poner sus matices sin distraer de la coherencia del trabajo completo, acogedor e intenso, a su propio y sensual ritmo.
Felicia Morales – “Agosto”
Una apuesta del sello Quemasucabeza ya había sido lanzar “Felicia EP”, trabajo solista debut de Felicia Morales, un breve 7’’ de cuatro tracks. Pero el desafío mayor, poco explorado en la música de carácter más “comercial”, era el lanzamiento de un disco completamente instrumental hecho por la colaboradora habitual del pop nacional. Su apuesta por lo cinemático, atracción por la melodía y por las posibilidades del cello se exacerban de manera clara y coherente en “Agosto”, su primer álbum, que con belleza y un desarrollo instrumental con dramatismo, confirma que Felicia puede elaborar conceptos complejos y dejarlos en claro de la forma más complicada: sin mediar palabra alguna.
Javier Barría – “Folclor”
La primera y prolífica etapa de la carrera de Javier Barría, demostró las habilidades del cantautor y la construcción de una voz propia cada vez más empoderada. Pero de un tiempo a esta parte, Barría ha decidido tomarse las cosas con más calma, y la apuesta ha rendido frutos, como se nota con “Folclor”, el excelente sucesor de “Llorar En La Calle” (2012). Con temas llenos de un sentimiento melancólico, solitario, y con la vibra de las vivencias personales en cada capa sonora y cada verso, Barría construye su propio folclor, arma animitas, construye imaginarios propios y narra crímenes. “Folclor” es la consolidación de un autor destinado a la grandeza, hablando desde la modestia.
Juan Pablo Abalo – “Como Un Animal”
Pocos autores se mueven con tal naturalidad entre la música docta y la música popular, pero Juan Pablo Abalo, con algunas experiencias previas en la confección de canciones, da el paso definitivo con un set de “nueve baladas de amor y misterio”, como versa el subtítulo de “Como Un Animal”. Un disco al borde de la perfección, lleno de sensualidad y donde las canciones se pueden ver como un todo, y no como partes escindidas y analizables por separado. Es un disco que podría ser sexy y punto, pero Abalo se las arregla para dotar de un aura oscura e intrigante a cada track, y con la producción de Pablo Muñoz y Milton Mahan para darle esa cuota de pop que hace irresistible a este álbum.
Manuel García – “Retrato Iluminado”
Es inentendible a estas alturas la forma en la que se le cuestiona a Manuel García, un cantautor de probada trayectoria y una evolución musical evidente, cuyo último eslabón es el álbum doble “Retrato Iluminado”, paso ambicioso que logra funcionar por la cantidad de matices que fue capaz de poner en el registro. Ayudado por su nuevo segundo a bordo, el guitarrista Ángel Parra, Manuel se mueve entre canciones Springsteen-escas como “Raíces”, y otras con raíces populares, como la que le da nombre al disco. “Retrato Iluminado” muestra a un Manuel García cada vez más variado y seguro de lo que puede hacer, de innegable calidad y relevancia en la música chilena de carácter masivo.
Martín Pescador – “Un Fulgor”
Ariel Acosta es intenso. El músico, de amplio recorrido en el mundo más under, lanzó su debut como Martín Pescador, “Somos Los Mapas”, en 2012, y no disminuye esa potencia de desgarro emocional en su álbum 2014, “Un Fulgor”. La diferencia es que ahora se extienden los territorios y se pintan verdaderos paisajes, donde no sólo existen sensaciones desde el sonido, sino que también desde la construcción de las canciones. Sea con un banjo, con guitarras limpias, o con su voz, Martín Pescador genera un recorrido oscuro, grisáceo, pero al mismo tiempo lleno de colores, que genera empatía y también resignación, volviendo al oyente en parte de este pesar, brillantemente expresado.
Matías Cena – “Casa Sin Fuego”
La gente se apresura en categorizar a Matías Cena y tildar su música como country o como el folk más gringo, casi como si estos sonidos no tuvieran mucho que hacer en Chile. Pero basta con escuchar el trabajo que hizo Cena con Los Fictions, y su debut solista “Casa Sin Fuego”, para entender que hay una labor mucho más vasta para apropiarse de un sonido, en apariencia lejano, y así acercarlo de forma brutal, visceral y con vida propia a un Chile que mira a estos géneros como bichos raros. El sonido logrado por Matías Cena es íntimo pero no lastimoso, cálido pero no abrasante, oscuro pero cool, y era el paso lógico para un cantautor que hace lo que cree conveniente, triunfando siempre.
Natisú – “La Historia”
Siempre desde la independencia, no sólo para sí misma, sino que también en línea con muchos otros músicos y creadores, Natalia Suazo ha generado vitrinas para las canciones ajenas y también las propias. Aunque ya tenía otros discos, “La Historia”, lanzado este año y co-producido por ella y Felipe Cadenasso (Matorral), es su primer álbum que tiene todos los ingredientes para triunfar en todas partes, y también es uno de los mejores registros del año con su minimalismo de detalles cuidadosos, letras devastadoras y variedad en los colores dispuestos por Natisú, logrando un álbum profundo, que no se digiere de inmediato, pero que cuando se consigue denota una belleza sobrecogedora.
Prehistöricos – “Nuestro Día Vendrá”
Su día llegó sin dudas. Tras años siendo vistos más como un proyecto o como una banda “ocasional”, Prehistöricos demuestra con “Nuestro Día Vendrá” que su sonido cada vez es más pop, y que cada vez puede apelar a más gente. En el lanzamiento del disco en el Teatro Diana la gente cantó a gritos “Dos Planetas” o “Que Suba El Momento”, y para Tomás Preuss y “Jeca” Romo el momento es el ahora, y tienen un sólido disco a su disposición para eso, con producción a cargo de la dupla más requerida del año, Milton Mahan y Pablo Muñoz, que logran pulcritud pop sin sacrificar lo emocional de las letras e interpretaciones de la dupla prehistórica, cuyo día llegó, y es grandioso.
Protistas – “Nefertiti”
Algún desalmado le robó los instrumentos a Protistas, pero nadie le puede quitar a la banda las canciones, y muchas de las mejores de su catálogo se encuentran en su tercer disco, “Nefertiti”, donde Álvaro Solar y los suyos logran su registro más variado, corriendo más riesgos sin perder una gota de su esencia, respetuosa siempre de las guitarras y su sonido, expandiendo los terrenos que van pisando en los doce tracks que componen el sucesor de “Las Cruces” (2012). Esta vez trabajando con Quemasucabeza, el cuarteto logra su registro más profesional y diferente, triunfando sobre todo vestigio duda que pudiera haber existido alguna vez, dominando su obra con talento y madurez.
Recrucide – “Svpremacy”
El mejor disco de metal chileno del año es tan profesional como sólido, tan exportable como disfrutable, y genera tanto orgullo como afición por él. El quinto álbum de la banda santiaguina Recrucide, es el paso más arriesgado y el que muestra un mayor golpe de evolución de parte de la agrupación, no reinventando su sonido o tomando caminos diferentes, sino que ahondando en los ya recorridos, logrando internacionalizar su sonido y reafirmando su identidad en tracks como “God Didn’t”, “Vultures On The Prawl” o “Hipócrita”, donde Hernán Muñoz, Cristián Medina, Fernando Varas y Rodrigo Zepeda logran interpretaciones soberbias y que presagian grandes cosas para el cuarteto.
VariosArtistas – “Gol O Penal”
Autodefinida como una “banda de música no-experimental”, VariosArtistas reúne a varios solistas y músicos de grupos independientes nacionales, que se juntan a armar discos, y grandes discos. El último lanzamiento de este colectivo encuentra las mejores canciones, y el registro más coherentemente armado por parte del cuarteto, con composiciones de Diego Lorenzini (Tus Amigos Nuevos) en su mayoría, pero que destilan el espíritu colaborativo en la interpretación, con un sonido cálido, cercano, con un aire amateur cautivador (“Trato De Blancos”), mezclado con la excelencia en las interpretaciones (“Bobos”) y trazos sencillos pero notorios que empapan el tremendo “Gol O Penal”.
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No importa si se trata de nombres nuevos o consagrados, no queda duda de que este año trajo consigo varias grandes obras en distintos estilos. 2022 queda atrás y es tiempo de nuestros recuentos revisando lo mejor en el cine y la música durante la temporada, siendo en esta ocasión el turno de los discos internacionales que más destacaron en los últimos meses. Desde figuras siempre presentes en este tipo de publicaciones, hasta nuevas incorporaciones, el año tuvo una diversidad de sonidos y conceptos que fueron ejecutados de manera impecable por los artistas acá presentes.
Como cada año, nuestro equipo propuso, escuchó, evaluó y seleccionó un cuidadoso listado durante todos estos meses, para así entregar los que son, a nuestro parecer, los discos más destacados durante el período del 3 de diciembre de 2021 hasta el 1 de diciembre de 2022. Más allá de subjetividades, consideren esta lista como una guía de los títulos que más disfrutamos durante este año, esperando también que puedan encontrar alguno que les llame la atención o, por qué no, a su próximo artista o disco favorito. Sin mayores preámbulos, los dejamos con nuestra lista de los mejores 50 discos de 2022.
Si quieres escuchar los álbumes, haz clic en la imagen de cada uno.
“Diaspora Problems”
Soul Glo
Acechando desde las tinieblas del under e influenciados por diferentes vertientes de la música negra, Soul Glo irrumpe en los radares mundiales vomitando energía a través de versos furibundos, con rimas y riffs que merodean en búsqueda de trifulca. Encausando múltiples estímulos del mundo callejero a través de la energía hardcore del sonido east coast, el cuarteto de Filadelfia incorpora además la agresividad y excentricidades del trap con naturalidad, redibujando esa ambigua etiqueta denominada “música urbana”. Transgresor en cuerpo y alma, “Diaspora Problems” refleja la mirada de un grupo de hijos de migrantes sobre la violencia y marginalidad vivida entre callejones y baldíos de nuestras metrópolis.
“And I Have Been”
Benjamin Clementine
Benjamin Clementine logra que los vacíos que deja el sonido minimalista se conviertan en un foco, casi como el lente encuadrando detalles al filmar una película. Melodía, letra, poesía, fuerza y ansia artística se respiran en cada rincón de su álbum más directo y accesible, pero no por ello menos elaborado. El manejo de melodías y relatos es algo que el artista implementa con maestría, acercándose a lo cotidiano y lo mundano sin dejar de sonar celestial, en especial en los arreglos, tanto vocales como de cuerdas, y en su propia voz. Pocas veces la pena, la angustia y las disputas internas suenan tan elegantes y brillantes, menos aún con este halo de integridad artística que baña de épica cada escucha.
“Malign Hex”
Meat Wave
Post punk y noise es lo que suda Meat Wave en su cuarto disco de estudio. Los de Chicago se vuelcan a una forma más primitiva y natural de ejecución, donde expulsan con mayor intensidad y velocidad una propuesta sonora que goza cada vez más de nuevos adeptos. “Malign Hex” es breve y veloz, un disco pensado sin mayores sobresaltos y con una estructura al grano, que no da pie a mayores sutilezas que acompañen bajo, guitarra y batería, sólo 10 certeros golpes al mentón entre un tímido baile. Es interesante cómo conjugan justamente los brillos del noise con las claves típicas del ensueño post punk que ya han revitalizado bandas como Protomartyr, Shame o Fontaines D.C. Si bien, Meat Wave no ofrece mayor originalidad, explota con destreza un recurso donde lo certero es clave, manteniendo una tensión constante y resolviendo con oficio con una receta básica.
“Melt My Eyez See Your Future”
Denzel Curry
Dando un nuevo paso en su ascendente carrera, Denzel Curry sorprende con “Melt My Eyez See Your Future”, su quinto larga duración y una demostración de las capacidades que el rapero tiene a la hora de gestar un relato coherente, potente y más orgánico que los estilos a los que suele recurrir, donde no solamente se expande sonoramente, sino que también presenta distintas caras de su multifacética presencia. Entre incontables colaboraciones y referencias a la cultura popular y la estética del hip hop más clásico, el oriundo de Florida se muestra diverso y establece de manera definitiva las bases para seguir su obra en el futuro, el que seguramente estará marcado por capítulos tanto o más interesantes que este.
“BADモード”
Hikaru Utada
El autoconocimiento es algo que viene con el tiempo, desde experiencias e interactuar con otros, y Hikaru Utada entiende que esa reflexión no se termina. Por ejemplo, elle (en respeto a su autodefinición) primero se rebeló contra los pronombres de género y luego se definió como persona no binaria; la electrónica que dominó sus trabajos anteriores dio paso también a sonidos más orgánicos y, en medio, canciones bailables, pero llenas de tristezas compartidas. Empatía en dosis saludables y dolores en espacios seguros, entre el city pop, disco, R&B y más estilos que se complementan con composiciones que relucen la madurez en la voz de le artista, ícono del jpop no sólo en su forma de cantar, sino en la solidez estructural del LP.
“Where Myth Becomes Memory”
Rolo Tomassi
A través de un fluido viaje de intensidades, “Where Myth Becomes Memory” se perfila como la muestra del extendido proceso artístico recorrido por Rolo Tomassi. En su sexto álbum, los ingleses enfocan su mirada hacia los sonidos etéreos, tomando nota de géneros como el dream pop para añadirlos a la fórmula donde también habitan influencias cercanas al mathcore. En un vaivén permanente, la banda logra plasmar la dualidad de emociones que conduce este disco, donde pasajes agresivos conviven armónicamente con aquellos momentos de mayor sutileza e intimidad. Liderados por la dupla Eva Korman y James Spence, Rolo Tomassi consolida una etapa de crecimiento mediante un trabajo donde prima la melancolía y amplía sus horizontes.
“Zeal & Ardor”
Zeal & Ardor
Tras casi un año entre la publicación de su primer single promocional y el álbum, Zeal & Ardor hizo valer cada segundo de espera por su nuevo LP. Como si hubiese sido intencional, por cada mes de espera, Manuel Gagneux incorporó un estilo musical en su ecléctico proyecto, reafirmando su posición de vanguardia en el metal. Con naturalidad y sin tapujos, el músico logra combinar ritmos tan dispares como los son el blues y góspel con el black metal, dando por resultado un trabajo lleno de matices, a su vez reinventando aquellos cantos que por siglos alzaron al viento los esclavos traídos desde África, reconfigurando su sentir, en un ejercicio que para liberar almas está dispuesto a desgarrar carne.
“II”
Dead Cross
Una aplanadora sin contemplaciones es lo que entrega Dead Cross con su segundo trabajo de larga duración. El proyecto que ve a Mike Patton asomarse por las vertientes del hardcore punk al más puro estilo de la escena ochentera, entrega un disco muy claro en sus intenciones, sin escatimar recursos para desenvolver su carácter de una manera lúdica y violenta, con la siempre inquietante fuerza interpretativa del frontman. Una sección rítmica de lujo, coronada por las punzantes baterías de Dave Lombardo, hace de este disco un esencial no sólo de la temporada, sino que también de un artista tan relevante como Patton, que se encuentra en un prolífero y maduro punto de su extensa carrera con múltiples proyectos.
“BLUSH”
PVA
El trío londinense no revoluciona el género, pero sí refresca el panorama con “BLUSH”. La receta de la banda es simple: acercarse lo más posible a todos los recursos del synthpop, el dance, la electrónica y sus derivados, con diferentes estados de fervor, intensidad y oscuridad. Así, el álbum se mueve entre la voz de Ella Harris y Josh Baxter, quienes marcan sus diferentes ritmos y pausas. Dentro de la música electrónica y bailable, PVA propone nuevos aires que, si bien no son arriesgados, recuperan ciertos pasajes de un estilo que necesita reinventarse. En sencillos como “Bad Dad” la banda conjuga en extremo su destreza entre lo sintético y lo análogo. Para los fanáticos del género, PVA se enlaza muy bien con lo que hacían bandas como Ladytron, por ejemplo.
“Fear Of The Dawn”
Jack White
En una de las decisiones más inesperadas para un artista como Jack White, publicar dos álbumes este 2022 sirvió para analizar en profundidad su obra, principalmente con “Fear Of The Dawn”, disco más eléctrico y experimental en comparación a su sucesor “Entering Heaven Alive”. Acá, el guitarrista se expande sonoramente y entrega arreglos refrescantes a una fórmula que con los años hizo propia, funcionando para dejar contentos a sus seguidores de la vida, así como a los curiosos que busquen un nuevo álbum de rock en tiempos como estos. Jovial, atrevido y despojado de las etiquetas, el guitarrista muestra una de sus facetas más maduras y sólidas con otro capítulo en su larga carrera.
“Gnosis”
Russian Circles
Con su octavo trabajo, Russian Circles abraza mucho más el metal que en otros discos, demostrando cuáles son sus intenciones e influencias. Y es que el consejo de Kurt Ballou en la producción los ha llevado a nuevos límites sonoros y compositivos. “Gnosis” asoma como un disco breve pero intenso, lleno de capas y detalles. Esos riffs que antes Mike Sullivan administraba de manera más textural y con el uso de loops, ahora resuenan de manera más cruda y directa, siempre acompañados de profundos bajos, y una furiosa y ordenada batería. “Gnosis” es uno de los trabajos más duros de Russian Circles, donde la inspiración se centra en profundizar ese sonido más ligado al sludge y al post metal, trabajando por capas y haciendo del trío una experiencia más robusta.
“The Line Is A Curve”
Kae Tempest
Como un ejercicio de auto reconocimiento y una necesaria comprensión de su entorno, Kae Tempest irradia energía en su urgente rima con “The Line Is A Curve”, álbum donde las historias de carácter más contemporáneo toman forma y fondo mediante los contrastes propios de lo personal y colectivo, factores esenciales para comprender la narrativa y forma de interpelar que tiene Tempest en su trabajo. Con un hip hop que no teme incorporar otros estilos, la obra progresa dramáticamente mediante la interpretación de experiencias, análisis de la sociedad y sus conductas, además de una convicción muy en tono con la manera en que Tempest despacha cada palabra, siempre de forma prosaica, resiliente y lo más honestamente posible.
“Warm Chris”
Aldous Harding
La manera en que se funden arpegios acústicos y eléctricos junto a la suave voz de Harding, dan cuenta de su atractivo y sólido rango. En un contexto más minimalista, la compositora neozelandesa se atreve con toques de electrónica muy sutil, jazz y pop, casi emulando a Broadcast, con cuerdas y teclas como protagonistas. “Warm Chris” es cálido y sencillo, pero lo que lo hace robusto y completo es su paseo por esos elementos; una pizca de cada uno para un sonido original con su clásica receta de voz, la que se disfraza en cada track según lo que propone en su revoltoso folk. La experiencia a través de los movimientos que propone “Warm Chris” no hace recordar a primeras la música anterior de la artista, sino que funciona como invitación a un descubrimiento personal e íntimo hacia sus propias inquietudes, pero de forma tenue y pausada, dejando trazos de clásicos en cada compás.
“A Gut Feeling”
Cassels
Claramente no fue parte del plan, pero el resultado deja claro que el dúo inglés fue uno de los que se benefició con la pausa de la pandemia. Si bien, la propuesta de la banda siempre se sostuvo en base a riffs directos y contagiosos, el tiempo extra para trabajar en el nuevo álbum permitió que perfeccionaran la fórmula. Mientras en lo narrativo lucen más punzantes y críticos que nunca, es en lo musical donde la banda corre el kilómetro adicional, explorando estilos que van desde el math rock al post punk, pasando incluso por momentos de pop de una manera equilibrada y atractiva. Líderes de un revival desde antes de que este lo fuera, el tiempo de los hermanos Beck parece finalmente haber llegado.
“NOT TiGHT”
DOMi & JD Beck
El joven dúo DOMi & JD BECK irrumpe con un debut que mantiene en completo equilibrio la suavidad y frenética naturaleza de un sonido virtuoso, y construido en base a una naturalidad y estructura rítmica sin titubeos. Con “NOT TiGHT”, estos músicos llevan los elementos esenciales del jazz fusión hacia las nuevas generaciones, proyectando una infusión de estilos de los 70 con una mirada moderna y que carga con el peso del aprendizaje y desarrollo de dichas influencias. Desde un enfoque técnico, maduro y fresco, este disco demuestra el poder que la interpretación puede explayar para crear la esencia y alma de los sonidos, más allá de estructuras y reglamentos.
“Close”
Messa
Cual tormenta de arena en el desierto, Messa ha irrumpido en la escena global de forma inesperada con un trabajo que logra brindar nuevos colores al siempre penumbroso doom metal. Conjugando una propuesta oscura, cargada de misticismo, llena de matices melódicos y fuertemente influenciada por la cultura norafricana, el tercer larga duración de los italianos tiende puentes entre la modernidad y sonidos de raigambre tribal, enriqueciendo de texturas la propuesta autodenominada por ellos mismos como “doom escarlata”. De esta forma, “Close” consolida y hace destacar ese sello propio al lograr una comunión entre el género y elementos de dark jazz, drone e incluso música ajena a la tradición occidental.
“Lucifer On The Sofa”
Spoon
Tras aventurarse a utilizar el estudio como un laboratorio en sus últimos discos, Spoon vuelve a la creación mirándose a los ojos, transparente y aparentemente simple, y el resultado es brillante, con más rock & roll y la sencillez como emblema. La banda hilvana ideas escondiendo sus complejidades, con la habilidad que ha decantado teniendo a Britt Daniel como uno de los compositores más prolijos del rock actual. En paralelo, Mark Rankin logra que el sonido del disco comparta tal limpieza, sin perder potencia ni esa rugosidad que ya es una característica de las performances de Britt y Spoon. Uno de los mejores discos de, quizás, la banda de calidad más consistente del rock en las últimas décadas.
“Dragon New Warm Mountain I Believe In You”
Big Thief
Lanzar un álbum de veinte canciones puede parecer excesivo para una banda que habitualmente se mueve por un universo sonoro más bien pausado, sin embargo, tras recorrer los 80 minutos que dan vida al quinto disco de Big Thief, se hace evidente que el cuarteto no sólo resolvió el acertijo sin contratiempos, sino que además terminó firmando el que muy probablemente sea su mejor trabajo a la fecha. Con acertados pasajes de indie folk, country, dream pop e incluso trip hop, una aproximación narrativa impecable a cargo de la infalible Adrianne Lenker y una producción especialmente cautivadora en lo rítmico, “Dragon New Warm Mountain I Believe In You” se alza sin duda como uno de los momentos musicales imperdibles del año.
“Cheat Codes”
Danger Mouse & Black Thought
De aquellas sorpresas altamente satisfactorias es lo que entrega “Cheat Codes”. En la primera colaboración entre los gigantes Danger Mouse y Black Thought, la excelencia es un atributo que aflora desde todas las aristas posibles. La producción refinada de Brian Burton transporta al oyente medio siglo al pasado, con recursos interesantes, como el tono de teclados y beats propios del soul, hasta detalles como el ruido de los discos de vinilo. La lírica certera del MC de The Roots se complementa con invitados igual de consistentes, destacando el aporte onírico de Michael Kiwanuka o la emotiva participación póstuma de MF DOOM. Un sólido homenaje al linaje cultural afroamericano, con méritos propios de un clásico contemporáneo.
“Laurel Hell”
Mitski
Hasta 2018, Mitski había estado editando discos casi cada dos años. Para “Laurel Hell” sin embargo, se tomó cuatro años y el tiempo parece haberle sentado bien, porque su nuevo trabajo abandona por un momento la crudeza rítmica de sus entregas anteriores y se embarca sin consideraciones en los terrenos del synth-pop, el indie y el new wave de la mano de Patrick Hyland, su productor de toda la vida, acometiéndose en líricas más conceptuales e íntimas. Si bien, la producción musical es sólida, y por ratos la naturaleza intrínseca de los sintetizadores acapara rango sonoro y la voz de Mitski suena soterrada, quizás es parte de su plan de pseudo retiro por allá por 2019 y dejar que la música tome un rol más protagónico.
“Dawn FM”
The Weeknd
Tras dominar la euforia y la resaca con el todopoderoso “After Hours” (2020), The Weeknd sorprendió al encargarse de las consecuencias en su disco más humano en mucho tiempo. “Dawn FM” tiene una fluidez y coherencia que se cruza con la confusión, añoranza y hedonismo que dominan los tracks de un álbum donde no sólo se extiende en el sonido electrónico bailable y nostálgico que consolidó al artista canadiense, sino también configura una retórica compleja. Una radio, un viaje al infierno personal, y figuras como Quincy Jones y Jim Carrey se suceden en un trabajo que utiliza la división entre placer y dolor para otorgarle madurez e intención a uno de los artistas claves del pop de este milenio.
“You Belong There”
Daniel Rossen
Cuando un trabajo se posiciona bajo el rótulo de “álbum solista”, usualmente ofrece la oportunidad de abordar pasajes que evocan intimidad, ya sea desde su música como sus letras. Con una sobriedad solemne, que va desde su austera portada en adelante, Daniel Rossen es consciente de esta virtud. Las armonías vocales, el acompañamiento de cuerdas y vientos y, sobre todo, el cautivador rol de las guitarras, en partes iguales dan una excelente muestra de un minucioso trabajo de producción y las cualidades multi instrumentales del también vocalista de Grizzly Bear. Acompañándose de letras crípticas, las diez canciones que componen este disco articulan un sonido envolvente y sorprendentemente equilibrado.
“Super Champon”
Otoboke Beaver
Brutales como knockout. En un comprimido de estridencia, Otoboke Beaver amplifica una puesta en escena que, hace sólo tres años, se caracterizó por su explosiva ferocidad. El segundo disco de las kiotenses lleva la fórmula al extremo, con un buen puñado de canciones que ni siquiera alcanzan los sesenta segundos y un álbum que, en su totalidad, apenas supera los veinte minutos. No hace falta de mayores preámbulos para apreciar la habilidad de uno de los grupos más histriónicos dentro de la escena hardcore punk contemporánea. Desde la trinchera del ruido, este cuarteto de mujeres arrolla al oyente en una vorágine que, pese a su ritmo fulminante e impredecible, no deja de ser una experiencia divertida.
“How Do You Burn?”
The Afghan Whigs
Greg Dulli es un tipo que lleva cuatro décadas haciendo música, pero en vez de ser un “viejo zorro” y no aprender nuevos trucos, mantiene los oídos y el alma abierta para continuar adelante, con sonidos que motivan, prenden, emocionan, aterran y enamoran. La saga de retorno de The Afghan Whigs continúa demostrando versatilidad, letras genuinas, interpretaciones que reconocen la experiencia sin avejentar el resultado y, en esta última parada, además lo hacen sin caer en nostalgias como sería tan fácil hacerlo. Ni siquiera las últimas notas de Mark Lanegan instalan al disco desde la reminiscencia, sino que desde la reflexión, mirando hacia adelante, con dolor pero sin temor, y el resultado es inspirador.
“Sometimes, Forever”
Soccer Mommy
Uno de los desafíos que enfrentan los artistas anclados en la vereda del indie pop es cómo hacer para diferenciarse del largo número de proyectos que ocupan dicho espacio. En esa línea, el tercer trabajo de estudio de Sophie Allison funciona perfecto para poner a la cantautora por delante de sus pares. Ya no sólo se trata de un proyecto de narrativas íntimas conducido por una voz cálida, sino que en este álbum Allison toma sonoridades de corte dream pop, noise y algo de psicodelia, pero además decide sumar a la mezcla arreglos de electrónica. Con esto, no sólo logra darle novedad a su propuesta, sino que permite que el disco atraviese espacios de luz y oscuridad sin perder un ápice de consistencia. Único y cautivador.
“Autofiction”
Suede
Una de las cosas que siempre se le agradece a una banda con más de dos décadas de carrera, es que sea capaz de aventurarse en nuevas direcciones y no repetir la fórmula. Es justamente en esa línea donde el noveno álbum del quinteto se anota sus mayores aciertos. Completamente desmarcado del ánimo orquestal de “The Blue Hour” (2018), lo que hace este nuevo trabajo es invitarnos a explorar la faceta más cruda, íntima y urgente del conjunto, en un cautivador viaje que no sólo echa mano a sonidos que rememoran a grupos históricos del rock gótico, sino que además saluda a bandas contemporáneas de la escena post punk sin perder en ningún momento el innegable sello de los londinenses. Revitalizador y contundente.
“Renaissance”
Beyoncé
Después de seis años de silencio discográfico, Beyoncé vuelve con un álbum que se distancia radicalmente de lo que nos entregó en su última placa. Los 62 minutos que dan vida a “Renaissance”, por un lado funcionan como una suerte de homenaje a los grandes nombres del dance y el house de antaño, pero sobre todo se alzan como una celebración destemplada a la vida, a seguir adelante y a creer en uno mismo. Todo, con una Beyoncé arrolladora en los vocales, una producción impecable y una ejecución tan ridículamente contundente, que casi con seguridad está destinada a superar los límites del nicho para arrastrar a la pista de baile a cualquiera que tenga oídos y se cruce por delante.
“fawn”
Foxtails
Los de Connecticut sorprenden con un disco breve en apariencia, pero robusto en cuanto a una madurez en la producción y el sonido. Y es que, cuando la inquietud cruza el límite de lo “post” y lo experimental, es clave dar con aquellos elementos diferenciadores. En “fawn”, Foxtails propone un viaje más denso y oscuro, que se mezcla con una producción cruda, con baterías secas y un trabajo más detallado en las capas de guitarras. La voz como pieza clave se funde de manera orgánica con la banda. Por cierto, hay límites que Foxtails no cruza para mantenerse en el cerco de lo experimental de su propuesta cercana al screamo. Así, continúan su independencia sonora y a la vanguardia, gracias a las apariciones de arreglos de violín y sus referencias al jazz. Este disco mantiene a la banda en un estado under, pero aun así muestra sus cartas como referentes de un buen, inquieto y atrevido trabajo.
“Aethiopes”
Billy Woods
Como una declaración llena de simbolismos aparece “Aethiopes”, el inesperado nuevo trabajo de Billy Woods. El rapero neoyorkino sorprende con un disco en solitario donde no deja rimas al azar, alzándose como uno de los álbumes a tener en cuenta en el universo rapero de este año. Tremendamente directo y político, Woods es capaz de interpretar una directa lírica crítica del capitalismo, el colonialismo tardío y el racismo, con elementos ligados al country y al jazz, apropiándose de estas texturas históricamente arrebatadas (en el caso del sample del músico etíope Alemayehu Eshete en “Asylum”) o sus acercamientos al reggae en pequeñas dosis, entre otras sutilezas. Woods –que creció en Zimbabue– rescata así parte de la historia y el significado de su cultura con una intrépida propuesta sonora.
“Hiss”
Wormrot
Sin muchos preámbulos, pero con dosis desbordantes de energía, “Hiss” se encumbra dentro de los lanzamientos más sólidos del panorama extremo con una vorágine aplastante de poco más de 30 minutos. Seis años separan a este álbum de su predecesor, tiempo más que extenso donde el proyecto de Singapur trasladó su propuesta hacia nuevos horizontes de experimentación. Detrás de este telón de caos, hay un trabajo de complejidad y técnica difícil de emular; un torrente de composiciones donde la visceralidad se ejecuta con precisión milimétrica. Con cambios impredecibles, violines con tintes caóticos y la velocidad como constante, Wormrot se abre camino y demuestra que el grindcore aún es terreno para la innovación.
“Jodeki”
Tricot
Alejada de la convencionalidad que se da a nivel masivo en la música asiática, Tricot vuelve a hacer de las suyas con un excelente trabajo como “Jodeki”, donde saca a relucir su maestría al aportar una sustancia muy rica al pop de sus canciones, enfocándose como siempre en la técnica a la hora de ejecutar sus secciones instrumentales. Con una ejecución compleja y un sonido muy accesible, el conjunto japonés logra el equilibrio preciso para transmitir su fluidez hacia los auditores, trabajando con un constante sentimiento lúdico y de progresión en su desarrollo. Atmósferas sutiles, pero de una profundidad muy explícita en su forma y fondo, logran encontrar ese punto exacto entre la calidez y la estridencia.
“Heart Under”
Just Mustard
La oscuridad y los niveles que esta puede alcanzar es el concepto transversal del segundo álbum de Just Mustard, ajustando los oídos para ver entre las densas capas que se entrelazan, en espirales que hacen fútil el intento de distinguir sonidos particulares. Entre un rock evocativo a lo industrial y la voz de ensueño de Katie Ball, el disco hace lo suficiente para evitar el tedio y demandar ser escuchado sin detener el movimiento de las sensaciones, que nunca son de total comodidad, pero sí continúan intrigando al oyente en cada momento. Este álbum tiene vocaciones de fuera de este mundo, sin abandonar la empatía con el pavor, desorientación y atracción que puede sentirse ante tal nivel de perfección sonora.
“God’s Country”
Chat Pile
Hay belleza en el caos, un desorden sin aparente chance de control, porque hay un halo de impredecibilidad que intriga, como los protagonistas de una obra dramática sobrepasando el punto de no retorno, pese a las advertencias previas. Una espiral de suciedad, agobio, crudeza, y con luz en medio, es lo que expone el LP debut de Chat Pile. En medio de elocuentes aullidos, Raygun Busch transita entre poesía entrópica y la prosa directa, animando a descender en espacios que no están oscuros, pero sí tenues. De cerca, lo instrumental se mueve árido y polvoriento, calzando con los retratos en carbón y residuos contaminantes que conforman el concepto que cohesiona un disco que convoca desde lo sucio, doloroso y real.
“THE UNRAVELING OF PUPTHEBAND”
PUP
Si toda la música del mundo fuera dramaturgia, PUP podría ser fácilmente un discípulo actualizado de Bertolt Brecht. Porque en el sonido de “THE UNRAVELING OF PUPTHEBAND”, el cuarto larga duración de los canadienses, hay algo de performático, como una obra de teatro donde, tras un telón de fondo de punk y noise, se entrecruzan intentonas de electrónica e indie naïve con canciones de plano jocosas e irónicas sobre la facilidad de la construcción musical. Conceptualmente, además, abordando la autodestrucción, la displicencia humana y la fragilidad de las relaciones en un mundo virtual (incluso entre ellos mismos como banda, Stefan Babcok mediante) cosechan un disco que nadie esperaba, pero todos queríamos.
“As The Moon Rests”
A.A. Williams
Las estructuras del doom y el metal siguen presentes en el segundo largo de A.A. Williams. De un muy buen presente, la artista inglesa explora con más márgenes diferentes atmósferas y elementos que hacen de su propuesta un resultado denso y oscuro. Sin embargo, dentro de su registro contralto también hay destellos de luz que dejan entrar arreglos de guitarra acústica y otros elementos que enriquecen, pero no sobrepoblan su propuesta. A.A. Williams ha sido una compositora inquieta y ha llegado con nuevos aires a renovar la escena de música pesada, que ya empiezan a dominar artistas que con nuevas claves se aproximan a romper los límites del género.
“A Light For Attracting Attention”
The Smile
La primera toma de contacto con el debut de The Smile, el proyecto de Thom Yorke y Jonny Greenwood con el baterista de afrojazz Tom Skinner, resulta desconcertante, aunque no por ello menos interesante. Teniendo como referencia el incatalogable sonido de Radiohead, abundante en este trabajo por ratos, cabría preguntarse por qué todo esto no fue material para otro trabajo de los ingleses. La respuesta posible está en el imaginario percutivo de Skinner y en el alma explorativa de Yorke y Greenwood, entregando un trabajo que se arremolina alrededor de sonidos improbables, capas asfixiantes y oscuridad de bajo octanaje para fraguar un sonido que difiere de otro de los tantos proyectos de Yorke, por ejemplo.
“Fossora”
Björk
Para su regreso en larga duración, Björk optó por el camino de lo impredecible facturando un álbum que toma del ambient, la esencia musical de su país y de cosas que quizás parezcan extrañas a ojos y oídos de quien no le ha seguido los pasos en las últimas décadas (como el reggaetón, aunque sea sólo en un par de canciones), para darse un gustito y permitirse fracturar una nueva frontera. La intención musical de “Fossora” es más ubicua y menos dolorosa y rígida emocionalmente que sus trabajos anteriores, es un canto a la maternidad y al amor familiar, poniendo incluso a sus propios hijos a colaborar en él, y también un canto a la vida que brota desde la tierra sin rozar siquiera lo hippie.
“Everything Was Beautiful”
Spiritualized
En una dinámica del tipo “celebración/fin de ciclo”, justo 25 años después del lanzamiento de “Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space”, el disco más laureado del conjunto, Jason Pierce llega a sorprendernos con un álbum que, pese a ser breve, sabe rescatar de forma precisa el imaginario eterno que ha construido la banda, y además juega a golpearnos con los ingredientes que hasta acá han hecho de esta propuesta una firma sonora de identidad única. Innumerables capas de sonido, figuras musicales reverberantes y una melodicidad abrumadora, hacen imposible resistirse al viaje con que el spaceman nos invita una vez más a flotar por el espacio. Hace años que el space rock no sonaba tan contundente.
“I Love You Jennifer B”
Jockstrap
Ambicioso, desconcertante y profundamente pop, el debut de Jockstrap se escapa de las convenciones cada vez que puede, sin dejar de ser un deleite cohesivo, consistente y lleno de sorpresas. Con paciencia y confianza, las decisiones estéticas subvierten las expectativas respecto a melodías y armonías de apariencia sencilla, pero que Georgia Ellery y Taylor Skye convierten en mapas donde se sabe el terreno que se pisa, mas no el camino exacto a recorrer. Y he ahí lo impactante: el ánimo constante de descubrimiento, aprendizaje y reconocimiento de ciertos patrones que cierran el círculo, volviendo a esta aventura en algo que finalmente resulta más familiar y acogedora de lo que se pudiera llegar a anticipar.
“Most Normal”
Gilla Band
Explorando la inquietante irracionalidad del mundo de los sueños, en un desafío extremo en forma y esencia, los otrora Girl Band nos mantienen al borde de la convulsión con su particular forma de entender el surrealismo. Estrenando nuevo nombre, los irlandeses presentan una ensordecedora mezcla entre la irreverencia del no wave, el desenfreno del noise rock y la oscuridad del post industrial, que, más allá de su estética, revela la cruda realidad de un proceso de rehabilitación y búsqueda de estabilidad mental. Escapando de convencionalismos, “Most Normal” es un golpe de corriente para nuestros sentidos y férreo ejemplo de cómo la incomodidad generada por el caos puede convertirse en una virtud.
“Blue Rev”
Alvvays
A cinco años de distancia de su antecesor, el tercer álbum de Alvvays continúa recorriendo terrenos dulces y nostálgicos. Pese a que “Blue Rev” no implementa cambios significativos a la fórmula, se trata de un trabajo donde el encanto sigue latente, mediante canciones cándidas y envolventes. La apacible voz de Molly Rankin convive entre pasajes etéreos y enérgicos, donde la reminiscencia a tiempos pasados es una constante. Guitarras inspiradas en Johnny Marr y sintetizadores oníricos profundizan la identidad de un proyecto que rápidamente alcanza la consolidación, pese a las dificultades personales. En este disco, los canadienses prueban que hacer música fresca y llevadera no es tan sencillo como parece.
“Free LSD”
OFF!
El reciente LP de los californianos es la prueba perfecta de que a veces un pequeño puñado de innovación puede mejorar el nivel a una banda de manera exponencial. No es que en el pasado lo del conjunto no fuera arrollador, sin embargo, se movía dentro de un universo donde había mucho más para elegir. En esta oportunidad lo que catapulta a OFF! es la inteligente inclusión de nuevos ingredientes, que van desde la más cruda disonancia, hasta pasajes de corte jazz, que no sólo funcionan perfecto como una aplastante muralla de sonido punk, sino que además dejan el campo abierto para que la banda se aventure a dar vida a una historia extraordinaria. Ya no sólo pegan fuerte, ahora también suenan únicos.
“Baby”
Petrol Girls
Cual grupo guerrillero, Petrol Girls busca incendiar los esquemas que oprimen a las mujeres a través de un equilibrio entre creatividad musical y punzantes mensajes de protesta. En su tercer álbum, la agrupación inglesa mantiene vivo el fuego de las barricadas a punta de noise rock y post hardcore, cuya estridencia agita en lo alto las banderas del feminismo y el anticapitalismo, sin matices ni eufemismos, en tiempos de polarización que así lo exigen. Lejos de ser una respuesta coyuntural, la propuesta de la banda se nutre de décadas de lucha, tanto en el terreno social como dentro de la escena musical, siendo una de las grandes herederas en el siglo XXI del discurso y furia del movimiento Riot Grrrl.
“CLOSURE / CONTINUATION”
Porcupine Tree
El regreso de Porcupine Tree con “CLOSURE/CONTINUATION” luego de trece años de ausencia oficial, podría parecer un reseteo, pero en realidad es la última gran jugada maestra de Steven Wilson, sistemáticamente rechazando la idea de reunir a la banda durante más de una década para poner por delante sus proyectos personales, cuando por detrás había canciones como “Chimera’s Wreck”, que data de 2011, por lo que la trastienda del disco transmite perfectamente la sensación ambigua del título. Un LP macizo, potente, pero escasamente metalero –muy en la veta actual de Wilson–, con vocación melódica y sentido experimental por partes iguales, un disco de prog-rock para mostrarle a los no fans del prog-rock con orgullo.
“Once Twice Melody”
Beach House
Los mundos que describe Beach House van más allá de las palabras, pero en su disco más ambicioso, la banda encuentra más resonancia en las letras, desarrolla especificidades en medio de lo difuso, y con ello entrega atmósferas variadas, que expanden lo ya conocido. En cuatro capítulos, cada cual accediendo a una forma de articular mensajes y emociones, pero con la íntima majestuosidad de los arreglos (por primera vez incluyendo una orquesta a su sonido) como punto común. Expansivo en su espectro, “Once Twice Melody” reúne todo lo aprendido por Beach House en su historia, y se siente como un punto cúlmine en sus poderes creativos y a nivel de composición, siendo tan familiar como desafiante.
“Skinty Fia”
Fontaines D.C.
Con el arraigo cultural que les caracteriza, Fontaines D.C. regresa con “Skinty Fia”, el que puede considerarse como el hito más consistente dentro de una joven, prometedora y para nada despreciable carrera discográfica. Trasladando la agresividad hacia un segundo plano, este disco fluye con distinguida sobriedad en canciones como “Bloomsday” y “Roman Holiday”, sin dejar de lado la impronta poética y melancólica que bien sabe materializar Grian Chatten. Dialecto, anécdotas de la historia reciente de Irlanda y sutiles inspiraciones musicales, son el cúmulo de elementos con los que la banda tributa a sus raíces, en un interesante ejercicio que se mueve con códigos contemporáneos.
“Mr. Morale & The Big Steppers”
Kendrick Lamar
El disco con más expectativa de toda la carrera del oriundo de Compton es también su obra más compleja y personal. A través de 18 tracks, Kendrick Lamar usa a “Mr. Morale & The Big Steppers” como un vehículo para explorar su mente y alma, con luces y sombras, dando su opinión sobre los temas de relevancia en el mundo, pero también ofreciendo una mirada a lo más profundo de su ser, dejando entrever todas las fracturas que eso conlleva. Con un ritmo asfixiante e intenso, el rapero opta por no encasillarse en un género ni apuntar hacia ninguna composición en específico, entregando un desarrollo a través de distintas capas, con todos los conceptos y personajes que componen esta obra tan oscura como esperanzadora.
“And In The Darkness, Hearts Aglow”
Weyes Blood
Si en su disco anterior Natalie Mering le cantaba a los aparentes tiempos finales y al sobrevivir, en este siguiente estadio ella prefiere enaltecer los efectos de esas pérdidas, la soledad de quienes quedaron y la desesperanza que surge del acto de seguir creyendo. En un tono aún más etéreo y celestial que en sus trabajos pasados, Weyes Blood trata de encontrarle sentido común a la humanidad más individualista de la historia. Entre psicodelia, música atemporal y una voz privilegiada, la belleza de este álbum se equipara a la devastación emocional y simbólica a la que apela, denotando experiencias colectivas más que personales, esas que se siguen perdiendo de vista, incluso cuando ya se pudrió todo.
“Hellfire”
Black Midi
Lo de Black Midi ya no es sorpresa. Su meteórica carrera les ha permitido ganar el respeto de la crítica y el cariño de la comunidad melómana. Como piedra angular de su incipiente discografía, “Hellfire” viene a coronar su santísima trinidad del rock progresivo contemporáneo, balanceando a la perfección la esquizofrenia y elegancia de sus dos predecesores. Ayudando a tender puentes entre rock arty y las masas, lo nuevo de los ingleses destaca por su histrionismo vocal y desenfrenada orquestación, manteniendo un constante tono épico y teatral, sin perder de vista la cuota de comedia. Eclécticos, encarnando el todo en todas partes y al mismo tiempo, el trío hace propio el sonido de la vorágine del mundo moderno.
“Ants From Up There”
Black Country, New Road
Uno de los desafíos que tenía el conjunto inglés luego de su disco debut, era demostrar que podía superar el reto del segundo álbum. Por fortuna, si hay una pregunta que este disco responde de forma categórica, es que lo de la banda no sólo se trata de una propuesta musical contundente, sino que además tiene un espacio enorme para seguir creciendo. Precisos arreglos de vientos y cuerdas, un impecable manejo de los silencios, una paciencia casi infinita en la construcción de cada corte y la sobrecogedora interpretación vocal de Isaac Wood, hacen de este “Ants From Up There” uno de esos viajes que por momentos parecen saltarse los oídos de los que estamos al otro lado del parlante para llegar a conectar directo con el alma.
Ránking y textos por Manuel Cabrales, Javier Pérez, Manuel Toledo-Campos, David Martínez, Matías Muñoz, Danny Arce, Emilio Toledo y Claudio Tapia. Diseño de gráficas por Rodolfo Jofré.
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cristobal
29-Dic-2014 at 3:00 pm
estimados ojó con capsula discos, tienen dos discos de su catalogo ahí, natisu y condor jet.
Mario
29-Dic-2014 at 5:51 pm
Tres. Un Fulgor, de Martín Pescador también es de Cápsula Discos. Cápsula la está llevando!
Julio
29-Dic-2014 at 3:47 pm
Faltó Baila Dios de Angelo Pierattini
fabian raper
29-Dic-2014 at 6:46 pm
orgulloso del rap nacional se podria decir que este año brillo demaciado en nuestro pais ojala hay estuviera el disco del rapero gran rah llamado Titan si lo escucharan quedarian sorprendidos de la calidad de rap que se hace hoy en nuestro país.
Felipe
29-Dic-2014 at 10:48 pm
Sigo sorprendido. De,verdad entre estos discos no hay un lugar para el “Magia por dolor” de La Mala Senda????
Franco
30-Dic-2014 at 2:41 am
Inverness…
cristobal
02-Ene-2015 at 12:32 am
Tabaco del diablo de fuma & baila, pasó demasiado piola pa ser tan buen disco, será por que están muy al sur?
Gesualdo
07-Ene-2015 at 2:47 am
Faltó el de Bagual viento sur, son nuevos, pero está potente el disco de ellos…………..
yuri
19-Abr-2016 at 12:54 am
Y cuanto de esto es de regiones? en realidad no lo indican y algo habrá creo, pero de verdad mucho de lo que se habla como destacado no iguala a pedazos de bandas regionales como audioanestesia o rulo cabrera, magnolia, ecosidio, contrasangre y una gran plaga de bandas regionales haciendo grandes discos desde la autonomía ocultada con la indiferencia centralista.