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Discos chilenos destacados de 2013
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9 años agoon
Si bien la idea inicial era hacer un ranking de discos chilenos, al final decidimos armar un listado donde la idea fuera destacar discos que se nos pudieran haber pasado o a los cuales no les hubiéramos dado el espacio que merecían por su calidad. El resultado es una compilación con un amplio abanico de estilos, tal como podrán ver a continuación.
Bandas retornadas, bandas con discos debutantes, solistas que regresan después de mucho tiempo y otros que confirmaron sus pergaminos, son lo que dejó la cosecha nacional 2013. Les invitamos a descubrir estos sonidos. La lista está por orden alfabético:
Álex & Daniel – “Álex & Daniel”
Por separado son un hit, y por ello la colaboración entre Álex Anwandter (Odisea, Teleradio Donoso) y Daniel Riveros (Taller Dejao, Gepe) era más que esperada. El resultado fue un disco lleno de canciones que son potenciales hits, aunque en la suma el resultado es aún más provechoso dado los géneros que se cruzan en este disco. Pese a que el pop predomina, hay guiños al funk o a sonidos más sintéticos que recuerdan a los 80’s. Gepe se saca los ropajes andinos y Anwandter se cuelga la guitarra, lo que termina configurando un disco que se escapa (por poco) de sus ataduras más obvias y, si bien no logra ser memorable como los discos solistas de sus componentes, al menos como experimento sale airoso.
Cóndor Jet – “Anillos”
Tras sacar un prometedor EP el año pasado (“No Plan Plan Tour EP”), el trío compuesto por Antonio Del Favero (guitarra), Nicole L’Huillier (batería) y Tomás Vidal (sintetizador-bajo) lanzó su primer LP, “Anillos”, que muestra de forma sobresaliente su dream-pop lleno de intención y matices, como se nota en la melancólica “Suelo Secreto”, en la rockera “Un Tiro Al Tiempo” o en las dinámicas “La Trampa Es Oficial” y “Partir”. Ellos lo describen como “música para viajar bien lejos”, pero también hay mucho de cercanía y de mantenerse en un lugar para contemplar cuanto se ha viajado, antes de continuar. Un inicio que vaticina tránsitos más extensos y más desafiantes para el trío nacional.
Congelador – “Cajón”
Volver a los inicios muchas veces huele a revisionismo, pero cuando se trata de Congelador, lo que menos se puede esperar es repetición de fórmulas ya trabajadas, y con su sexto disco, “Cajón”, Jorge Santis, Rodrigo Santis, Walter Roblero y la recientemente sumada Estefanía Romero-Cors logran volver al espíritu experimental de su disco debut homónimo, pero sin renunciar a innovar, dejando en claro que su ruidosa propuesta es mucho más que ruido y tiene mucho más de armonías, ritmos y melodías que se mueven desde la oscuridad (“Energía Eléctrica” o la increíble “Montañita”) hasta la luz (“A Escala Humana”, “De Lejos”). Sin dudas, de lo mejor de los últimos años.
Daniela Conejero – “Vamp!”
Jazz, folklore, soul y pop conviven en la obra de Daniela Conejero, quien es parte de esa escena femenina nacional alejada de los convencionalismos, como AirelavaleriA o Natisú, pero con “Vamp!”, su tercer larga duración, logra un gran salto de calidad y accesibilidad. Además, en los nueve tracks del álbum la voz de Conejero destila calor y matices, lo que se explica con su formación académica de conservatorio, pero que ha sabido mover con eficacia hacia lo popular, como se nota en tracks como “Gritar Silencio” o “Si Creyera”, o el cover de “I Could Have Lied” de Red Hot Chili Peppers. “Vamp!” es un disco que merece una oportunidad al saber acercar la música “de cámara” a lo pop con eficacia y convicción.
Dënver – “Fuera De Campo”
Hicieron más noticia por su separación que duró 10 días, pero Dënver este año lanzó su tercer álbum, “Fuera De Campo”, expandiendo y consolidando el camino de su pop barroco y lleno de guiños a otros géneros de forma prístina y madura. Los arreglos orquestales destacan por su calidez y desarrollo dramático, a la vez que las canciones evolucionan por tópicos juveniles como en “Torneo Local” o “Revista De Gimnasia”, hasta temas más profundos como el inspirado en la muerte del conscripto Pedro Soto Tapia (“Mejor Más Allá”). Este es el mejor disco editado por Dënver, pese a que no tenga un single tan pegote como “Los Adolescentes”, y pese al revuelo provocado por lo ocurrido fuera del escenario.
Deplasticoverde – “Mentira Universal”
Otra chica que se destacó este año es Carolina Espinoza, quien es conocida por su seudónimo Deplasticoverde y que lanzó otro de los debuts discográficos que engalanaron las estanterías este año. Un disco breve, de 33 minutos y nueve canciones, pero que en medio de tracks de nostalgia pop y amor indie logra melodías y estructuras bien armadas. Puede parecer que la propuesta de Deplasticoverde se acerque más a Julieta Venegas o Natalia Lafourcade, pero no hay que engañarse. El arrojo de las letras y la hilación de las ideas en lo musical destacan de “Mentira Universal”, disco engañoso en su envoltorio, cercano a lo clásico del pop, pero que va mucho más allá de esos convencionalismos.
Electrodomésticos – “Se Caiga El Cielo”
Para muchos, el hito nacional del año, la salida del esperado cuarto álbum de Electrodomésticos en 29 años de carrera fue todo un momento de 2013, partiendo por el lanzamiento realizado en un imponente Teatro Municipal de Santiago repleto, hasta la calidad de “Se Caiga El Cielo”, todo lo que ha rodeado a Edita Rojas, Carlos Cabezas y Silvio Paredes este año ha sido reconocimiento transversal y también mucho de devoción. Pero todo esto tiene total justificación, porque el disco es sin dudas lo más accesible hecho por Cabezas y compañía, y a la vez logra rescatar todo el imaginario industrial y electrónico que dotaron a Electrodomésticos de un lugar en la historia grande de la música nacional.
Fármacos – “Los Días Más Largos”
Otro debut vibrante fue el de Fármacos. Con su EP “Abril”, lanzado en 2012, la banda logró notoriedad, pero recién con “Los Días Más Largos” fue donde pudo mostrar todo su potencial, mezclando synth-pop con rock, logrando desarrollar una propuesta potente en varios órdenes. La banda está formada por Diego Ridolfi, Rodrigo de la Rivera, Carlos Doerr, Ignacio Wong y Fran Straube, también de Miss Garrison, quien se sumó hace algunos meses a Fármacos, lo cual ha hecho que en vivo lo sintético logre un poder orgánico. Esto dota de mayor sangre a canciones que en su letra y teclados ya tienen suficiente alma y dinámica, como “Lo Que Hacemos Sin Mirar”, “La Casa De La Distancia” o “Un Gran Final”.
Jiminelson – “Supreme”
En 24 minutos, Gustavo León Capdeville y los suyos no sólo se permiten el lujo de tener un disco cantado en inglés, sino que también lo hacen trasladando al oyente a Nueva Orleans, o cualquier otra cuna del sonido negro. Quizás el único bemol es la diferencia de calidad entre la implacable e inmaculada “Nice & Easy”, fácilmente una de las canciones del año, y el resto del álbum, mucho menos accesible como sencillos que aquel tema. No obstante, esto poco importa ante un material de tal calidad y uso correcto de los diferentes géneros entre los que se mueve. La voz de León, además, cada vez se encuentra más cómoda en los ropajes de una banda más góspel que blusera, lo que le sienta bien a él y a las canciones.
Jorge González – “Libro”
Cuando Jorge González tocó completo el disco “Corazones” de Los Prisioneros en Primavera Fauna 2012 (lanzado en CD y DVD hace poco), muchos pensaron que esa senda electrónica que abrió en 1991 estaría de vuelta, dado que es la gran influencia para muchos de los principales nombres del pop nacional. Pero González tiene tendencia a sorprender, y lo hizo al lanzar “Libro”, su cuarto disco como solista, y que lo muestra más romántico y acústico que nunca. Canciones como “Es Muy Tarde” muestran su lado más sencillo y directo, en tanto que “Hijo Amado” o “Fran” lo hacen con su lado más contemplativo y maduro. Mención aparte para su colaboración con Ricardo Villalobos (“Al Final De Esta Maldición”).
Las Chaquetas Amarillas – “Diez Primeras Canciones”
El gran reencuentro de este año es una historia más de calidad que de cuánto esperamos para su concreción. Tras su bullado despido de Ases Falsos, banda formada sobre las cenizas de Fother Muckers, Héctor Muñoz desapareció de la escena, mientras Cristóbal Briceño lograba reconocimiento en múltiples frentes. Por ello, que volvieran a trabajar juntos sorprendió a medio mundo, y el resultado es Las Chaquetas Amarillas, banda donde también están Hugo San Juan y Daniel de la Fuente, que lanzaron su disco debut “Diez Primeras Canciones” con una producción cuidada, guitarras destinadas a la belleza y composiciones con el sello Briceño, sencillas pero fáciles de generar empatía. Uno de los mejores del año.
Leo Quinteros – “Antártica”
Es un nombre que todos asociamos a calidad, pero que tiene poco reconocimiento. Leo Quinteros tiene en su sexto disco, “Antártica”, su álbum más minimalista e íntimo. Abandonando un perfil más rockero y de banda que ha destacado de sus anteriores discos, en “Antártica” Quinteros consigue traer a la mente la aridez de ese desierto nevado que es el continente blanco con canciones como “Dados Sueltos” o “Pidiéndome Que Aprenda”, que configuran un cuadro íntimo y lleno de intención, permitiendo hacer el paralelo, en su justo medida pero necesario, con “Sea Change” de Beck (2002). “Antártica” no lanzará al estrellato a Quinteros, pero por lo menos reafirma su lugar y sus convicciones, y eso es mucho.
Los Bunkers – “La Velocidad De La Luz”
No cualquier banda nacional llega a los siete discos de estudio. Mucho menos en un margen de menos de quince años. Pero eso es que Los Bunkers, una banda que por mucho odio o amor que genere, no deja indiferente a nadie con su solidez, anclada en el trabajo constante y saber continuar, por tenue o turbio que se vea el camino. “Bailando Solo” o “Sábado” presentan rock bailable en tanto que “Si Estás Pensando Mal De Mi” o “Dicen” reflejan las influencias de antaño, a las que los hermanos Durán, López y Mauricio Basualto nunca le han hecho el quite. Un disco maduro, un grandes éxitos de temas inéditos que, pese a los pocos vínculos aparentes como álbum, sí triunfa como compilatorio de canciones de calidad.
Matías Cena & Los Fictions – “El Vuelo De Albatros”
Un disco de despedida siempre es extraño, en especial cuando su portada remite a una celebración del sonido, pero “El Vuelo De Albatros”, segundo y último álbum de Matías Cena con Los Fictions, ahonda en la hibridación entre el country, el folk y el pop-rock con un resultado mucho más matizado que su anterior registro, “Arauco Cajún” (2012). Tras una “Intro” ruidosa y llena de ecos ajenos, Matías Cena vocaliza en medio de los riffs de Los Fictions en tracks como “Siempre Tendremos Bougainvilleas” o la ternura de “Perro De Caza”. Lo lamentable es que el frontman y la banda separaran caminos, pero por lo menos lo hicieron en su punto creativo más alto, dejando un par de discos difíciles de olvidar.
Matorral – “Remoto Control”
Matorral es de esas bandas que todos sabemos lo importantes y buenas que son, e incluso reconocemos a sus miembros, como ha pasado con Felipe Cadenasso. Pero al mismo tiempo ha sido semillero de figuras como pasó con Nano Stern o Gonzalo Planet. Por ello, había que ver qué entregaba Matorral en 2013, a seis años de la obra maestra que fue “Resonancia En La Zona Central” (2007). Y lo cierto es que “Remoto Control”, cuarto álbum de la banda, no llega a los niveles de genialidad de anteriores lanzamientos, pero ello no significa que tenga menor valor, porque en calidad no se queda tan atrás, sólo que la coherencia del registro es menor al potencial que sabemos que Cadenasso y los suyos pueden lograr.
Niño Cohete – “Aves De Chile”
Música al borde del lago Lanalhue, con la calidez de una fogata y la belleza de un cielo con algunos pájaros volando bajo. Ese tipo de paisajes son los que rememora el debut de Niño Cohete, un larga duración que se llama “Aves De Chile”, pero que también perfectamente se podría llamar “La Belleza Del Sur” o “Lo Bonito De La Naturaleza” por el imaginario que el quinteto de Concepción ha logrado armar, teniendo una identidad inusualmente madura para una banda que recién parte. “Cazando Lagartijas” o “Lanalhue” son joyas en un disco producido por Fernando Milagros, que no se caracteriza por su perfección, pero que sí logra crear atmósferas coherentes, con un folk-pop calmo y lleno de belleza.
O’Brien – “Gran Avenida”
Los Vidrios Quebrados dejó huellas con el gran “Fictions” de 1967. 45 años después, Juan Mateo O’Brien, guitarrista y voz de la agrupación pionera de la psicodelia en Chile, vuelve a mostrar material original, y lo hace con más discurso político e intención en su voz que lo que hacía en los 60’s. “Gran Avenida”, su debut solista, tuvo a músicos invitados tales como Cristóbal Garcés, Felipe Cadenasso, Gonzalo Planet (Matorral) y Esteban Espinosa, imprimiendo calidad, frescura y gran producción a las entonaciones concienzudas y llenas de poesía de O’Brien, con la indeleble identidad de un artista a quien el paso de los años no le ha menguado la capacidad de narrar historias con belleza y convicción.
Pedropiedra – “Emanuel”
El tercer disco de Pedro Subercaseaux era de lo más esperado del año. Tras dos álbumes llenos de éxito y hits, el hombre más conocido como Pedropiedra decidió dar el paso a grabar sus discos con la banda que lo acompaña, y el resultado se siente mucho más vivo que su debut homónimo (2009) o “Cripta Y Vida” (2011), aunque falta ese sencillo que genere que lo pasemos “bomba nuclear” como canta el propio Pedro. Pese a eso, en “Emanuel” Pedropiedra evoluciona como artista y logra abordar muchos más matices en su propuesta, con puntos altísimos como “Granos De Arena” con Gepe y Delaselva, o el cierre del disco con “Seres” con Jorge González. Un disco de transición que de todas formas logra vuelo propio.
Pentagram Chile – “The Malefice”
El mejor disco de metal del año, sin dudas corre por cuenta de Anton Reisenegger y los suyos, quienes tras ser una leyenda por décadas por fin lanzaron su debut. “The Malefice” no sólo es una placa de alto voltaje, demuestra que un disco de metal no debe caer a la chabacanería y sinsentido que caracteriza a la producción del estilo. En “The Malefice” el sonido es de nivel mundial, con todo el manejo de la brutalidad que caracteriza a los mejores exponentes del género en el mundo, lo que se nota en tracks brutales como “Spontaneus Combustion” o “Sacrophobia”. Pentagram Chile no sólo reclama por fin su lugar, sino que también lo hace mostrando el camino a seguir por las bandas del estilo en Chile.
Portugal – “Kaipaan Sinua”
El segundo disco de los de San Antonio merece más que un reconocimiento, no sólo por representar un salto de calidad y coherencia muy grande respecto a su debut (“Viajes De Memoria”, 2010), sino que también por lo que representa. “Kaipaan Sinua” (“Te extraño” en finés) es un disco que dañó, tensionó y presionó a la banda, en especial a Mariano Hernández, compositor y guitarrista de Portugal, quien pasó por un pésimo período justo cuando la banda se puso a trabajar en este álbum. El resultado es un cúmulo de canciones tan tormentosas como coherentes y arriesgadas. Cuando se creía que darían el salto a la masividad, Portugal responde en sus propios términos, y eso es hoy por hoy toda una acción de arte.
Rama – “Imposible”
Uno de los discos más alabados del año es otro de esos registros que desafía la taxonomía de géneros y estilos. Varios tratan a Rama como a una banda de nü metal, pero lo cierto es que incluso en “Fugitivos”, su disco anterior lanzado hace siete años, ya intentaba desmarcarse de este rótulo, búsqueda que sigue en “Imposible”, y que a la vez mantiene el mismo tono afilado y lleno de fuerza que probablemente recuerdan los fanáticos de la agrupación, con tracks como “La Señal” o “La Gran Imagen”. Uno de los álbumes del año, no sólo por los recuerdos que para muchos evoca este retorno, sino que también por todo lo abierto que deja el panorama para una banda cuyo futuro se avizora más que prodigioso.
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No importa si se trata de nombres nuevos o consagrados, no queda duda de que este año trajo consigo varias grandes obras en distintos estilos. 2022 queda atrás y es tiempo de nuestros recuentos revisando lo mejor en el cine y la música durante la temporada, siendo en esta ocasión el turno de los discos internacionales que más destacaron en los últimos meses. Desde figuras siempre presentes en este tipo de publicaciones, hasta nuevas incorporaciones, el año tuvo una diversidad de sonidos y conceptos que fueron ejecutados de manera impecable por los artistas acá presentes.
Como cada año, nuestro equipo propuso, escuchó, evaluó y seleccionó un cuidadoso listado durante todos estos meses, para así entregar los que son, a nuestro parecer, los discos más destacados durante el período del 3 de diciembre de 2021 hasta el 1 de diciembre de 2022. Más allá de subjetividades, consideren esta lista como una guía de los títulos que más disfrutamos durante este año, esperando también que puedan encontrar alguno que les llame la atención o, por qué no, a su próximo artista o disco favorito. Sin mayores preámbulos, los dejamos con nuestra lista de los mejores 50 discos de 2022.
Si quieres escuchar los álbumes, haz clic en la imagen de cada uno.
“Diaspora Problems”
Soul Glo
Acechando desde las tinieblas del under e influenciados por diferentes vertientes de la música negra, Soul Glo irrumpe en los radares mundiales vomitando energía a través de versos furibundos, con rimas y riffs que merodean en búsqueda de trifulca. Encausando múltiples estímulos del mundo callejero a través de la energía hardcore del sonido east coast, el cuarteto de Filadelfia incorpora además la agresividad y excentricidades del trap con naturalidad, redibujando esa ambigua etiqueta denominada “música urbana”. Transgresor en cuerpo y alma, “Diaspora Problems” refleja la mirada de un grupo de hijos de migrantes sobre la violencia y marginalidad vivida entre callejones y baldíos de nuestras metrópolis.
“And I Have Been”
Benjamin Clementine
Benjamin Clementine logra que los vacíos que deja el sonido minimalista se conviertan en un foco, casi como el lente encuadrando detalles al filmar una película. Melodía, letra, poesía, fuerza y ansia artística se respiran en cada rincón de su álbum más directo y accesible, pero no por ello menos elaborado. El manejo de melodías y relatos es algo que el artista implementa con maestría, acercándose a lo cotidiano y lo mundano sin dejar de sonar celestial, en especial en los arreglos, tanto vocales como de cuerdas, y en su propia voz. Pocas veces la pena, la angustia y las disputas internas suenan tan elegantes y brillantes, menos aún con este halo de integridad artística que baña de épica cada escucha.
“Malign Hex”
Meat Wave
Post punk y noise es lo que suda Meat Wave en su cuarto disco de estudio. Los de Chicago se vuelcan a una forma más primitiva y natural de ejecución, donde expulsan con mayor intensidad y velocidad una propuesta sonora que goza cada vez más de nuevos adeptos. “Malign Hex” es breve y veloz, un disco pensado sin mayores sobresaltos y con una estructura al grano, que no da pie a mayores sutilezas que acompañen bajo, guitarra y batería, sólo 10 certeros golpes al mentón entre un tímido baile. Es interesante cómo conjugan justamente los brillos del noise con las claves típicas del ensueño post punk que ya han revitalizado bandas como Protomartyr, Shame o Fontaines D.C. Si bien, Meat Wave no ofrece mayor originalidad, explota con destreza un recurso donde lo certero es clave, manteniendo una tensión constante y resolviendo con oficio con una receta básica.
“Melt My Eyez See Your Future”
Denzel Curry
Dando un nuevo paso en su ascendente carrera, Denzel Curry sorprende con “Melt My Eyez See Your Future”, su quinto larga duración y una demostración de las capacidades que el rapero tiene a la hora de gestar un relato coherente, potente y más orgánico que los estilos a los que suele recurrir, donde no solamente se expande sonoramente, sino que también presenta distintas caras de su multifacética presencia. Entre incontables colaboraciones y referencias a la cultura popular y la estética del hip hop más clásico, el oriundo de Florida se muestra diverso y establece de manera definitiva las bases para seguir su obra en el futuro, el que seguramente estará marcado por capítulos tanto o más interesantes que este.
“BADモード”
Hikaru Utada
El autoconocimiento es algo que viene con el tiempo, desde experiencias e interactuar con otros, y Hikaru Utada entiende que esa reflexión no se termina. Por ejemplo, elle (en respeto a su autodefinición) primero se rebeló contra los pronombres de género y luego se definió como persona no binaria; la electrónica que dominó sus trabajos anteriores dio paso también a sonidos más orgánicos y, en medio, canciones bailables, pero llenas de tristezas compartidas. Empatía en dosis saludables y dolores en espacios seguros, entre el city pop, disco, R&B y más estilos que se complementan con composiciones que relucen la madurez en la voz de le artista, ícono del jpop no sólo en su forma de cantar, sino en la solidez estructural del LP.
“Where Myth Becomes Memory”
Rolo Tomassi
A través de un fluido viaje de intensidades, “Where Myth Becomes Memory” se perfila como la muestra del extendido proceso artístico recorrido por Rolo Tomassi. En su sexto álbum, los ingleses enfocan su mirada hacia los sonidos etéreos, tomando nota de géneros como el dream pop para añadirlos a la fórmula donde también habitan influencias cercanas al mathcore. En un vaivén permanente, la banda logra plasmar la dualidad de emociones que conduce este disco, donde pasajes agresivos conviven armónicamente con aquellos momentos de mayor sutileza e intimidad. Liderados por la dupla Eva Korman y James Spence, Rolo Tomassi consolida una etapa de crecimiento mediante un trabajo donde prima la melancolía y amplía sus horizontes.
“Zeal & Ardor”
Zeal & Ardor
Tras casi un año entre la publicación de su primer single promocional y el álbum, Zeal & Ardor hizo valer cada segundo de espera por su nuevo LP. Como si hubiese sido intencional, por cada mes de espera, Manuel Gagneux incorporó un estilo musical en su ecléctico proyecto, reafirmando su posición de vanguardia en el metal. Con naturalidad y sin tapujos, el músico logra combinar ritmos tan dispares como los son el blues y góspel con el black metal, dando por resultado un trabajo lleno de matices, a su vez reinventando aquellos cantos que por siglos alzaron al viento los esclavos traídos desde África, reconfigurando su sentir, en un ejercicio que para liberar almas está dispuesto a desgarrar carne.
“II”
Dead Cross
Una aplanadora sin contemplaciones es lo que entrega Dead Cross con su segundo trabajo de larga duración. El proyecto que ve a Mike Patton asomarse por las vertientes del hardcore punk al más puro estilo de la escena ochentera, entrega un disco muy claro en sus intenciones, sin escatimar recursos para desenvolver su carácter de una manera lúdica y violenta, con la siempre inquietante fuerza interpretativa del frontman. Una sección rítmica de lujo, coronada por las punzantes baterías de Dave Lombardo, hace de este disco un esencial no sólo de la temporada, sino que también de un artista tan relevante como Patton, que se encuentra en un prolífero y maduro punto de su extensa carrera con múltiples proyectos.
“BLUSH”
PVA
El trío londinense no revoluciona el género, pero sí refresca el panorama con “BLUSH”. La receta de la banda es simple: acercarse lo más posible a todos los recursos del synthpop, el dance, la electrónica y sus derivados, con diferentes estados de fervor, intensidad y oscuridad. Así, el álbum se mueve entre la voz de Ella Harris y Josh Baxter, quienes marcan sus diferentes ritmos y pausas. Dentro de la música electrónica y bailable, PVA propone nuevos aires que, si bien no son arriesgados, recuperan ciertos pasajes de un estilo que necesita reinventarse. En sencillos como “Bad Dad” la banda conjuga en extremo su destreza entre lo sintético y lo análogo. Para los fanáticos del género, PVA se enlaza muy bien con lo que hacían bandas como Ladytron, por ejemplo.
“Fear Of The Dawn”
Jack White
En una de las decisiones más inesperadas para un artista como Jack White, publicar dos álbumes este 2022 sirvió para analizar en profundidad su obra, principalmente con “Fear Of The Dawn”, disco más eléctrico y experimental en comparación a su sucesor “Entering Heaven Alive”. Acá, el guitarrista se expande sonoramente y entrega arreglos refrescantes a una fórmula que con los años hizo propia, funcionando para dejar contentos a sus seguidores de la vida, así como a los curiosos que busquen un nuevo álbum de rock en tiempos como estos. Jovial, atrevido y despojado de las etiquetas, el guitarrista muestra una de sus facetas más maduras y sólidas con otro capítulo en su larga carrera.
“Gnosis”
Russian Circles
Con su octavo trabajo, Russian Circles abraza mucho más el metal que en otros discos, demostrando cuáles son sus intenciones e influencias. Y es que el consejo de Kurt Ballou en la producción los ha llevado a nuevos límites sonoros y compositivos. “Gnosis” asoma como un disco breve pero intenso, lleno de capas y detalles. Esos riffs que antes Mike Sullivan administraba de manera más textural y con el uso de loops, ahora resuenan de manera más cruda y directa, siempre acompañados de profundos bajos, y una furiosa y ordenada batería. “Gnosis” es uno de los trabajos más duros de Russian Circles, donde la inspiración se centra en profundizar ese sonido más ligado al sludge y al post metal, trabajando por capas y haciendo del trío una experiencia más robusta.
“The Line Is A Curve”
Kae Tempest
Como un ejercicio de auto reconocimiento y una necesaria comprensión de su entorno, Kae Tempest irradia energía en su urgente rima con “The Line Is A Curve”, álbum donde las historias de carácter más contemporáneo toman forma y fondo mediante los contrastes propios de lo personal y colectivo, factores esenciales para comprender la narrativa y forma de interpelar que tiene Tempest en su trabajo. Con un hip hop que no teme incorporar otros estilos, la obra progresa dramáticamente mediante la interpretación de experiencias, análisis de la sociedad y sus conductas, además de una convicción muy en tono con la manera en que Tempest despacha cada palabra, siempre de forma prosaica, resiliente y lo más honestamente posible.
“Warm Chris”
Aldous Harding
La manera en que se funden arpegios acústicos y eléctricos junto a la suave voz de Harding, dan cuenta de su atractivo y sólido rango. En un contexto más minimalista, la compositora neozelandesa se atreve con toques de electrónica muy sutil, jazz y pop, casi emulando a Broadcast, con cuerdas y teclas como protagonistas. “Warm Chris” es cálido y sencillo, pero lo que lo hace robusto y completo es su paseo por esos elementos; una pizca de cada uno para un sonido original con su clásica receta de voz, la que se disfraza en cada track según lo que propone en su revoltoso folk. La experiencia a través de los movimientos que propone “Warm Chris” no hace recordar a primeras la música anterior de la artista, sino que funciona como invitación a un descubrimiento personal e íntimo hacia sus propias inquietudes, pero de forma tenue y pausada, dejando trazos de clásicos en cada compás.
“A Gut Feeling”
Cassels
Claramente no fue parte del plan, pero el resultado deja claro que el dúo inglés fue uno de los que se benefició con la pausa de la pandemia. Si bien, la propuesta de la banda siempre se sostuvo en base a riffs directos y contagiosos, el tiempo extra para trabajar en el nuevo álbum permitió que perfeccionaran la fórmula. Mientras en lo narrativo lucen más punzantes y críticos que nunca, es en lo musical donde la banda corre el kilómetro adicional, explorando estilos que van desde el math rock al post punk, pasando incluso por momentos de pop de una manera equilibrada y atractiva. Líderes de un revival desde antes de que este lo fuera, el tiempo de los hermanos Beck parece finalmente haber llegado.
“NOT TiGHT”
DOMi & JD Beck
El joven dúo DOMi & JD BECK irrumpe con un debut que mantiene en completo equilibrio la suavidad y frenética naturaleza de un sonido virtuoso, y construido en base a una naturalidad y estructura rítmica sin titubeos. Con “NOT TiGHT”, estos músicos llevan los elementos esenciales del jazz fusión hacia las nuevas generaciones, proyectando una infusión de estilos de los 70 con una mirada moderna y que carga con el peso del aprendizaje y desarrollo de dichas influencias. Desde un enfoque técnico, maduro y fresco, este disco demuestra el poder que la interpretación puede explayar para crear la esencia y alma de los sonidos, más allá de estructuras y reglamentos.
“Close”
Messa
Cual tormenta de arena en el desierto, Messa ha irrumpido en la escena global de forma inesperada con un trabajo que logra brindar nuevos colores al siempre penumbroso doom metal. Conjugando una propuesta oscura, cargada de misticismo, llena de matices melódicos y fuertemente influenciada por la cultura norafricana, el tercer larga duración de los italianos tiende puentes entre la modernidad y sonidos de raigambre tribal, enriqueciendo de texturas la propuesta autodenominada por ellos mismos como “doom escarlata”. De esta forma, “Close” consolida y hace destacar ese sello propio al lograr una comunión entre el género y elementos de dark jazz, drone e incluso música ajena a la tradición occidental.
“Lucifer On The Sofa”
Spoon
Tras aventurarse a utilizar el estudio como un laboratorio en sus últimos discos, Spoon vuelve a la creación mirándose a los ojos, transparente y aparentemente simple, y el resultado es brillante, con más rock & roll y la sencillez como emblema. La banda hilvana ideas escondiendo sus complejidades, con la habilidad que ha decantado teniendo a Britt Daniel como uno de los compositores más prolijos del rock actual. En paralelo, Mark Rankin logra que el sonido del disco comparta tal limpieza, sin perder potencia ni esa rugosidad que ya es una característica de las performances de Britt y Spoon. Uno de los mejores discos de, quizás, la banda de calidad más consistente del rock en las últimas décadas.
“Dragon New Warm Mountain I Believe In You”
Big Thief
Lanzar un álbum de veinte canciones puede parecer excesivo para una banda que habitualmente se mueve por un universo sonoro más bien pausado, sin embargo, tras recorrer los 80 minutos que dan vida al quinto disco de Big Thief, se hace evidente que el cuarteto no sólo resolvió el acertijo sin contratiempos, sino que además terminó firmando el que muy probablemente sea su mejor trabajo a la fecha. Con acertados pasajes de indie folk, country, dream pop e incluso trip hop, una aproximación narrativa impecable a cargo de la infalible Adrianne Lenker y una producción especialmente cautivadora en lo rítmico, “Dragon New Warm Mountain I Believe In You” se alza sin duda como uno de los momentos musicales imperdibles del año.
“Cheat Codes”
Danger Mouse & Black Thought
De aquellas sorpresas altamente satisfactorias es lo que entrega “Cheat Codes”. En la primera colaboración entre los gigantes Danger Mouse y Black Thought, la excelencia es un atributo que aflora desde todas las aristas posibles. La producción refinada de Brian Burton transporta al oyente medio siglo al pasado, con recursos interesantes, como el tono de teclados y beats propios del soul, hasta detalles como el ruido de los discos de vinilo. La lírica certera del MC de The Roots se complementa con invitados igual de consistentes, destacando el aporte onírico de Michael Kiwanuka o la emotiva participación póstuma de MF DOOM. Un sólido homenaje al linaje cultural afroamericano, con méritos propios de un clásico contemporáneo.
“Laurel Hell”
Mitski
Hasta 2018, Mitski había estado editando discos casi cada dos años. Para “Laurel Hell” sin embargo, se tomó cuatro años y el tiempo parece haberle sentado bien, porque su nuevo trabajo abandona por un momento la crudeza rítmica de sus entregas anteriores y se embarca sin consideraciones en los terrenos del synth-pop, el indie y el new wave de la mano de Patrick Hyland, su productor de toda la vida, acometiéndose en líricas más conceptuales e íntimas. Si bien, la producción musical es sólida, y por ratos la naturaleza intrínseca de los sintetizadores acapara rango sonoro y la voz de Mitski suena soterrada, quizás es parte de su plan de pseudo retiro por allá por 2019 y dejar que la música tome un rol más protagónico.
“Dawn FM”
The Weeknd
Tras dominar la euforia y la resaca con el todopoderoso “After Hours” (2020), The Weeknd sorprendió al encargarse de las consecuencias en su disco más humano en mucho tiempo. “Dawn FM” tiene una fluidez y coherencia que se cruza con la confusión, añoranza y hedonismo que dominan los tracks de un álbum donde no sólo se extiende en el sonido electrónico bailable y nostálgico que consolidó al artista canadiense, sino también configura una retórica compleja. Una radio, un viaje al infierno personal, y figuras como Quincy Jones y Jim Carrey se suceden en un trabajo que utiliza la división entre placer y dolor para otorgarle madurez e intención a uno de los artistas claves del pop de este milenio.
“You Belong There”
Daniel Rossen
Cuando un trabajo se posiciona bajo el rótulo de “álbum solista”, usualmente ofrece la oportunidad de abordar pasajes que evocan intimidad, ya sea desde su música como sus letras. Con una sobriedad solemne, que va desde su austera portada en adelante, Daniel Rossen es consciente de esta virtud. Las armonías vocales, el acompañamiento de cuerdas y vientos y, sobre todo, el cautivador rol de las guitarras, en partes iguales dan una excelente muestra de un minucioso trabajo de producción y las cualidades multi instrumentales del también vocalista de Grizzly Bear. Acompañándose de letras crípticas, las diez canciones que componen este disco articulan un sonido envolvente y sorprendentemente equilibrado.
“Super Champon”
Otoboke Beaver
Brutales como knockout. En un comprimido de estridencia, Otoboke Beaver amplifica una puesta en escena que, hace sólo tres años, se caracterizó por su explosiva ferocidad. El segundo disco de las kiotenses lleva la fórmula al extremo, con un buen puñado de canciones que ni siquiera alcanzan los sesenta segundos y un álbum que, en su totalidad, apenas supera los veinte minutos. No hace falta de mayores preámbulos para apreciar la habilidad de uno de los grupos más histriónicos dentro de la escena hardcore punk contemporánea. Desde la trinchera del ruido, este cuarteto de mujeres arrolla al oyente en una vorágine que, pese a su ritmo fulminante e impredecible, no deja de ser una experiencia divertida.
“How Do You Burn?”
The Afghan Whigs
Greg Dulli es un tipo que lleva cuatro décadas haciendo música, pero en vez de ser un “viejo zorro” y no aprender nuevos trucos, mantiene los oídos y el alma abierta para continuar adelante, con sonidos que motivan, prenden, emocionan, aterran y enamoran. La saga de retorno de The Afghan Whigs continúa demostrando versatilidad, letras genuinas, interpretaciones que reconocen la experiencia sin avejentar el resultado y, en esta última parada, además lo hacen sin caer en nostalgias como sería tan fácil hacerlo. Ni siquiera las últimas notas de Mark Lanegan instalan al disco desde la reminiscencia, sino que desde la reflexión, mirando hacia adelante, con dolor pero sin temor, y el resultado es inspirador.
“Sometimes, Forever”
Soccer Mommy
Uno de los desafíos que enfrentan los artistas anclados en la vereda del indie pop es cómo hacer para diferenciarse del largo número de proyectos que ocupan dicho espacio. En esa línea, el tercer trabajo de estudio de Sophie Allison funciona perfecto para poner a la cantautora por delante de sus pares. Ya no sólo se trata de un proyecto de narrativas íntimas conducido por una voz cálida, sino que en este álbum Allison toma sonoridades de corte dream pop, noise y algo de psicodelia, pero además decide sumar a la mezcla arreglos de electrónica. Con esto, no sólo logra darle novedad a su propuesta, sino que permite que el disco atraviese espacios de luz y oscuridad sin perder un ápice de consistencia. Único y cautivador.
“Autofiction”
Suede
Una de las cosas que siempre se le agradece a una banda con más de dos décadas de carrera, es que sea capaz de aventurarse en nuevas direcciones y no repetir la fórmula. Es justamente en esa línea donde el noveno álbum del quinteto se anota sus mayores aciertos. Completamente desmarcado del ánimo orquestal de “The Blue Hour” (2018), lo que hace este nuevo trabajo es invitarnos a explorar la faceta más cruda, íntima y urgente del conjunto, en un cautivador viaje que no sólo echa mano a sonidos que rememoran a grupos históricos del rock gótico, sino que además saluda a bandas contemporáneas de la escena post punk sin perder en ningún momento el innegable sello de los londinenses. Revitalizador y contundente.
“Renaissance”
Beyoncé
Después de seis años de silencio discográfico, Beyoncé vuelve con un álbum que se distancia radicalmente de lo que nos entregó en su última placa. Los 62 minutos que dan vida a “Renaissance”, por un lado funcionan como una suerte de homenaje a los grandes nombres del dance y el house de antaño, pero sobre todo se alzan como una celebración destemplada a la vida, a seguir adelante y a creer en uno mismo. Todo, con una Beyoncé arrolladora en los vocales, una producción impecable y una ejecución tan ridículamente contundente, que casi con seguridad está destinada a superar los límites del nicho para arrastrar a la pista de baile a cualquiera que tenga oídos y se cruce por delante.
“fawn”
Foxtails
Los de Connecticut sorprenden con un disco breve en apariencia, pero robusto en cuanto a una madurez en la producción y el sonido. Y es que, cuando la inquietud cruza el límite de lo “post” y lo experimental, es clave dar con aquellos elementos diferenciadores. En “fawn”, Foxtails propone un viaje más denso y oscuro, que se mezcla con una producción cruda, con baterías secas y un trabajo más detallado en las capas de guitarras. La voz como pieza clave se funde de manera orgánica con la banda. Por cierto, hay límites que Foxtails no cruza para mantenerse en el cerco de lo experimental de su propuesta cercana al screamo. Así, continúan su independencia sonora y a la vanguardia, gracias a las apariciones de arreglos de violín y sus referencias al jazz. Este disco mantiene a la banda en un estado under, pero aun así muestra sus cartas como referentes de un buen, inquieto y atrevido trabajo.
“Aethiopes”
Billy Woods
Como una declaración llena de simbolismos aparece “Aethiopes”, el inesperado nuevo trabajo de Billy Woods. El rapero neoyorkino sorprende con un disco en solitario donde no deja rimas al azar, alzándose como uno de los álbumes a tener en cuenta en el universo rapero de este año. Tremendamente directo y político, Woods es capaz de interpretar una directa lírica crítica del capitalismo, el colonialismo tardío y el racismo, con elementos ligados al country y al jazz, apropiándose de estas texturas históricamente arrebatadas (en el caso del sample del músico etíope Alemayehu Eshete en “Asylum”) o sus acercamientos al reggae en pequeñas dosis, entre otras sutilezas. Woods –que creció en Zimbabue– rescata así parte de la historia y el significado de su cultura con una intrépida propuesta sonora.
“Hiss”
Wormrot
Sin muchos preámbulos, pero con dosis desbordantes de energía, “Hiss” se encumbra dentro de los lanzamientos más sólidos del panorama extremo con una vorágine aplastante de poco más de 30 minutos. Seis años separan a este álbum de su predecesor, tiempo más que extenso donde el proyecto de Singapur trasladó su propuesta hacia nuevos horizontes de experimentación. Detrás de este telón de caos, hay un trabajo de complejidad y técnica difícil de emular; un torrente de composiciones donde la visceralidad se ejecuta con precisión milimétrica. Con cambios impredecibles, violines con tintes caóticos y la velocidad como constante, Wormrot se abre camino y demuestra que el grindcore aún es terreno para la innovación.
“Jodeki”
Tricot
Alejada de la convencionalidad que se da a nivel masivo en la música asiática, Tricot vuelve a hacer de las suyas con un excelente trabajo como “Jodeki”, donde saca a relucir su maestría al aportar una sustancia muy rica al pop de sus canciones, enfocándose como siempre en la técnica a la hora de ejecutar sus secciones instrumentales. Con una ejecución compleja y un sonido muy accesible, el conjunto japonés logra el equilibrio preciso para transmitir su fluidez hacia los auditores, trabajando con un constante sentimiento lúdico y de progresión en su desarrollo. Atmósferas sutiles, pero de una profundidad muy explícita en su forma y fondo, logran encontrar ese punto exacto entre la calidez y la estridencia.
“Heart Under”
Just Mustard
La oscuridad y los niveles que esta puede alcanzar es el concepto transversal del segundo álbum de Just Mustard, ajustando los oídos para ver entre las densas capas que se entrelazan, en espirales que hacen fútil el intento de distinguir sonidos particulares. Entre un rock evocativo a lo industrial y la voz de ensueño de Katie Ball, el disco hace lo suficiente para evitar el tedio y demandar ser escuchado sin detener el movimiento de las sensaciones, que nunca son de total comodidad, pero sí continúan intrigando al oyente en cada momento. Este álbum tiene vocaciones de fuera de este mundo, sin abandonar la empatía con el pavor, desorientación y atracción que puede sentirse ante tal nivel de perfección sonora.
“God’s Country”
Chat Pile
Hay belleza en el caos, un desorden sin aparente chance de control, porque hay un halo de impredecibilidad que intriga, como los protagonistas de una obra dramática sobrepasando el punto de no retorno, pese a las advertencias previas. Una espiral de suciedad, agobio, crudeza, y con luz en medio, es lo que expone el LP debut de Chat Pile. En medio de elocuentes aullidos, Raygun Busch transita entre poesía entrópica y la prosa directa, animando a descender en espacios que no están oscuros, pero sí tenues. De cerca, lo instrumental se mueve árido y polvoriento, calzando con los retratos en carbón y residuos contaminantes que conforman el concepto que cohesiona un disco que convoca desde lo sucio, doloroso y real.
“THE UNRAVELING OF PUPTHEBAND”
PUP
Si toda la música del mundo fuera dramaturgia, PUP podría ser fácilmente un discípulo actualizado de Bertolt Brecht. Porque en el sonido de “THE UNRAVELING OF PUPTHEBAND”, el cuarto larga duración de los canadienses, hay algo de performático, como una obra de teatro donde, tras un telón de fondo de punk y noise, se entrecruzan intentonas de electrónica e indie naïve con canciones de plano jocosas e irónicas sobre la facilidad de la construcción musical. Conceptualmente, además, abordando la autodestrucción, la displicencia humana y la fragilidad de las relaciones en un mundo virtual (incluso entre ellos mismos como banda, Stefan Babcok mediante) cosechan un disco que nadie esperaba, pero todos queríamos.
“As The Moon Rests”
A.A. Williams
Las estructuras del doom y el metal siguen presentes en el segundo largo de A.A. Williams. De un muy buen presente, la artista inglesa explora con más márgenes diferentes atmósferas y elementos que hacen de su propuesta un resultado denso y oscuro. Sin embargo, dentro de su registro contralto también hay destellos de luz que dejan entrar arreglos de guitarra acústica y otros elementos que enriquecen, pero no sobrepoblan su propuesta. A.A. Williams ha sido una compositora inquieta y ha llegado con nuevos aires a renovar la escena de música pesada, que ya empiezan a dominar artistas que con nuevas claves se aproximan a romper los límites del género.
“A Light For Attracting Attention”
The Smile
La primera toma de contacto con el debut de The Smile, el proyecto de Thom Yorke y Jonny Greenwood con el baterista de afrojazz Tom Skinner, resulta desconcertante, aunque no por ello menos interesante. Teniendo como referencia el incatalogable sonido de Radiohead, abundante en este trabajo por ratos, cabría preguntarse por qué todo esto no fue material para otro trabajo de los ingleses. La respuesta posible está en el imaginario percutivo de Skinner y en el alma explorativa de Yorke y Greenwood, entregando un trabajo que se arremolina alrededor de sonidos improbables, capas asfixiantes y oscuridad de bajo octanaje para fraguar un sonido que difiere de otro de los tantos proyectos de Yorke, por ejemplo.
“Fossora”
Björk
Para su regreso en larga duración, Björk optó por el camino de lo impredecible facturando un álbum que toma del ambient, la esencia musical de su país y de cosas que quizás parezcan extrañas a ojos y oídos de quien no le ha seguido los pasos en las últimas décadas (como el reggaetón, aunque sea sólo en un par de canciones), para darse un gustito y permitirse fracturar una nueva frontera. La intención musical de “Fossora” es más ubicua y menos dolorosa y rígida emocionalmente que sus trabajos anteriores, es un canto a la maternidad y al amor familiar, poniendo incluso a sus propios hijos a colaborar en él, y también un canto a la vida que brota desde la tierra sin rozar siquiera lo hippie.
“Everything Was Beautiful”
Spiritualized
En una dinámica del tipo “celebración/fin de ciclo”, justo 25 años después del lanzamiento de “Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space”, el disco más laureado del conjunto, Jason Pierce llega a sorprendernos con un álbum que, pese a ser breve, sabe rescatar de forma precisa el imaginario eterno que ha construido la banda, y además juega a golpearnos con los ingredientes que hasta acá han hecho de esta propuesta una firma sonora de identidad única. Innumerables capas de sonido, figuras musicales reverberantes y una melodicidad abrumadora, hacen imposible resistirse al viaje con que el spaceman nos invita una vez más a flotar por el espacio. Hace años que el space rock no sonaba tan contundente.
“I Love You Jennifer B”
Jockstrap
Ambicioso, desconcertante y profundamente pop, el debut de Jockstrap se escapa de las convenciones cada vez que puede, sin dejar de ser un deleite cohesivo, consistente y lleno de sorpresas. Con paciencia y confianza, las decisiones estéticas subvierten las expectativas respecto a melodías y armonías de apariencia sencilla, pero que Georgia Ellery y Taylor Skye convierten en mapas donde se sabe el terreno que se pisa, mas no el camino exacto a recorrer. Y he ahí lo impactante: el ánimo constante de descubrimiento, aprendizaje y reconocimiento de ciertos patrones que cierran el círculo, volviendo a esta aventura en algo que finalmente resulta más familiar y acogedora de lo que se pudiera llegar a anticipar.
“Most Normal”
Gilla Band
Explorando la inquietante irracionalidad del mundo de los sueños, en un desafío extremo en forma y esencia, los otrora Girl Band nos mantienen al borde de la convulsión con su particular forma de entender el surrealismo. Estrenando nuevo nombre, los irlandeses presentan una ensordecedora mezcla entre la irreverencia del no wave, el desenfreno del noise rock y la oscuridad del post industrial, que, más allá de su estética, revela la cruda realidad de un proceso de rehabilitación y búsqueda de estabilidad mental. Escapando de convencionalismos, “Most Normal” es un golpe de corriente para nuestros sentidos y férreo ejemplo de cómo la incomodidad generada por el caos puede convertirse en una virtud.
“Blue Rev”
Alvvays
A cinco años de distancia de su antecesor, el tercer álbum de Alvvays continúa recorriendo terrenos dulces y nostálgicos. Pese a que “Blue Rev” no implementa cambios significativos a la fórmula, se trata de un trabajo donde el encanto sigue latente, mediante canciones cándidas y envolventes. La apacible voz de Molly Rankin convive entre pasajes etéreos y enérgicos, donde la reminiscencia a tiempos pasados es una constante. Guitarras inspiradas en Johnny Marr y sintetizadores oníricos profundizan la identidad de un proyecto que rápidamente alcanza la consolidación, pese a las dificultades personales. En este disco, los canadienses prueban que hacer música fresca y llevadera no es tan sencillo como parece.
“Free LSD”
OFF!
El reciente LP de los californianos es la prueba perfecta de que a veces un pequeño puñado de innovación puede mejorar el nivel a una banda de manera exponencial. No es que en el pasado lo del conjunto no fuera arrollador, sin embargo, se movía dentro de un universo donde había mucho más para elegir. En esta oportunidad lo que catapulta a OFF! es la inteligente inclusión de nuevos ingredientes, que van desde la más cruda disonancia, hasta pasajes de corte jazz, que no sólo funcionan perfecto como una aplastante muralla de sonido punk, sino que además dejan el campo abierto para que la banda se aventure a dar vida a una historia extraordinaria. Ya no sólo pegan fuerte, ahora también suenan únicos.
“Baby”
Petrol Girls
Cual grupo guerrillero, Petrol Girls busca incendiar los esquemas que oprimen a las mujeres a través de un equilibrio entre creatividad musical y punzantes mensajes de protesta. En su tercer álbum, la agrupación inglesa mantiene vivo el fuego de las barricadas a punta de noise rock y post hardcore, cuya estridencia agita en lo alto las banderas del feminismo y el anticapitalismo, sin matices ni eufemismos, en tiempos de polarización que así lo exigen. Lejos de ser una respuesta coyuntural, la propuesta de la banda se nutre de décadas de lucha, tanto en el terreno social como dentro de la escena musical, siendo una de las grandes herederas en el siglo XXI del discurso y furia del movimiento Riot Grrrl.
“CLOSURE / CONTINUATION”
Porcupine Tree
El regreso de Porcupine Tree con “CLOSURE/CONTINUATION” luego de trece años de ausencia oficial, podría parecer un reseteo, pero en realidad es la última gran jugada maestra de Steven Wilson, sistemáticamente rechazando la idea de reunir a la banda durante más de una década para poner por delante sus proyectos personales, cuando por detrás había canciones como “Chimera’s Wreck”, que data de 2011, por lo que la trastienda del disco transmite perfectamente la sensación ambigua del título. Un LP macizo, potente, pero escasamente metalero –muy en la veta actual de Wilson–, con vocación melódica y sentido experimental por partes iguales, un disco de prog-rock para mostrarle a los no fans del prog-rock con orgullo.
“Once Twice Melody”
Beach House
Los mundos que describe Beach House van más allá de las palabras, pero en su disco más ambicioso, la banda encuentra más resonancia en las letras, desarrolla especificidades en medio de lo difuso, y con ello entrega atmósferas variadas, que expanden lo ya conocido. En cuatro capítulos, cada cual accediendo a una forma de articular mensajes y emociones, pero con la íntima majestuosidad de los arreglos (por primera vez incluyendo una orquesta a su sonido) como punto común. Expansivo en su espectro, “Once Twice Melody” reúne todo lo aprendido por Beach House en su historia, y se siente como un punto cúlmine en sus poderes creativos y a nivel de composición, siendo tan familiar como desafiante.
“Skinty Fia”
Fontaines D.C.
Con el arraigo cultural que les caracteriza, Fontaines D.C. regresa con “Skinty Fia”, el que puede considerarse como el hito más consistente dentro de una joven, prometedora y para nada despreciable carrera discográfica. Trasladando la agresividad hacia un segundo plano, este disco fluye con distinguida sobriedad en canciones como “Bloomsday” y “Roman Holiday”, sin dejar de lado la impronta poética y melancólica que bien sabe materializar Grian Chatten. Dialecto, anécdotas de la historia reciente de Irlanda y sutiles inspiraciones musicales, son el cúmulo de elementos con los que la banda tributa a sus raíces, en un interesante ejercicio que se mueve con códigos contemporáneos.
“Mr. Morale & The Big Steppers”
Kendrick Lamar
El disco con más expectativa de toda la carrera del oriundo de Compton es también su obra más compleja y personal. A través de 18 tracks, Kendrick Lamar usa a “Mr. Morale & The Big Steppers” como un vehículo para explorar su mente y alma, con luces y sombras, dando su opinión sobre los temas de relevancia en el mundo, pero también ofreciendo una mirada a lo más profundo de su ser, dejando entrever todas las fracturas que eso conlleva. Con un ritmo asfixiante e intenso, el rapero opta por no encasillarse en un género ni apuntar hacia ninguna composición en específico, entregando un desarrollo a través de distintas capas, con todos los conceptos y personajes que componen esta obra tan oscura como esperanzadora.
“And In The Darkness, Hearts Aglow”
Weyes Blood
Si en su disco anterior Natalie Mering le cantaba a los aparentes tiempos finales y al sobrevivir, en este siguiente estadio ella prefiere enaltecer los efectos de esas pérdidas, la soledad de quienes quedaron y la desesperanza que surge del acto de seguir creyendo. En un tono aún más etéreo y celestial que en sus trabajos pasados, Weyes Blood trata de encontrarle sentido común a la humanidad más individualista de la historia. Entre psicodelia, música atemporal y una voz privilegiada, la belleza de este álbum se equipara a la devastación emocional y simbólica a la que apela, denotando experiencias colectivas más que personales, esas que se siguen perdiendo de vista, incluso cuando ya se pudrió todo.
“Hellfire”
Black Midi
Lo de Black Midi ya no es sorpresa. Su meteórica carrera les ha permitido ganar el respeto de la crítica y el cariño de la comunidad melómana. Como piedra angular de su incipiente discografía, “Hellfire” viene a coronar su santísima trinidad del rock progresivo contemporáneo, balanceando a la perfección la esquizofrenia y elegancia de sus dos predecesores. Ayudando a tender puentes entre rock arty y las masas, lo nuevo de los ingleses destaca por su histrionismo vocal y desenfrenada orquestación, manteniendo un constante tono épico y teatral, sin perder de vista la cuota de comedia. Eclécticos, encarnando el todo en todas partes y al mismo tiempo, el trío hace propio el sonido de la vorágine del mundo moderno.
“Ants From Up There”
Black Country, New Road
Uno de los desafíos que tenía el conjunto inglés luego de su disco debut, era demostrar que podía superar el reto del segundo álbum. Por fortuna, si hay una pregunta que este disco responde de forma categórica, es que lo de la banda no sólo se trata de una propuesta musical contundente, sino que además tiene un espacio enorme para seguir creciendo. Precisos arreglos de vientos y cuerdas, un impecable manejo de los silencios, una paciencia casi infinita en la construcción de cada corte y la sobrecogedora interpretación vocal de Isaac Wood, hacen de este “Ants From Up There” uno de esos viajes que por momentos parecen saltarse los oídos de los que estamos al otro lado del parlante para llegar a conectar directo con el alma.
Ránking y textos por Manuel Cabrales, Javier Pérez, Manuel Toledo-Campos, David Martínez, Matías Muñoz, Danny Arce, Emilio Toledo y Claudio Tapia. Diseño de gráficas por Rodolfo Jofré.
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Carlos Navarro
26-Dic-2013 at 1:34 pm
Bravo, buen recuento, discos de muchos conocidos pero con poco reconocimiento. Voy a intentar buscar y escuchar algunos que me interesan más que otros. Saludos y Gracias por esto.
así no mas
26-Dic-2013 at 1:35 pm
Falta el nuestra mafia de Catoni!!!
halo
26-Dic-2013 at 3:05 pm
en mi opinión falto baikonur y javier barria, en fin todos tienen gustos
cva
26-Dic-2013 at 3:11 pm
Falto baikonur
Diego Jorquera
26-Dic-2013 at 4:23 pm
que hay de Into the Void of Fear de Octopus???
pulento
26-Dic-2013 at 5:24 pm
Off To Nowhere – Statement Of Principles en el skatepunk 😀
Luis Felipe Vergara (@Luisfevena)
26-Dic-2013 at 5:25 pm
El de Rama gana por boleta
Cristóbal Leonardo Chávez
26-Dic-2013 at 5:38 pm
POP BARROCO JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA
Matías Reyes
26-Dic-2013 at 6:29 pm
Buen recuento, aunque me faltaron un par de merecidos lugares para el sello cazador, especialmente para “Ciervos”…
Esteban Espinoza Ross
26-Dic-2013 at 6:42 pm
Falto el Cachoi de Drogatones y “M” de Mecanico
claudio lara
26-Dic-2013 at 7:08 pm
Faltó “Oscura y Poderosa Canción Chilena” de Los Muertos.
Gonzalo Sanzana Z
26-Dic-2013 at 8:34 pm
Podrían haber dejado los links de cada disco po cabritos…además les faltó Tresktorce, hiphop!
Javier Æøå
26-Dic-2013 at 10:41 pm
Te me caíste con la descripción de Dënver. Pop barroco? Eso es pop aquí y en la quebrada del ají xd. A lo más “Synth-Pop” pero nada más.
Y Felicia? No cuenta por ser EP? D:
Erick Arellano
26-Dic-2013 at 11:47 pm
sin duda el mejor disco del 2013 es el imposible de rama !!!!
Jorge Bolton
27-Dic-2013 at 12:25 am
Y el Costa Esqueleto de Mantarraya?
Sebastián Andrés Ponce Silva
27-Dic-2013 at 3:41 am
No veo ni el “Into the Void of Fear” de Octopus, ni el “Ciclos” de aNeurisma…
No es por echar mierda (De hecho, el ver a Rama acá me agradó bastante), pero esos dos discos que mencioné hacen realmente falta acá, tanto por la trayectoria de ambas bandas como por la calidad (Ese metal progresivo con toques de djent de Octopus no se ven mucho que digamos en Chile, y la banda aNeurisma nos presenta un metalcore que sale de lo genérico y lo enriquece con toques de shoegaze, otra cosa que es inusual en Chile).
El listado de discos no estan mal, me agradó bastante, pero me da lata que no hayan tomado en cuenta estas dos hermosas y brillantes propuestas chilenas…
Pablo Collado
27-Dic-2013 at 11:15 am
Me parece buena la lista de discos destacados, sin embargo me suena a más de lo mismo no hay rescate de músicos independientes que tienen buenos trabajos o grandes voces como Natalia Tabilo, Yorka, etc
quizás valdría la pena armar una lista de las nuevas promesas para que la gente vaya conociendo sus trabajos
saludos
Jorge Pacheco Martínez
27-Dic-2013 at 11:39 am
Me faltó uno que encuentro notable y lamentablemente al parecer no ha tenido mucha atención de la prensa y la crítica, Costa Esqueleto de Mantarraya.
liessamo
27-Dic-2013 at 12:00 pm
faltó el disco homónimo de RADAR, que lamentablemente no ha sido reconocido en el medio local pero si en Argentina, acá les dejo el video LUZ http://youtu.be/wV3717ZfXbA
Gonzalo
27-Dic-2013 at 12:34 pm
y el disco de histéricos????
Alberto
27-Dic-2013 at 1:23 pm
Buen recuento per de todas maneras Faltó el discazo de Baikonur ¿quién vigila al hombre cansado? … Saludos!
María José
27-Dic-2013 at 1:32 pm
y el disco de Histéricos editado por algo records?
Fabián
29-Dic-2013 at 3:47 pm
falta costa esqueleto de mantarraya
Martin
29-Dic-2013 at 11:32 pm
falta Costa Esqueleto de Mantarraya!!
Rafael
30-Dic-2013 at 6:23 pm
Faltó Baikonur (Quién vigila al hombre cansado?) y su postrock; de todas formas es raro que aparezcan bandas así, por lo poco masivas y la lista en su mayoría apunta a eso. saludos a todos 🙂
pablo ibañez
30-Dic-2013 at 10:07 pm
Para mi el mejor es el de los verdaderos cabrera. Joya.
jose mendez
04-Ene-2014 at 5:16 pm
Falto el regreso de Saiko
Paulina Zambrano (@yipirock)
04-Ene-2014 at 5:50 pm
Rama lo mejor de recuento de año!!!
Leonardo Godoy
04-Ene-2014 at 7:41 pm
AERSTAME – CONTRAFORMA
Ignacio Mery (@itsmeignacio)
13-Ene-2014 at 6:13 pm
Faltó el de Camila Silva!!!
Juane Chomon
10-Feb-2014 at 5:05 pm
Les faltó el de aNeurisma… lejos el mejor del año…