Ya no es novedad la presencia de Sepultura en nuestro país, ya sea de teloneros, o como parte de algún festival, pero de que son una banda en plena vigencia, de eso no caben dudas, así lo demuestra su reciente álbum, “Kairos”, editado a mediados de este año, así que dejando los prejuicios de lado, siempre es saludable recibir tan demoledora visita. Todo partió el martes en la noche, cuando sorpresivamente aparecieron en un programa de TV, (Mentiras Verdaderas, LA RED), demostrando calidez e interpretando de manera acústica el cover de U2 “Bullet The Blue Sky” y la inmensa “Kaiowas”, ambas de perfecta ejecución, después de eso, nada, solo un momento de colección.
Miércoles infernal en Santiago, el público en su mayoría con poleras de la banda que ejercerá como plato de fondo, un par de buitres revendiendo, y un letargo en el aire que está para una postal. Una vez dentro de uno de los mayores patrimonios musicales nacionales, y con un pequeño retraso de al menos 15 minutos, salía a escena la banda comandada por su carismático guitarrista, Andreas Kisser , junto a Paulo Jr. en bajo y Jean Dolabella en batería, y qué mejor que comenzar a calentar motores (como ya se ha hecho costumbre en sus anteriores visitas) que empezar con la a estas altura clásica Intro del disco “Schizophrenia” (1987), seguida de otro clásico, “Arise”, en donde el público se mostraba efusivo y dejaban claramente plasmado el porqué Sepultura es una de las bandas más respetadas y con más seguidores en Chile. Seguirían “Refust/Resist”, canción emblema de primera mitad de los noventa y, que por el clima de violencia/represiva que impera en Santiago, se gozo a concho, casi a niveles religiosos, luego dieron paso a dos de su nuevo disco, la potente y bien trabajada “Kairos”, que le da su nombre al álbum, y “Relentless”. El show siguió con “Dead Embryonic Cells”, otra joyita del disco “Arise” de 1991, para luego continuar con las correctas “Convicted in Life”, “Chone” y “What I Do!”, estas tres últimas con Green como protagonista en las grabaciones de estudio.
Uno de los momentos altos de la jornada se vivió cuando Andreas Kisser se apoderó del micrófono para lanzar la populista frase “Santiago de Chile, la raíz del heavy metal” dando pie a la interpretación de la grandiosa “Troops of Doom”, de su debut “Morbid Visions” (1986) Luego desfilaron, otro par que suelen ser recurrentes en sus presentaciones, “Septic Schizo” y “Escape to the Void”, ambas del disco “Schizophrenia” (1987), la versión de “Just One Fix” de Ministry, aparecida también en el disco Kairos, al igual que “Seethe”, que sonó como antesala de su hit de 1994, “Territory”, en donde se hicieron oíbles algunas pifias de sonido en la guitarra de Kisser cuando ejecutaba los tonos altos, algo que sería una tónica de casi toda la presentación. Luego vinieron seguidas “Policia” e “Inner Self”, en donde continuaron los ya citados problemas de sonido.
Para el final dejaron dos de las mejores e infaltables de su repertorio, ambas del disco “Roots” (1996), “Ratamahatta” y “Roots Bloody Roots”, coreadas por un Caupolicán casi repleto, y en donde Green demuestra todo su despliegue corporal y rítmico, dejando en el asfalto a todos esos puristas que aún sueñan con el regreso de los hermanos Cavalera.
Un show potente, a ratos refrescante, a ratos predecible, pero con una cercanía y empatía con el público nacional que se agradece. Sin embargo está claro que necesitamos un pequeño respiro con nuestros amigos brasileños, ya con ellos, tenemos suficiente pasto para masticar durante un buen tiempo.
“Protagonismo popular” fue una de las tantas frases que caló hondo en la mayoría de las y los asistentes que se convocaron este sábado 27 de mayo en el Teatro Coliseo. Un concepto que rememora el trabajo de Márcia Carolina de Oliveira Cury (2017), quién se dedicó a estudiar el protagonismo popular las memorias de clase para dar relevancia de la articulación de los sectores marginados como tensión a las estructuras clásicas de poder, misma historia que se repite hoy en el recinto de calle Nataniel Cox, espacio en el que cuelga un lienzo que inscribe la consigna “NO A LA LEY GATILLO FÁCIL”, y que no pasa desapercibida para el profe Guillermo “Guille” Mármol, el alma de Eterna Inocencia, quien enarbola el concepto “Protagonismo Popular” como diagnóstico de acción política visibilizatoria y también como protagonismo popular de la euforia con la que las y los asistentes se reapropian de este show, en un territorio en el que reina el Síndrome de Estocolmo, un Chile que aún tiene las heridas abiertas de un golpe de Estado, pero en el que hoy las mayorías votan por aquellos que perpetúan la cultura de la servidumbre.
Loquero toma la delantera en esta fría noche de sábado. La banda argentina que comienza a trazar su historia con el demo “El que no se consuela es porque no quiere” (1991), hoy vuelve a nuestro país celebrando 30 años de trayectoria, esa trayectoria en donde la excentricidad y polémica se toman los procesos creativos que se declaran en constante rebeldía, pero que materializan en tracks como “Muchachos”, “Ansiedad” o “The Vegan Doctor’s Show”, lo medular de la autonomía, autogestión y lo popular en las expresiones culturales, máximas de vida que hoy coreadas con el alma por quienes vibran con el punk trasandino.
Los oriundos de un barrio marginal del Mar del Plata, y que vuelven a Chile por primera vez en compañía de sus compañeros de siempre, Eterna Inocencia, apostaron por un sólido setlist de 30 canciones, donde el mosh se vuelve protagonista del evento, volcando el protagonismo a los territorios olvidados e injustamente estigmatizados con potentes gráficas sociales que acompañan la interpretación de temas como “Barrio Niebla” e “Isla”. Loquero hizo lo suyo levantando tantas almas en identificación, como en transferencia, razón por la que “Ghost in The F.O.R.a.” se vuelve el broche de oro de esta noche tan esperada, porque Guille marca su presencia en completa humildad en magnánima interpretación del mítico track de “Club de Solos” (1999). Y así fue como entre abrazos y vítores, la banda deja el escenario, llevándose el corazón completo de un público que performatizó en desde el alma canciones que representan historias de vida, vulnerabilidades históricas y afecciones de dolor.
Con el Teatro Coliseo en su total capacidad, se hace manifiesta la subjetividad como construcción de contracultura, un público que encuentra en la existencia una forma de rebeldía al establishment de lo social, hoy apuestan por relevar el protagonismo de la lucha contra-hegemónica de tradicional. “Viejas Esperanzas” es el track que marca el regreso de Eterna Inocencia a nuestro país, y que también tensiona la premisa de “optimismo tóxico” al reconocer en la soledad el impacto del abandono. Le sigue “A los que se han apagado”, “Elsa y Juan” y “Sin Quererlo”, dejando en claro que “Las Palabras y Los Ríos” (2004), es el álbum que marca el ADN de la banda trasandina.
“No bien abran las flores” (2022) fue la marcada tendencia de la banda en cuanto a selección de temas, y ¿cómo no?, si el noveno trabajo discográfico de Eterna Inocencia emerge desde la vertiginosidad e incertidumbre de tiempos distópico-pandémicos, historias que existen en identificación en cada asistente que enuncia tracks como “Tu Mirada”, “Despedida”, “Amarras” u “Hojas Amarillas”. Por otro lado, “Entre Llanos y Antigales” (2014) toma especial protagonismo y popularidad en esta jornada, puesto que ebulle desde la necedad de reconocer la vulnerabilidad y dolor, como parte de las trayectorias vitales; por este motivo “Mis Maestros”, “Tus Heraldos”, “Puente de Piedra” y “La Radio Comunitaria”, cuentan diversas formas en que el dolor se entrelaza con la poética proyección visual de lo natural.
Un público sediento de hardcore melódico se rinde ante la belleza de “Nuestras Fronteras”. La capacidad propositiva de la banda argentina es vitoreada por todas y todos quienes repletan el recinto aledaño al Palacio de la Moneda, coincidentemente, el mismo recinto gubernamental que representa la concentración de poder y la parte más amarga de la historia republicana de Chile. Sigue resonando “Protagonismo Popular” en la cabeza de varios y varias que hacen manifiesta la lucha histórica de nuestros ancestros mapuche en “Weichafe Catrileo”, porque hoy el protagonismo popular en esta parte de Santiago se construye desde la retórica en resistencia, desde la tensión al tradicionalismo de la performance grandilocuente y sin alma, pero más particularmente se hace manifiesto cuando el protagonismo recae en los colectivos que resisten con y para la música, porque recordar se parece mucho a la justicia.
didac
21-Oct-2011 at 10:44 pm
KAIROS CON “K” KOMPADRE
Homero
22-Oct-2011 at 12:17 pm
Korrektor automático, Sr. Policía.