Sin duda la misión era complicada para Valium, pero había que enfrentarla con cojones e hidalguía, y eso es lo que hizo el trío nacional en el escenario de RockOut Fest 2016. Con la puntualidad que caracterizaría la jornada completa del evento, Erwin, Noel y Francisco subieron al proscenio con la tarea de empezar a mover a un público que iba a estar 10 horas en función de divertirse y disfrutar la música, y para ello no había medias tintas: era matar o morir, y desde el comienzo que el trío de punk chileno estuvo en esa sintonía.
Mucho ayudó el hecho de que el sonido que tenía el grupo era muy bueno, muy compacto, y que no tuvo nada que envidiarle al resto del cartel –de hecho, sonaron mejor que Anti-Flag, que vendrían después en el mismo escenario–. Esto se notó mucho en la capacidad de juntar tracks sin perder el tiempo que tenían. “Poco a Poco” se sucedía con “Círculo Vicioso” y “Todo Lo Que Sube”, en una cadena que no hacía más que motivar tímidos pero valiosos circle pits en medio de la cancha, con las poco más de mil personas presentes en ese momento y que, por el final del show, totalizarían más de dos mil.
Francisco Fernández se hacía cargo de hacer el aguante y de agradecer a los que habían viajado desde lejos, y que estaban a esa hora dándolo todo en el Estadio Santa Laura, en un gesto reflejo de los más de diez años de trayectoria que tiene el conjunto. Ellos son los que hacen el aguante, los que han viajado lejos desde Arica a Punta Arenas, y ellos son los que estaban dando su cien por ciento en el escenario por el que luego pasarían leyendas del punk como Dead Kennedys y The Offspring. Y eran ellos los que se ganaban copiosos aplausos en medio de las pequeñas pausas en el infernal setlist, que totalizaría diez temas en 29 minutos de show, todo con una puntualidad impactante.
“Distinto” fue un track que sonó más urgente que nunca, dando cuenta de todo el ensayo puesto en este show, y es importante notar eso, porque hay veces que se ve a una banda hacer todo en piloto automático en diferentes instancias, en cambio toma mucho más profesionalismo y carácter el hacerse de un espectáculo comprehensivo de una carrera completa en media hora, y eso es lo que desarrolló Valium, aprovechando un espacio y una plataforma. Pocas veces hemos visto que bandas chilenas tomen tan bien y tan empoderadamente los escasos tiempos que se les entregan en festivales, donde, claro, la atracción son los actos internacionales. El trío tuvo ese, entre muchos otros méritos.
Todo cerró con “No Me Quiero Acostumbrar” y sin duda que este puede ser un puntapié inicial para una nueva era en la carrera de Valium. Quien haya visto a la banda antes en vivo sabe que son buenos, y que su forma de aproximarse al punk es divertida y ágil, pero lo que se vio en RockOut Fest implica más que capacidades, sino que también actitudes, y allí puede estar el salto que puede pegarse la banda para llegar a lo masivo, algo que esperamos realmente que ocurra para que no sean sólo un millar, sino que muchos más los que queden en movimiento con Valium.
Pasó más de una década para que The Mars Volta regresara a nuestro país, y pese a que tenían nuevo material bajo el brazo, el proyecto a cargo de Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala se presentó ante su fiel fanaticada en el Movistar Arena con una impronta distinta al típico tour de promoción, muy por el contrario, centraron sus esfuerzos en una celebración a su obra y a la carismática sinergia que elaboran en el escenario, dando espacio para que una lluvia de melodías se deslizaran como conjuros desde sus instrumentos hacia la audiencia. Todo ese ritual, evidentemente, estuvo antecedido por un acto local que esta vez corrió a cargo de Miguel Conejeros y su proyecto F600, quien amenizó la jornada con distintas mezclas y una electrónica de tintes eclécticos y mucha sustancia, recibida respetuosamente por los asistentes que llegaron más temprano.
Ya entrada la hora del plato estelar, la agrupación salió a escena con unos minutos de retraso pero con una intensidad marcada desde el primer acorde. De entrada es evidente que la banda ya no es la misma, pero no por tener una formación diferente, sino más bien por la forma en que la dupla de Cedric y Omar se desenvuelven en el escenario como dos fuerzas imparables, y en ciertas lógicas completamente opuestas. Mientras la ceremonia entra en tierra derecha con “Vicarious Atonement”, ambos músicos entran en un diálogo que es sostenido por una banda que, de manera impecable, se concentran en sacar el mayor provecho posible para hacer brillar a las dos piezas centrales de esta maquinaria sonora.
La fuerza creativa del dúo está más desatada que nunca y, aunque esos elementos comunes que se encuentran en todos sus proyectos siguen inevitablemente ahí, la mejor forma en que la banda comprueba su identidad es en demostrar su inigualable manera de interpretar. Es así como composiciones gigantes de la talla de “L’Via L’Viaquez”, “Cicatriz ESP” o “The Widow”, encuentran su espacio dentro del setlist de manera excepcional, así como también pese a ser parte de distintos discos logran desencadenar una secuencia precisa con cada movimiento.
Esa capacidad anteriormente mencionada también encuentra atisbos de modernidad con canciones como “Shore Story”, por ejemplo, que se presenta como una composición que perfectamente puede sonar en una radioemisora junto a artistas de música más alternativa. Sin mayores tapujos, es como también puede sonar una exploración más arriesgada con “Drunkship Of Lanterns”, demostrando las distintas caras de TMV en todas sus capas sonoras.
Como toda buena banda de progresivo, The Mars Volta es un espectáculo de cocción lenta y una digestión incluso más pausada, debido a que los constantes juegos de guitarras, batería y cambios de ritmo a toda velocidad se van articulando poco a poco en un show que no transita entre la calma y la tempestad, sino que entre la intensidad y la elegancia de la interpretación, dando como resultado un sonido más aterrizado y robusto, sin exponer muchas fracturas en el camino.
Guido Salinas
04-Sep-2016 at 7:20 pm
cuanto saben !!!
Germán Andrés Scheihing Cárcamo
05-Sep-2016 at 4:25 am
Que alegria por Valium ! !