Si las expectativas para este festival estaban muy altas de antemano, sin duda alguna se vieron exponencialmente acrecentadas después de las excelentes presentaciones que nos entregaron en la semana Devo y Fantômas + Melvins. Pero aún nos quedaba la oportunidad de presenciar el debut de Helmet en nuestro país, luego de su fallida primera vez en 2011. Siempre es un riesgo en los festivales el tema de la puntualidad, por parte no sólo de la producción, sino que también del público, lo que en esta ocasión se tradujo en un Monster Stage con la mitad de su capacidad utilizada que, claro, aumentó a medida avanzaba la actuación, cuya primera entrega fue “Role Model” del exitoso “Meantime” (1992), donde el volumen de las cuerdas estaba bastante alto en comparación a la batería, aunque lo que respecta a la voz sonaba sin altibajos, situación que se extendió hasta bien entrado el show.
La idea era abarcar toda la discografía y contrastar las distintas épocas creativas de los neoyorquinos. Así, siguió una muestra de su último disco, “Seeing Eye Dog” (2010), con “So Long” y luego retomaron el material clásico con “Renovation”, punto alto del repertorio, donde predomina la influencia hardcore en comparación con la canción que le siguió, “See You Dead” del “Size Matters” (2004), que se sitúa dentro de lo más nuevo de la banda, con un sonido mucho más enfocado a la melodía y al rock, que a la estridencia. “Ironhead” perpetúa esta percepción con sus riffs pegadizos, igual a lo que provoca “Welcome To Algiers”, otro extracto de su último disco.
A estas alturas el sonido se ha equilibrado bastante, por lo que la densidad de “I Know” logra su cometido, resaltando el fiato obtenido por la alineación actual de los liderados por Page Hamilton, destacando el soporte firme que significa el trabajo hecho desde las cuatro cuerdas, donde descansa gran parte del peso y contundencia que caracteriza a Helmet. Acto seguido, una enérgica “Birth Defect” enciende el ambiente que se veía un poco mermado por la inclemencia del sol y sus efectos, para luego continuar con “Tic” y la popular “Unsung”, lo que finalmente se convirtió en uno de los mejores momentos de este debut en tierra nacional, con el público acompañando y, a esa hora, llenando ese sector de RockOut.
De su material más reciente nos mostraron “In Person”, que se posiciona a grandes rasgos como un fiel representante de este sonido menos duro y más rockero, desarrollado desde mediados de la década del 2000, y que ha sido objeto de críticas por aquellos más cercanos a lo realizado en la primera y más exitosa etapa del grupo. Pero como la tónica era mezclar las distintas eras, llegó el turno de “Wilma’s Rainbow”, que abre su disco de 1994, “Betty”, en una muestra fidedigna de la esencia que acuñaron en los 90 y que los convirtió eventualmente en un referente de la época.
A estas alturas, el Monster Stage ya cuenta con la mayoría de su espacio ocupado por una audiencia que no participa mucho del espectáculo, más allá de los aplausos propios de los interludios entre canción y canción, a excepción de los apostados sobre la barricada, por supuesto. Aunque cabe señalar que la banda tampoco es muy comunicativa y sólo se dedica a ejecutar cada pieza con precisión, algo que se valora, teniendo una hora de presentación y con tanto material al que echar mano. Así llegamos al tramo final de una actuación potente, y luego de algunos acordes de “Just Another Victim”, las encargadas de cerrar esta primera incursión de Helmet en Chile fueron dos de sus estandartes: primero “Milquetoast”, y luego la que sin duda es su más grande y reconocida pieza: “In The Meantime”, provocando más de algún alarido de aprobación y movimiento de cabezas, al ritmo de esos oscuros riffs que configuraron una forma de concebir la fusión metal/rock de aquellos días, destacando por la fuerza y por un público que reaccionó mucho más efusivo al escuchar aquel clásico tan exitoso de hace algunos años.
En la sumatoria final, fuimos testigos de un show nutrido de todos los períodos de la banda, lo que se agradece tomando en cuenta que jamás habían concretado una visita nuestro país, pero que careció en parte de ese toque místico que convierte a algunas presentaciones en inolvidables y que se graban a fuego en la memoria de los asistentes. Sin embargo, la ejecución y la entrega de la banda fueron óptimas para dar inicio a la jornada en términos de artistas internacionales, sacando la tarea adelante y confirmando por qué se esperaba tanto de este postergado debut.
el unico pero que le tengo al show de helmet es que el sonidista de la torre se podría haber dejado de estar webeando con el celular y haberse preocupado de que se escuchara mejor, porque había sectores desde los que el audio se escuchaba sumamente mal… cosa que fue mejorando a lo largo del día, pero en terminos de producción de sonido el escenario transistor fue superior todo el día al monster.
Y por favor, informese bien antes de escribir. Wilma’s Rainbow es el primer tema del “Betty”, no el último. Y si van a hacer reviews como este, dedíquense a poner el puro setlist. Nada que ver con reviews hechos anteriormente en este mismo sitio.
Pasó más de una década para que The Mars Volta regresara a nuestro país, y pese a que tenían nuevo material bajo el brazo, el proyecto a cargo de Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala se presentó ante su fiel fanaticada en el Movistar Arena con una impronta distinta al típico tour de promoción, muy por el contrario, centraron sus esfuerzos en una celebración a su obra y a la carismática sinergia que elaboran en el escenario, dando espacio para que una lluvia de melodías se deslizaran como conjuros desde sus instrumentos hacia la audiencia. Todo ese ritual, evidentemente, estuvo antecedido por un acto local que esta vez corrió a cargo de Miguel Conejeros y su proyecto F600, quien amenizó la jornada con distintas mezclas y una electrónica de tintes eclécticos y mucha sustancia, recibida respetuosamente por los asistentes que llegaron más temprano.
Ya entrada la hora del plato estelar, la agrupación salió a escena con unos minutos de retraso pero con una intensidad marcada desde el primer acorde. De entrada es evidente que la banda ya no es la misma, pero no por tener una formación diferente, sino más bien por la forma en que la dupla de Cedric y Omar se desenvuelven en el escenario como dos fuerzas imparables, y en ciertas lógicas completamente opuestas. Mientras la ceremonia entra en tierra derecha con “Vicarious Atonement”, ambos músicos entran en un diálogo que es sostenido por una banda que, de manera impecable, se concentran en sacar el mayor provecho posible para hacer brillar a las dos piezas centrales de esta maquinaria sonora.
La fuerza creativa del dúo está más desatada que nunca y, aunque esos elementos comunes que se encuentran en todos sus proyectos siguen inevitablemente ahí, la mejor forma en que la banda comprueba su identidad es en demostrar su inigualable manera de interpretar. Es así como composiciones gigantes de la talla de “L’Via L’Viaquez”, “Cicatriz ESP” o “The Widow”, encuentran su espacio dentro del setlist de manera excepcional, así como también pese a ser parte de distintos discos logran desencadenar una secuencia precisa con cada movimiento.
Esa capacidad anteriormente mencionada también encuentra atisbos de modernidad con canciones como “Shore Story”, por ejemplo, que se presenta como una composición que perfectamente puede sonar en una radioemisora junto a artistas de música más alternativa. Sin mayores tapujos, es como también puede sonar una exploración más arriesgada con “Drunkship Of Lanterns”, demostrando las distintas caras de TMV en todas sus capas sonoras.
Como toda buena banda de progresivo, The Mars Volta es un espectáculo de cocción lenta y una digestión incluso más pausada, debido a que los constantes juegos de guitarras, batería y cambios de ritmo a toda velocidad se van articulando poco a poco en un show que no transita entre la calma y la tempestad, sino que entre la intensidad y la elegancia de la interpretación, dando como resultado un sonido más aterrizado y robusto, sin exponer muchas fracturas en el camino.
linkinboss
07-Dic-2014 at 2:01 pm
el unico pero que le tengo al show de helmet es que el sonidista de la torre se podría haber dejado de estar webeando con el celular y haberse preocupado de que se escuchara mejor, porque había sectores desde los que el audio se escuchaba sumamente mal… cosa que fue mejorando a lo largo del día, pero en terminos de producción de sonido el escenario transistor fue superior todo el día al monster.
Alfonso
07-Dic-2014 at 5:38 pm
Solo faltó Street Crab!
Pato becerra
07-Dic-2014 at 6:17 pm
tambien tocaron Give it, y lamentablemente la gente no llegó temprano por que no habian buses, segun nos dijeron hubo un accidente en la carretera
Felipe
07-Dic-2014 at 8:44 pm
Y por favor, informese bien antes de escribir. Wilma’s Rainbow es el primer tema del “Betty”, no el último. Y si van a hacer reviews como este, dedíquense a poner el puro setlist. Nada que ver con reviews hechos anteriormente en este mismo sitio.
el veloz
20-Dic-2014 at 12:33 pm
Lo mejor del rockout, de echo no dieron descanso cuando tocaron todo el set.