Para despedir la tarde y darle la bienvenida a la noche santiaguina, se presentó en Chile por tercera vez la agrupación francesa Phoenix, que para muchos podría lucir como una banda casi juvenil del neo electro-pop, pero que llegan a los escenarios chilenos después de un largo viaje por diversos sonidos, soundtracks y discos. Y hoy, con un estilo más depurado y propio se han hecho dueños de las buenas críticas por parte de la prensa especializada y de su público en general.
Los chicos de Versalles llegaron puntuales, a las siete de la tarde, cargados con una batería de canciones rítmicas dispuestas para hacer bailar a cualquiera, y siempre bajo las direcciones del siempre carismático Thomas Mars, que no dejó ningún espacio para el silencio en el Claro Stage, al contrario de lo que sucedió con las imágenes, ya que mientras los arreglos de parlantes replicaban la energía del grupo en la apertura con “Entertainment”, el apoyo visual de las pantallas gigantes era interrumpido por fallas técnicas, donde incluso se visualizó a un técnico subiendo a reconectar una de las pantallas, mientras Mars y compañía desarrollaban su presentación. A pesar de esto, los franceses demostraron desde un comienzo la potencia de su labrado sonido, con importantes envolventes en sus secuencias y sintetizadores, y una aplastante sección rítmica, como quedó evidenciado con “Lasso” y con uno de sus singles más conocidos, “Lisztomania”, donde asomaron tímidamente un par de acoples, a pesar de que la mayoría del show contó con una buena calidad de audio, pero a ratos rozando lo fuerte y amenazando la saturación.
Con pantallas reestablecidas a momentos –sin duda el punto bajo de la presentación-, el show siguió con la bailable “Long Distance Call” y la delirante “The Real Thing”, de su disco más reciente “Bankrupt!” (2013), donde quedó clarísima la diferencia de sonoridad, evidenciando la evolución del sonido de la agrupación, que ha mutado desde un indie rock más conservador, a un pop sintetizado cargado de timbres y adornos, como también lo pudimos notar en “Trying To Be Cool”, “S.O.S. In Bel Air”, y en la mayoría del repaso de “Wolfgang Amadeus Phoenix” (2009), donde además destacaron los mix de canciones, lo que fue una muy buena jugada para lograr pasar por un mayor número de singles sin necesariamente tocarlas enteras, como sucedió con “Girlfriend” y “Too Young” –el éxito de la mano de Sofia Coppola-, el maravilloso momento instrumental de “Love Like A Sunset” y “Bankrupt!” –más conocido como “Sunskrupt!”, que fue ovacionado por los asistentes.
El sonido de Phoenix, a pesar del carisma y el empeño vocal que añade Mars, descansa equilibradamente en cada uno de sus seis componentes en vivo. Es imposible pensar en el desarrollo de las canciones sin el aporte de Brancowitz, Mazzalai o D’Arcy. O incluso sería imperdonable restar importancia a Robin Coudert en percusiones, o al gigantesco Thomas Hedlund en batería, quien participa como un eje central en toda la presentación, como en “Consolation Prizes” o en la aplaudida “Rome”, donde sabe añadir un apoyo fundamental a las ensordecedoras secuencias.
Otro de los grandes momentos de la presentación llegaría con otro de sus ya mencionados mixes, con “If I Ever Feel Better” y “Funky Squaredance”, ambos del disco debut de la banda, “United” (2000), y que reversionadas en 2014 suenan frescas y potentes. El show llegaría a su fin con las enérgicas “1901” y “Armistice”, para caer en el delirio absoluto con el reprise de “Entertainment”, donde se vio a Mars correr hasta la multitud para terminar en un largo y desenfrenado encuentro que lo dejó sin micrófono, forcejeando y siendo sostenido por decenas de fans. Sin duda un final épico para una banda que consolidó su relación con el público chileno.
Phoenix es una banda adulta, la juventud y el largo camino de búsquedas imprecisas quedaron en el pasado, ya que desde 1997 ha trabajado intentando encontrar el sonido que más le acomode, y desde “Wolfganf Amadeus Phoenix” que no ha parado de sorprendernos. No por nada vienen de encabezar en 2013 festivales como Lollapalooza Chicago, Coachella o Primavera Sound. Lo bueno es que el público chileno de Lollapalooza le ha sabido tomar el peso a la música con tendencias más pop electrónicas, y ya no son los invitados subnormales a las galas festivaleras. Más allá de que Phoenix mezcle material en la mayor parte de su discografía, el énfasis que le adhieren en vivo las hace vivir una segunda vida, donde el aire de las viejas canciones convive con la instrumentalización actual, dejando en nuestros oídos una sensación de saciedad sonora. Bienvenidos al sonido definitivo de Phoenix.
Setlist
Entertainment
Lasso
Lisztomania
Long Distance Call
The Real Thing
Too Young / Girlfriend
Trying To Be Cool / Drakkar Noir / Chloroform
Consolation Prizes
Sunskrupt! (Love Like A Sunset Part I / Bankrupt! / Love Like A Sunset Part II)
Era el debut más que esperado para una de las bandas más interesantes que surgieron durante los dosmil gracias a “Old World Underground, Where Are You Now?” (2003), que casualmente cumple 20 años desde su lanzamiento. En ese contexto, la banda venía presentando pinceladas de su época debut y mezclando aquello con parte de su último disco “Formentera II” (2023), en una gira que los tuvo por México y Perú antes de aterrizar en nuestro país.
Parece extraño que después de tantos años de popularidad la banda canadiense no haya pisado suelo chileno sino hasta muchísimo tiempo después, saldando así un plazo y una deuda de larga data. Con una carrera en extenso y sólida, el grupo al fin debutaba frente a un buen marco de público en Teatro Coliseo, que se convirtió en una fiesta de principio a fin.
Emily Haines, de brillante atuendo, salía a escena más animada y sorprendida que de costumbre, sintiendo a cada una de las personas del teatro, que hicieron del show un espacio más íntimo que de costumbre. Tras un breve retraso, el grupo no perdió el tiempo con “Cascades”, “Doomscroller” y “Gold Gun Girls”. Con una ejecución más que nítida del resto de la banda, la energía y la onda que emana Haines fluyó y acompañó su voz en un muy buen estado.
Le siguieron el hit “Gimme Sympathy” que hizo bailar a toda la cancha y significó un punto alto del show, con Haines visiblemente sorprendida del recibimiento del público chileno, que la acompañó bailando y coreando cada tema. Con el mismo entusiasmo pasaron “Formentera” y la divertida “Synthetica” para dar paso a “Help I’m Alive”, uno de los tesoros de su época anterior y uno de sus mejores temas. Al cierre, “Combat Baby” desató la locura con sus mezclas de electrónica y guitarras.
Lamentablemente, la espera y la expectativa por tributar su primer álbum era alta en parte del público, que esperaba más canciones de su debut -extrañando, por ejemplo, una interpretación de “IOU”- sin embargo, la banda reapareció en escena para regalar en formato acústico “Calculation Theme”, seguida de “Monster Hospital” y “Black Sheep”, otra de las esperadas por el público y que fue popularizada en la banda sonora de la película “Scott Pilgrim vs. The World”. Al final, la sentida y emotiva interpretación de “Breathing Underwater” fue el cierre perfecto con su atmósfera y cadencia que dejó los ánimos más que calmos para coronar una más que correcta primera visita de la banda a nuestro país.