Lo de Judas Priest, si quisiera ponerlo en palabras, es difícil. Lo de Rob Halford, KK Downing, Ian Hill, Glenn Tipton y Scott Travis fue indescriptible. En el marco de la gira promocional de su última placa “Nostradamus”, la presentación se establecía como una buena manera de cerrar el año. Recordemos que ya habíamos tenido visitas insignes, como lo fue Iron Maiden en marzo, Dream Theater, Megadeth entre otros.
Por ende, la vara estaba en lo alto. Pero hay que decirlo, Halford y sus compañeros, estuvieron a la altura, quizás no será de la magnificencia de lo que trajo Bruce Dickinson y compañía. Pero sin duda, fue un recital muy potente y por sobre todo lleno de sorpresas. Sobre todo por la interpretación de “The green manalishi”, canción que no fue siquiera compuesta por la banda. Sino por los británico/americanos de Fleetwood Mac. Segundo por una excelente interpretación de “Hell Patrol”, que sin duda ha sido una sorpresa en esta última gira.
Por otro lado, la inclusión de los clásicos de siempre, y esa rutina más que probada. Le dio un plus infartante a la presentación de Judas Priest. Si empezamos por el himno al desorden, “Breaking the law”, con un Rob Halford, transformado en un antisocial, y que repite con frecuencia “…breaking the what?…”. También es destacable un hit tempranero como “Metal Gods”, que sin más, fue un aviso de Halford a su audiencia chilena. “Aquí estoy yo, soy un Dios del Metal”.
“The Hellion”, sumada a una excepcional “Electric eye” fue otro aderezo a esta acribilladora interpretación de clásicos. “Painkiller”, no podía faltar. Creo que sin duda es la canción más popular de los de Birmingham. Basta escuchar los primeros golpes de la batería, en esa espectacular introducción, y todo fanático de Judas Priest se prende. Desde el más acérrimo hasta los más superfluos. Es como fuego, si consideramos que los fanáticos fueran pólvora.
El momento más exquisito del show fue sin tapujos, para “Hell bent for leather”, cuando un Rob Halford sacó a relucir lo más rockstar de su personalidad. Entró montado en su motocicleta, con esa “pinta” bien particular. Fue una de las más aplaudidas. En esos mismos términos, “Rock hard, ride free”, fue muestra de un emblema insigne de Judas Priest, por sobre todas las cosas demostraron su total vigencia, y una notoria muestra de lo rejuvenecidos que se encuentran Judas Priest. Impresionante. “Death”, con toda la parafernalia del trono, y esa salida por debajo del baterista. Torno el ambiente en una corte, y el rey cantaba su mandato. Por otro lado, “Sinner”, del eximio “Sin after sin”, la rompió.
De su nuevo disco, la selección de su repertorio fue notable. Para partir, luego de la introducción inicial “Dawn of creation/Prophecy”, abrió los fuegos, y el apetito de los fanáticos por deleitarse con lo nuevo y por sobre todo con lo antiguo. Aprovechar el buen sonido y oficio de la banda. Fue una ocasión como pocas, que hasta los más asiduos seguidores de Judas Priest, y en específico de su calvo vocalista, compararon con la mítica presentación de apertura a Iron Maiden, el 2001. Y aun establecieron lo acontecido el 2008, por sobre la anterior presentación de Judas Priest el año 2005. “Death”, también entra en esta categoría, muy buena elección de su última placa.
El tridente más rockero fue “Eat me alive”, “Between the hammer and the anvil” y “Devil’s Child”. “Dissident Agressor” fue una de las más potentes, junto a “You’ve got another thing coming”. Por su parte “Angel”, le dio la parte emotiva, y más tranquila a una presentación de Judas Priest.
Fue un concierto potente, no hay duda. Muchísimo más intenso que el anterior. Comparable a la potencia de Rob Halford en solitario, el 2001. Un placer renovado. El heavy metal clásico no está en decadencia, no va en bajada, ni tampoco hacia su desaparición. Judas Priest mantiene vivo al estilo, y más fresco que nunca.
Ya tengo 36 años, y pensé, con suerte estos diosese vienen en tres años más, y voy a estar casi en los 40, así que salté como nunca, empujando chascones que debían decir y este que onda, para estas lo más cerca de KK, Glen, Ian y Rob, la pasé la raja, mucho mejor que el 2005.
Era el debut más que esperado para una de las bandas más interesantes que surgieron durante los dosmil gracias a “Old World Underground, Where Are You Now?” (2003), que casualmente cumple 20 años desde su lanzamiento. En ese contexto, la banda venía presentando pinceladas de su época debut y mezclando aquello con parte de su último disco “Formentera II” (2023), en una gira que los tuvo por México y Perú antes de aterrizar en nuestro país.
Parece extraño que después de tantos años de popularidad la banda canadiense no haya pisado suelo chileno sino hasta muchísimo tiempo después, saldando así un plazo y una deuda de larga data. Con una carrera en extenso y sólida, el grupo al fin debutaba frente a un buen marco de público en Teatro Coliseo, que se convirtió en una fiesta de principio a fin.
Emily Haines, de brillante atuendo, salía a escena más animada y sorprendida que de costumbre, sintiendo a cada una de las personas del teatro, que hicieron del show un espacio más íntimo que de costumbre. Tras un breve retraso, el grupo no perdió el tiempo con “Cascades”, “Doomscroller” y “Gold Gun Girls”. Con una ejecución más que nítida del resto de la banda, la energía y la onda que emana Haines fluyó y acompañó su voz en un muy buen estado.
Le siguieron el hit “Gimme Sympathy” que hizo bailar a toda la cancha y significó un punto alto del show, con Haines visiblemente sorprendida del recibimiento del público chileno, que la acompañó bailando y coreando cada tema. Con el mismo entusiasmo pasaron “Formentera” y la divertida “Synthetica” para dar paso a “Help I’m Alive”, uno de los tesoros de su época anterior y uno de sus mejores temas. Al cierre, “Combat Baby” desató la locura con sus mezclas de electrónica y guitarras.
Lamentablemente, la espera y la expectativa por tributar su primer álbum era alta en parte del público, que esperaba más canciones de su debut -extrañando, por ejemplo, una interpretación de “IOU”- sin embargo, la banda reapareció en escena para regalar en formato acústico “Calculation Theme”, seguida de “Monster Hospital” y “Black Sheep”, otra de las esperadas por el público y que fue popularizada en la banda sonora de la película “Scott Pilgrim vs. The World”. Al final, la sentida y emotiva interpretación de “Breathing Underwater” fue el cierre perfecto con su atmósfera y cadencia que dejó los ánimos más que calmos para coronar una más que correcta primera visita de la banda a nuestro país.
ascanio
10-Nov-2008 at 6:59 pm
estube hai en primera fila
espectacular grande judas
sedoanarko
10-Nov-2008 at 11:46 pm
estuve en cancha y concuerdo ke estuvo mejor ke el 2005. grande los METAL GODS y GRANDE ROB HALFORD
larra
12-Nov-2008 at 4:30 pm
También en cancha, a metros de los dioses…sin duda mejor que el primero.
Este metal-abuelo está screaming como nunca
Ronnin
22-Nov-2008 at 9:54 pm
Ya tengo 36 años, y pensé, con suerte estos diosese vienen en tres años más, y voy a estar casi en los 40, así que salté como nunca, empujando chascones que debían decir y este que onda, para estas lo más cerca de KK, Glen, Ian y Rob, la pasé la raja, mucho mejor que el 2005.
Marialicia
15-Dic-2008 at 4:03 pm
Igual ya no canta como antes…
weon anonimo
07-Mar-2009 at 1:04 pm
si ubieras estado ahy no dirias lo mismo
drokal.
30-Nov-2009 at 10:09 pm
no falta el weon que tira pa abajo las was wn …
Metaliferous
13-Mar-2009 at 10:14 pm
Tienen el show completo en dvd ?
Favor su respuesta a mi correo
anonimo
15-Mar-2009 at 9:16 pm
naaa ya no cnata como antessssç
Metaliferoz
09-May-2010 at 4:07 pm
Sos lo más grande pelao!
Dio in hell
02-Jun-2010 at 1:29 pm
En taringa demás que se puede encontrar el dvd del concierto, yo al menos bajé el audio de por ahiiii