Para muchos, la vida se trata de poner capa tras capa tras capa, y que la idea original sea mejorada paulatinamente, con trabajo duro, con una atención en los detalles. Para otros, se trata de que lo primario se destaque y punto, sin mayores cambios, sin evolución alguna. Este juego entre evolución paulatina y genialidad impoluta hace que muchas veces haya cosas que se sienten sobrecargadas, y otras que no alcanzan todo su potencial. He allí una de las características que hace sobresalir a J Mascis entre la multitud, porque el estadounidense parte de Dinosaur Jr. sabe bien que no porque algo sea simple debe dejar de ser bien trabajado, y bien armado.
El inconfundible J Mascis se presentó en el Centro de Eventos Cerro Bellavista el pasado 20 de mayo, en una nueva jornada de Estudio Estéreo, ante un recinto lleno de gente que en la previa cuchicheaba acerca de lo que verían en el escenario. Un atril con letras, una silla, un par de guitarras y el micrófono. Nada más, ni nada menos. Ya se veía que Mascis haría un show donde sólo él estuviera allí, aprovechando el sitio, pero claro, la inquietud venía en pensar cómo lograría recrear la potencia de los tracks que tocara de Dinosaur Jr. sólo con su guitarra. Al mismo tiempo, la duda recaía en si podría hacer dialogar a estas canciones con las que componen su último trabajo de estudio, el bello “Tied To A Star” (2014). Y, obviamente, no es cualquier persona de la que estamos hablando, sino que de uno de los guitarristas más relevantes de la historia de la música, y no uno que se sustenta en virtuosismos vacíos, sino que en melodías importantes, en la armonía resultante entre su voz pastosa y guitarras limpias o distorsionadas.
El show partió casi puntual a las 22:35 horas, y de partida J Mascis te pide que lo escuches con “Listen To Me”, única canción de su anterior registro solista, “Several Shades Of Why” (2011), que sonará en los setenta minutos de show. Claro que no todos atendieron al llamado, porque muchas veces entre una canción y otra hubo un segundo audio dominante, que era el de las conversaciones de mucha gente. Lo bueno es que la configuración de sonido fue tan bien hecha, que durante el espectáculo en sí era prácticamente imposible distraerse con aquello, lo cual es mucho decir al pensar en que era un show de un hombre y su guitarra, y nada más que eso, pero es J Mascis el que llena el escenario, y su magnética presencia y talento son los elementos que consiguen despercudir al show del riesgo más evidente que es el de la planicie emocional y narrativa.
Esto es logrado con la mezcla entre tracks más íntimos como “Me Again”, con otros que son mucho más catárticos como “Little Fury Things”, la primera de Dinosaur Jr. que sonaría en la noche. La reacción de la gente con las canciones del principal grupo de Mascis es grandiosa siempre, aunque no se quedó atrás la recepción a “Ammaring”, único tema que sonó de J Mascis & The Fog, y que fue la canción que sorprendió a todos cuando el artista no sólo tocó su guitarra de forma acústica, sino que también poniéndole distorsión de guitarra eléctrica y, además, comenzó a hacer uso extensivo de los loops como capas de base, para luego despachar tremendos solos y riffs con mucho ruido, que realmente calaron hondo en los asistentes a este show. Con estas buenas sorpresas a la orden de la jornada, y con un Mascis que, entre parco y piola, agradecía cada tanto en un inglés casi inentendible.
“Every Morning”, “Stumble” y el combo entre la instrumental “Drifter” y la tremenda “Heal The Star”, fueron canciones que sonaron de “Tied To A Star” y claramente son canciones donde también se pueden advertir las subvaloradas dotes vocales de J Mascis, un tipo al que su pastoso timbre muchas veces no le permite tener un reconocimiento digno en materia interpretativa, y que realmente lo tiene. Así como con la guitarra, la voz de Mascis en ningún momento se torna monótona, y las progresiones de notas y melodía –aunque con algunas desafinaciones- son bastante buenas, siendo un buen complemento a las grandes maneras en las que el de Massachusetts toca su guitarra.
La mayoría del set tuvo canciones de Dinosaur Jr., que en la clave solitaria que imprime Mascis se convierten en una mezcla entre íntimo y directo, interno pero explosivo, construyendo grandes momentos, aunque quizás los espacios más masivos vinieron de la mano de los covers de “Fade Into You” de Mazzy Star, y luego en el bis con “Just Like Heaven” de The Cure, que tuvieron a más gente coreando las canciones y generando momentos divertidos. Aun así, los fanáticos disfrutaron a concho de clásicos de Dinosaur Jr. como “Alone”, que cerró el set principal, o “The Wagon”, que entregó un grandioso final de show, dejando a todo el mundo arriba de la pelota en la forma mesurada que hace J Mascis.
El guitarrista y compositor entregó, en una fría noche de mayo, una velada para acompañar, para recordar, para escuchar al paso y para prestar completa atención. En una hora y diez minutos, así como Mascis mostraba las “diferentes formas del por qué” en un álbum anterior, en este caso nos mostró las diferentes formas del acompañamiento, al presentar un espectáculo que exploraba en discursos claros pero diferentes, en guitarras fuertes pero directas, y en una interpretación parca pero llena de matices inesperados. Un show simple de un tipo escueto, que con sencillez logró repletar de calidez el recinto de Chucre Manzur. Un gran espectáculo lleno de lo que importa: música de la buena, hecha con sinceridad y humildad.
El presente de Tom Morello, actualmente en un intervalo tras la cancelada reunión de Rage Against The Machine en 2022, pareciera ser inquieto pero incierto a la vez. Enfocado en trabajar en nueva música junto a su hijo y colaborar con diversos proyectos que lo buscan, el guitarrista emprende un nuevo viaje solista, esta vez como un recorrido-homenaje a su extensa y vital carrera, sin dar demasiadas luces sobre el futuro de su proyecto principal pero entregando pequeños bocados de lo que podría ser.
Con un Teatro Caupolicán repleto pero a media capacidad, la expectativa era más que alta para ver en nuestro país, una vez más, al legendario músico. Luego de la intensa presentación de Cler Canifrú quien abrió los fuegos, Morello saltó a escena con “Manifiesto” de Víctor Jara de entrada, una imagen del Negro Matapacos en pantalla gigante y los acordes de “One Man Revolution”, de su proyecto The Nightwatchman como primer track. De ahí y sin descanso, el músico despachó, acompañado de su guitarrista en voz, “Let’s Get the Party Started” (colaboración junto a Bring Me The Horizon) y “Hold The Line”.
Con el público ya prendido sólo faltaba un discurso inicial antes de desatar la locura y exponer sus pergaminos musicales. En tan sólo un par de minutos, Morello se paseó por riffs (y nada más que las intros) de “Bombtrack”, “Know Your Enemy”, “Guerrilla Radio” y “Sleep Now In The Fire” de Rage Against The Machine, dando sólo una pincelada de hits en un particular medley, que además incluyó un homenaje a Chris Cornell con “Like A Stone”, la única canción interpretada de inicio a fin. De allí en adelante, Morello y su banda recorrieron covers y reversiones e incluso una tibia interpretación de “Gossip”, el último hit de los italianos Manëskin que cuenta, justamente, con Morello como invitado.
¿Qué es lo que hace diferente a Tom Morello? Más allá de su inconfundible sonido e impronta o haber formado parte de importantes bandas y ser portavoz de himnos, el músico tiene una personalidad propia que bien se ve más allá de esas luces, sin embargo, pareciera ser que la música y los fans siempre lo arrastra a su personaje. Ejemplo de ello la lectura de porciones del público en donde cada acorde inicial era potencialmente un hit de RATM. En ese sentido, la presentación de Morello se vuelve a ratos inentendible, fuera de contexto, indescifrable. Tom Morello podría más que una tonelada de wah, octavador y un recorrido de hits en formato karaoke. Es su carisma, talento y visión, además, lo que lo posiciona como un músico querido y respetado, pero que cuesta sacar del pasado.
Por ello, la decisión de un repaso más que un show completo y preparado en clave solista no le hace justicia al guitarrista, quien tiene argumentos mucho más interesantes para presentar como su acercamiento al folk con The Nightwatchman. Allí, el músico prueba y arriesga tomando guitarras acústicas y explorando en fondo y forma (“World Wide Rebel Songs” y “Keep Goin’”). El show, divertido y con una ejecución correcta, vuelve a un estado de mixtura con nuevos covers y reversiones de pequeños saldos de diferentes etapas, para coronar la jornada con “Killing In The Name”, cantada a pulso con todo el teatro y “Power To The People” de John Lennon como punto final. Tom Morello sella un nuevo paso por uno de sus países favoritos con un público fiel y cómplice, apañador y motivado, que da solidez a un show que a ratos puede parecer sólo un singular ejercicio de nostalgia.
Setlist
One Man Revolution (original de Tom Morello: The Nightwatchman)
Let’s Get The Party Started
Hold The Line
Bombtrack / Know Your Enemy / Bulls On Parade / Guerilla Radio / Sleep Now In The Fire / Cochise (originales de Rage Against The Machine y Audioslave)
Like A Stone (original de Audioslave)
Voodoo Child (original de Jimi Hendrix)
GOSSIP (original de Manëskin)
Lightning Over Mexico
Secretariat
Cato Stedman & Neptune Frost
Rat Race / Battle Sirens / Where It’s At Ain’t What It Is / Prophets Of Rage / Harlem Hellfighter / Can’t Stop The Bleeding / Bullet In The Head (Tom Morello/Prophets Of Rage)
Keep Goin’
World Wide Rebel Songs (original de Tom Morello: The Nightwatchman)
Testify / Ghetto Blaster / Half Man Half Beast / Born of A Broken Man / Freedom / Snake-charmer (originales de Rage Against The Machine)
Vigilante Nocturno
The Ghost Of Tom Joad (original de Bruce Springsteen)
Killing In The Name (original de Rage Against The Machine)