No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Eso es lo primero que se puede afirmar sobre la conclusión de esta extensa teleserie de Foals en Chile. Recordemos que la banda originalmente se presentaba en nuestro país en octubre del año pasado, cambiando luego su show para julio de este año, para finalmente volver a aplazarlo hasta el mes de octubre, fecha en la que finalmente se logró concretar el regreso de Yannis Philippakis y compañía. Abocados netamente a la promoción de su último LP, “What Went Down” (2015), los originarios de Oxford venían precedidos por sólo buenas críticas a un show que ya se ha paseado por la mayoría de los festivales en el mundo. Es por eso que las expectativas eran gigantes, y Foals, como buena banda, supo estar a la altura.
Faltando sólo un par de minutos para las 21:00 horas, la música comenzaba a sonar y el guitarrista Jimmy Smith apareció en escena para iniciar la instrumental “Prelude“, canción en la que de a poco se fueron uniendo sus compañeros. Jack Bevan tomó sus baquetas para iniciar el combate, mientras que Edwin Congreave se escondía tras su teclado. Walter Gelvers tocaba su bajo silenciosamente y Yannis saludaba de inmediato, haciendo notar su presencia y arengando al público a cantar “Snake Oil“, corte de su último disco. De ahí en adelante, la cancha se transformó en un torbellino de cuerpos, encendiendo cada espacio del recinto. Bevan tocaba el ritmo de “Olympic Airways” y la gente se volvía loca saltando y bailando; el fuego recorría cada centímetro, la banda y los fanáticos estaban en llamas. “My Number” demostró la esencia bailable que posee el quinteto, quien es capaz de componer canciones pegajosas en los más variados estilos. Los efectos sintetizados de Congreave permitían darle un aura ochentera a esta fiesta, una celebración que estuvo pensada para los fanáticos de todo tipo: el que coreaba las canciones, el que las cabeceaba y el que sólo quería bailar. Foals tiene música para todos los gustos.
Es destacable cómo Yannis hizo su trabajo de frontman de manera más que excepcional, demostrando la intensidad de su voz en canciones como “Providence” o “Give It All“. Otro de los extractos del último álbum fue “Mountain In My Gates“, una de las favoritas por parte de la gente, que fue celebrada apenas comenzaron a sonar sus primeros acordes, mientras que “Spanish Sahara” fue seguida por todos, quienes cantaron cada palabra junto a Philippakis. Un trance llevó al público por la profundidad de “Red Socks Pugie” y “Late Night“, en la que, previo a su interpretación, Yannis agradeció a todos por haber asistido y pidió disculpas por “haberles tomado tanto tiempo llegar hasta aquí“.
“A Knife In The Ocean” e “Inhaler” cerraron el show de los británicos, dejando en éxtasis a toda la audiencia que pedía más. Luego de unos instantes fuera, Yannis y los suyos regresaron para interpretar “What Went Down“, seguido de “Hummer“, clásico del disco “Antidotes” (2008) y conocido por su aparición en la serie “Skins”. La cancha se transformaba en una verdadera pista de baile, y todos vivían su propia “secret party“. Yannis no oculta su felicidad y luego la banda daba inicio a “Cassius“, una de las sorpresas de la noche, un regalo que, según las palabras del intérprete, no estaba considerado dentro del setlist de la noche y le fue entregado a Chile como una compensación después de tantos meses de espera. Finalmente, la tremenda “Two Steps, Twice” cerró en lo más alto un show lleno de intensidad y una complicidad que pocas veces se ve entre público y artistas. Todo era una fiesta, no hubo una sola persona que no se moviera al ritmo de Foals y sus pegajosas canciones.
Sin duda toda espera valió la pena, Foals volvió a demostrar de qué están hechos y la clase de show que son capaces de entregar. Pese a que sus anteriores presentaciones habían sido ante un gran marco de público (una como teloneros de Red Hot Chili Peppers, la otra en Lollapalooza 2013), el quinteto demostró su capacidad de encender cualquier escenario donde se presenten. Luego de la tremenda hora y fracción de música, el lugar parecía haber sido atacado por una gran llama, un fuego sagrado que no cesó en ningún momento. Foals había sellado su tan esperado regreso, dejando atrás las cenizas de una de las presentaciones más incendiarias en lo que va del año.
Era el debut más que esperado para una de las bandas más interesantes que surgieron durante los dosmil gracias a “Old World Underground, Where Are You Now?” (2003), que casualmente cumple 20 años desde su lanzamiento. En ese contexto, la banda venía presentando pinceladas de su época debut y mezclando aquello con parte de su último disco “Formentera II” (2023), en una gira que los tuvo por México y Perú antes de aterrizar en nuestro país.
Parece extraño que después de tantos años de popularidad la banda canadiense no haya pisado suelo chileno sino hasta muchísimo tiempo después, saldando así un plazo y una deuda de larga data. Con una carrera en extenso y sólida, el grupo al fin debutaba frente a un buen marco de público en Teatro Coliseo, que se convirtió en una fiesta de principio a fin.
Emily Haines, de brillante atuendo, salía a escena más animada y sorprendida que de costumbre, sintiendo a cada una de las personas del teatro, que hicieron del show un espacio más íntimo que de costumbre. Tras un breve retraso, el grupo no perdió el tiempo con “Cascades”, “Doomscroller” y “Gold Gun Girls”. Con una ejecución más que nítida del resto de la banda, la energía y la onda que emana Haines fluyó y acompañó su voz en un muy buen estado.
Le siguieron el hit “Gimme Sympathy” que hizo bailar a toda la cancha y significó un punto alto del show, con Haines visiblemente sorprendida del recibimiento del público chileno, que la acompañó bailando y coreando cada tema. Con el mismo entusiasmo pasaron “Formentera” y la divertida “Synthetica” para dar paso a “Help I’m Alive”, uno de los tesoros de su época anterior y uno de sus mejores temas. Al cierre, “Combat Baby” desató la locura con sus mezclas de electrónica y guitarras.
Lamentablemente, la espera y la expectativa por tributar su primer álbum era alta en parte del público, que esperaba más canciones de su debut -extrañando, por ejemplo, una interpretación de “IOU”- sin embargo, la banda reapareció en escena para regalar en formato acústico “Calculation Theme”, seguida de “Monster Hospital” y “Black Sheep”, otra de las esperadas por el público y que fue popularizada en la banda sonora de la película “Scott Pilgrim vs. The World”. Al final, la sentida y emotiva interpretación de “Breathing Underwater” fue el cierre perfecto con su atmósfera y cadencia que dejó los ánimos más que calmos para coronar una más que correcta primera visita de la banda a nuestro país.
Americo donaire
13-Oct-2016 at 3:40 pm
Aguantw Foals wn tremendo show la cago ?
Iván León Lemus
13-Oct-2016 at 11:46 pm
De los mejores show de lo que va el año, me atrevo a decir del año junto con Iggy Pop y esperemos, Black Sabbath. Aguante Foals loco!