Con el recuerdo fresco del carnaval que montó Gogol Bordello en su presentación en Lollapalooza, recibíamos a otro de los grandes exponentes del género, Emir Kusturica, el destacado cineasta de origen serbio, regresaba con su No Smoking Orchestra, conjunto que se ha hecho de un sequito fiel en nuestro país, el cual repletó el Teatro Caupolicán en la fría noche del martes.
La fiesta sería por partida doble, gracias al show de los chilenos de La Mano Ajena, quienes se encargaron de prender al público, repasando lo mejor de su discografía, con un sonido y performance, simplemente impresionantes. En sus 35 minutos de actuación, los chilenos mantuvieron la energía a tope, llegando a su punto más álgido durante la interpretación de su clásico “Wewo”, dejando al Caupolicán totalmente preparado para el número principal.
Luego de algunos minutos de espera, salía al escenario el director de “Gato Negro, Gato Blanco”, secundado por su banda, donde inmediatamente saltó a la vista la ausencia del vocalista principal, Dr. Nelle, según lo que se comenta, por razones médicas. Dejando de lado este gran detalle, los músicos comienzan con una introducción instrumental, momento en que la guitarra de Kusturica sufrió el corte de una cuerda, lo que le obligó a dejarla a un lado, mientras hacían el cambio. Pero las cosas se arreglaron de inmediato, cuando el serbio toma una baqueta a modo de batuta, para dirigir “Unza Unza Time”, la primer gran explosión de la noche y celebrada a más no poder por el público.
Con la guitarra de vuelta en sus manos, Kusturica toma el micrófono para preguntar a los presentes si les gustaba MTV. Ante una tibia respuesta, el músico vuelve a preguntar, esta vez remarcando que en Buenos Aires le habían dejado en claro que no les gustaba. La respuesta de la gente fue inmediata y estrepitosa. Durante “Fuck You MTV” el público tuvo la oportunidad de subir al escenario y danzar al ritmo de la música. La fiesta estaba armada.
Con el clásico tema de la Pantera Rosa, como cortina entre tema y tema, llegaba “Upside Down”, con un final frenético, gracias a la irrupción de la guitarra y batería, en una onda muy punk rock. Kusturica recibe una boina del público y presenta la versión original de un tema que formó parte de la banda sonora del filme “Arizona Dream”, una composición lenta que fue cantado por el acordeonista, Zoki Milošević.
Cabe destacar la fuerza de la banda en vivo, que sumado a su puesta en escena, forman una sinergia que contagia a todo el lugar. “Meine Stadt” comienza tranquila y nostálgica, para luego transformarse en un ska que puso a todos los presentes a saltar. Le siguió un tema de la opera punk “Time Of The Gypsies”, la cual fue condimentada con un guiño a “Shine On You Crazy Diamond” de Pink Floyd.
Dos chicas suben al escenario para hacer de “Julietas” en “Was Romeo Really A Jerk?”. Los músicos bromean con ellas, rodeándolas y dedicándoles una suerte de serenata, para después dejarlas bailar junto a ellos en el escenario. En perfecto español, Kusturica exclama “¡la vida es un milagro!”, dando pie a la interpretación de “When Life Was A Miracle”, del álbum “Life Is A Miracle” (2004), del que también sonó “Evergreen”, donde la banda invitó a un grupo de chicas a moverse al ritmo de una coreografía dirigida por el mismísimo Kusturica.
“Pitbull Terrier”, otro de los temas incondicionales de la banda, pone a saltar a todo el mundo con su contagiosa melodía de saxofón y coro. Para mantener el tono, llegó “Wanted Men” y “Najedi”, con bandera Serbia incluida, y Dejand “Leopold” Saparavalo, haciendo de las suyas con su violín, tocándolo de maneras muy particulares, una de las que más llamó la atención, y despertó la euforia de la multitud, fue el momento en que pidieron la colaboración de dos mujeres del público para que sostuvieran un arco gigante, donde Saparavalo y Kusturica, libraron una batalla de violín vs. guitarra. Zoki Milošević deja su acordeón para tomar el micrófono e interpretar “Bubamara”, tema qua además sirvió para que el amo de ceremonias presentará a los suyos.
La banda deja el escenario, para volver minutos después con “Drang Nach Osten” y una reversión del clásico de Boccherini, “Minuet”, con todo el toque gitano punk, que incluyó un solo de saxofón por parte de Neša Petrović, mejor conocido como “Blackbird”.
El final del show llegó con una versión de larga duración de “Fuck You MTV”, con solos de saxofón y guitarras, que marcaron el fin de un show que no tuvo puntos bajos y cerró una noche en que el Caupolicán se dejó llevar por el delirio balcánico.
Era el debut más que esperado para una de las bandas más interesantes que surgieron durante los dosmil gracias a “Old World Underground, Where Are You Now?” (2003), que casualmente cumple 20 años desde su lanzamiento. En ese contexto, la banda venía presentando pinceladas de su época debut y mezclando aquello con parte de su último disco “Formentera II” (2023), en una gira que los tuvo por México y Perú antes de aterrizar en nuestro país.
Parece extraño que después de tantos años de popularidad la banda canadiense no haya pisado suelo chileno sino hasta muchísimo tiempo después, saldando así un plazo y una deuda de larga data. Con una carrera en extenso y sólida, el grupo al fin debutaba frente a un buen marco de público en Teatro Coliseo, que se convirtió en una fiesta de principio a fin.
Emily Haines, de brillante atuendo, salía a escena más animada y sorprendida que de costumbre, sintiendo a cada una de las personas del teatro, que hicieron del show un espacio más íntimo que de costumbre. Tras un breve retraso, el grupo no perdió el tiempo con “Cascades”, “Doomscroller” y “Gold Gun Girls”. Con una ejecución más que nítida del resto de la banda, la energía y la onda que emana Haines fluyó y acompañó su voz en un muy buen estado.
Le siguieron el hit “Gimme Sympathy” que hizo bailar a toda la cancha y significó un punto alto del show, con Haines visiblemente sorprendida del recibimiento del público chileno, que la acompañó bailando y coreando cada tema. Con el mismo entusiasmo pasaron “Formentera” y la divertida “Synthetica” para dar paso a “Help I’m Alive”, uno de los tesoros de su época anterior y uno de sus mejores temas. Al cierre, “Combat Baby” desató la locura con sus mezclas de electrónica y guitarras.
Lamentablemente, la espera y la expectativa por tributar su primer álbum era alta en parte del público, que esperaba más canciones de su debut -extrañando, por ejemplo, una interpretación de “IOU”- sin embargo, la banda reapareció en escena para regalar en formato acústico “Calculation Theme”, seguida de “Monster Hospital” y “Black Sheep”, otra de las esperadas por el público y que fue popularizada en la banda sonora de la película “Scott Pilgrim vs. The World”. Al final, la sentida y emotiva interpretación de “Breathing Underwater” fue el cierre perfecto con su atmósfera y cadencia que dejó los ánimos más que calmos para coronar una más que correcta primera visita de la banda a nuestro país.
qué género?
10-May-2012 at 9:32 pm
compararlo con gogol bordello es simplemente no cachar niuna weá