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Cat Power: La pasión de las siete vidas
Published
10 años agoon
Cat Power llegó a nuestro país para presentarse por cuarta vez, a dos años de su última visita doble, donde desbordó la capacidad de La Cúpula en el primer Lollapalooza Chile y también dio un íntimo show en el Centro Cultural Amanda. Esta vez, Chan Marshall venía a promocionar su más reciente álbum, “Sun” (2012) , en el cuál basó más de la mitad del setlist y en vivo demostró que tiene un enorme potencial. El Teatro La Cúpula albergó este nuevo show de la gata poderosa en Chile, lamentablemente, esta vez la convocatoria no fue lo bastante exitosa como para llenar el recinto, de hecho, en una extraña situación, la cancha del recinto se llenó con sillas, lo que en un comienzo dio la sensación de que había más público del que finalmente asistió.
A las 21:13 horas se apagaron las luces y comenzó una especie de falsa intro con la canción “Bad Religion” de Frank Ocean de fondo, para dar paso a la banda, conformada por una guitarrista principal, un guitarrista/tecladista, un bajista/percusionista y una baterista, y momentos más tarde aparece en escena Cat Power, con una tenida negra y su pelo corto y platinado para comenzar a cantar “The Greatest”, una de sus canciones más famosas, en una reversión irreconocible, al más puro estilo Bob Dylan, donde la rabia y la oscuridad fueron los principales ingredientes de esta muy modificada versión, acompañada de una voz desgastada y una melancolía notoria en la norteamericana, la cual pidió que la gente se parara de las sillas y se acercara al escenario; al parecer necesitaba sentir al público cerca. “Cherokee” fue la primera de las nueve canciones de “Sun” (2012) que sonaron en el show, demostrando que los sonidos más alegres e iluminados comenzarían a aparecer en la presentación. “Silent Machine” siguió con sus tintes electrónicos y fue la única canción de la noche en la que Chan se colgó la guitarra eléctrica. Con “Manhattan” la guitarra pasa directo al olvido y la gata se muestra más cómoda, incluso se da el tiempo de sonreír y hacer un gesto cariñoso a la cámara de algún afortunado en primera fila. “Human Being” cerró la primera tanda de canciones nuevas y marcó el comienzo de una notoria congestión y malestar en la oriunda de Georgia, que la mantuvo incómoda durante todo el show. La reversión de “King Rides By”, original de “What Would The Community Think” (1996), sonó muy potente y con una interpretación muy pasional, donde la batería fue la encargada de llevar los ritmos.
Con “Bully”, canción que Cat Power presentara hace tan sólo un par de semanas, fuimos testigos de toda la calidad interpretativa que tiene esta artista, quien sólo se acompaña del sonido del teclado, logrando emocionar a gran parte del respetable. El momento de los covers llegó con “Angelitos Negros”, original del mexicano Pedro Infante y que proviene del excelente “Jukebox” (2008), la cual llenó de oscuridad el escenario y transformó el Teatro La Cúpula en un rito casi religioso, donde el registro vocal de Cat se luce otra vez. El tridente conformado por “Always On My Own”, “3, 6, 9” y “Nothin But Time” continúa revisando el nuevo disco, y confirma lo bien que suena en vivo este álbum. Con “I Don’t Blame You” de “You Are Free” (2003), Chan se desahoga y nos demuestra que tiene muchas ganas de hacer que su vida funcione pese a todo lo que pueda pasar. El clímax de la noche llegó con la espléndida “Metal Heart”, original de su “Moon Pix” (1998) pero reversionada el 2008 en “Jukebox” e interpretada de manera magistral, acompañada de un sonido muy pulcro de la banda. El público se muestra agradecido, aunque, en gran parte, poco participativo y mayormente contemplativo, sentados en sus butacas disfrutando cómodamente del show.
Con “Shivers” de Rowland S. Howard, comienza la parte final del show, dando paso a las últimas dos canciones de la noche. Primero Chan agradece al público presente y muy tiernamente nos aconseja no enfermarnos, dejando en claro que las notorias molestias mostradas en escena la tienen complicada. “Peace And Love” comienza a sonar y se nota que está dando todo lo que le queda. Su voz suena muy potente, acompañada de una ejecución precisa y con mucha energía de su banda. “Ruin” comienza a sonar y las palmas del respetable no se hacen esperar, y es que la clara influencia latina en el sonido de este single perteneciente a “Sun”, logra prender a una buena parte del público, el cual en su mayoría se había mantenido bastante poco efusivo durante el resto del show.
Chan toma un ramo de rosas blancas y las reparte a su banda, para luego, con mucho humor, pretender ser una bateadora y juguetear un poco con el público, el que recibe encantado las rosas que comienzan a caer y unos cuantos autoadhesivos, además de una correa de guitarra autografiada en el escenario por la cantante. Chan se queda más tiempo de lo esperado agradeciendo al público e incluso recibe un par de regalos de sus fanáticos, para terminar la presentación de una manera bastante amorosa, donde se muestra a una artista en toda su naturalidad, dejando en claro que estar arriba del escenario es una de las cosas que la mantienen bien y que le devuelven la fe luego de tiempos difíciles como los que vivió últimamente.
Si bien, esta cuarta visita de Cat Power a nuestro país no tuvo la convocatoria de las anteriores, y menos la pasión que el público demostró en ellas, sí nos mostró a una artista mucho más cariñosa, menos tímida y más expresiva de sus sentimientos, los que muchas veces demostraron rabia, impotencia y melancolía, pero que finalmente, puestos a disposición de la interpretación vocal de Cat Power, lograron elaborar un show con muchos matices y con la certeza que la música mantendrá a esta gata, y esas siete vidas están a salvo.
Setlist
- The Greatest
- Cherokee
- Silent Machine
- Manhattan
- Human Being
- King Rides By
- Bully
- Angelitos Negros (cover de Pedro Infante)
- Always On My Own
- 3, 6, 9
- Nothin But Time
- I Don’t Blame You
- Metal Heart
- Shivers (cover de Rowland S. Howard)
- Peace And Love
- Ruin
Por Julio Ortúzar
Fotos por Lotus Producciones
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En momentos donde la memoria emerge como acto reflejo tras un oscuro día sábado lluvioso, pareciese que la música se vuelve un viaje en el tiempo, donde nuestra historia se hace vívida en un recuerdo. Sin planificarlo ni intencionarlo, este sería el contexto en donde se llevaría a cabo una nueva visita de Virus, una de las banda trasandinas más queridas en territorio nacional.
Entre sobrios abrigos, chaquetas y paraguas, el Teatro Coliseo comienza a tomar forma. Los primeros asistentes no dudan en tomar los puestos privilegiados para esta jornada de recuerdo, baile y clásicos del rock latino. Mientras sigue ingresando el público, se hace evidente que la música es un legado que también se puede transmitir de generación en generación, ya que las y los asistentes que se convocan a este espacio, también son jóvenes, hijas e hijos.
Zebra 93 fueron los encargados de iniciar esta jornada. La banda que se compone de dos chilenos y una argentina, logran capturar la atención de la decena de responsables asistentes que llegan al recinto de Nataniel Cox pese al frío, la lluvia y tenue neblina; por lo mismo, es que buscan entrar en calor en tiernos y tímidos pasos de baile al ritmo de un carismático electropop, por este motivo, tracks como “Veleros”, “Otros” y “Las Olas” se vuelven la previa de una dichosa y feliz noche, como metáfora y acción.
Tras finalizar una cándida presentación, Zebra 93 se despide con “Corazonada”, el recinto con más de la mitad de su capacidad, cede ante la delicadeza de este afectuoso track. Entre buenos deseos, la banda deja el escenario y comienza la cuenta regresiva para la visita de Virus en Chile, por lo mismo, el staff de la banda raudamente sale por los costados del escenario, acomodando y probando instrumentos bajo el alero y liderazgo de una roadie mujer, quien con impoluta seguridad, se destaca con proeza en el momento más íntimo de los shows en vivo.
Sin vacilaciones, la banda sale al escenario en coordinada elegancia. Evitando las aletargadas introducciones, Virus comienza su presentación con “Sin Disfraz”, dejando en claro que sus propios éxitos son la mejor manera de romper el hielo. Continuamos con “Tomo Lo Que Encuentro”, “Lugares Comunes” y “Pecados Para Dos”, sentenciando que “Locura” (1985) es uno de los discos más importantes de su carrera, pero también es un disco esencial en la música latina, apostando por sonidos y acordes llamativos para apropiarse de la retórica de la sexualidad, como un campo de democratización del placer y no un secreto a voces.
El público rendido ante coros colectivos y bailes de cargada energía, dan cuenta que la primera resistencia es reapropiarse de la música y el baile, aunque el contexto jamás lo permita, una premisa que se plasma en la historia de la banda que también se encarna en el legado de Federico Moura, quién hoy se hace presente en este show por su capacidad propositiva, pero también en las gráficas que dibujan su rostro en “Dicha Feliz”, logrando que la decena de asistentes se refugien en esta interpretación colectiva, que guarda memorias que se guardan en lo más profundo de nuestro silencio.
Virus deja el escenario con todos los éxitos de su carrera a disposición de un público que los siguió desde juventud y que hoy vuelven con más años, algunos vuelven de la mano con sus hijas e hijos, mientras que otras y otros asistentes se hacen presentes por el legado histórico que esta banda significa en lo musical y lo personal. “Wadu-Wadu”, “Una Luna de Miel en la Mano” y “Carolina”, son los tracks que cierran esta potente velada que ni el frío, pudo cesar el fulgor de este público que se declara en dicha feliz. Caras de asombro, alegría y satisfacción dejan el recinto que se transformó en un viaje en el tiempo. Volvemos al 2023 con frío y hambre, pero siempre reflexionando en las palabras de Federico Moura que se toman la presentación, porque sí, es verdad: “Hay que salir del agujero interior”.
Setlist
- Sin disfraz
- Tomo lo que encuentro
- Lugares comunes
- Pecados para dos
- Dame una señal
- Superficies de placer
- Imágenes paganas
- Destino circular
- Ausencia
- ¿Qué hago en Manila?
- Desesperado secuencia uno
- Dicha feliz
- Despedida nocturna
- Transeúnte sin identidad
- Los sueños de Drácula
- Amor descartable
- El probador
- Densa realidad
- Pronta entrega
- Hay que salir del agujero interior (Federico Moura en las Gráficas)
- Wadu-Wadu
- Mirada Speed
- Una luna de miel en la mano
- Carolina
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Claudio
26-May-2013 at 1:08 pm
¿Alguien sabe cómo se llamaba la baterista de Cat?. Era muy MUY simpática.
cicadas
26-May-2013 at 2:09 pm
Concuerdo demasiado con tu comentario. El gran problema fue que el público era muy poco efusivo y eso se debe a una sola razón, a que las entradas eran muy caras. Al final una gran parte del púbico iba casi por curiosidad más que por real gusto. Si las entradas hubiesen sido más accesibles, otro gallo cantaría. De todos modos, ella tiene una fuerza demasiado única y especial. Es maravillosa.
Cristobal Aldana Kurte
26-May-2013 at 6:38 pm
Metal Heart”, original de su “Moon Pix” (2008) pero reversionada el 2008 en “Jukebox” arreglen eso:)
Sandra Pavez
26-May-2013 at 8:21 pm
Yo no pude ir por las lucas 🙁 Pero la vi la primera vez que vino (esa noche lluviosa hace un par de años). Que lata que el público haya sido menos efusivo que aquella vez en el Caupolicán, especialmente cuando ella ahora es más cercana que en ese entonces… Quería ver en vivo este nuevo trabajo, ojalá no pasen muchos años para su próxima visita.
Ivonne
26-May-2013 at 11:16 pm
Me dió una pena enorme escucharla: porque se notaba desgarrada, conmovida en lo más profundo y además haciendo un esfuerzo enorme, sobrehumano para no caer por lo enferma que se sentía. Sin embargo, no me cuadró que temas clásicos sonaran tan bien y (sobre todo) la primera parte de Sun se escuchara tan mal. Además, no le perdono que fumara si tenía la garganta para la historia. Extraño aquella chica guapa, retraída y llena de fuerza, que parecía flotar en el escenario mientras cantaba. Es una gran artista, pero lo de anoche, para mí, no fué un buen show.
Joaco Roman
27-May-2013 at 12:48 am
Yo estuve en primera fila y disfruté todo el show. Creí que el hecho de que tocara tantas canciones del nuevo disco le quitaría peso al set list, pero fue todo lo contrario, le sacó jugo a cada tema y me dejó sorprendido con Angelitos Negros.
Se nota que Chan ha madurado como artista, anoche fue de los mejores shows que he vivido.
Martín
29-May-2013 at 5:00 pm
Ojo…tema 14 del setlist fue Sweet Nuthin´/Shivers y con una estrofa camuflada de “Never Tears Us Apart” de INXS. Eso. No fue el buen concierto que esperé. El resfrío la tenía mal.