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Zun Zun Egui – Shackles’ Gift

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Formados en Bristol el año 2008 por el cantante y compositor Kushal Gaya (originario de la Isla de Mauricio, África) y la tecladista japonesa Yoshino Shigihara, la existencia de una banda como Zun Zun Egui resulta tan interesante como la propia concepción de “Shackles’ Gift”, su segundo trabajo discográfico. Y es que el proyecto, completado a día de hoy por tres músicos de la escena local, escarba entre un abanico enorme de recursos y estilos musicales para establecer su sello. Su nombre, tan extraño como anecdótico, nace a partir de una confusión de Shigihara: en una gira por el País Vasco, la oriental advierte en un letrero la frase “Zun Zun Egui” –en lengua euskera esto significa “grupo de árboles”–, que, al pronunciarse, suena igual en idioma nipón para la traducción de “Ir hacia adelante rápido, y de forma extraña”, algo que probablemente querían llevar a la práctica como banda.

En relación a toda la historia que hay detrás de “Shackles’ Gift”, un LP que fija sus intenciones sobre cuestiones sociales, laborales y culturales, el exótico universo de la banda se aferra con total propiedad y naturalmente al concepto de world music, al trasladarse a la Isla de Mauricio para poder empaparse de todo el misceláneo espectro de sonidos que pueden encontrarse en mayores ZUN ZUN EGUI 01proporciones sobre los recodos más lejanos del planeta. En el país natal del frontman, que se encuentra a casi mil kilómetros de la costa oriental de Madagascar, al sur de la India, en territorio oceánico índico, y que recién obtiene su independencia del Reino Unido en 1968, se hablan 12 idiomas autóctonos, uno de los cuales queda registrado en el prólogo del corte inaugural de la placa, “Rigid Man”, la primera muestra de la experimentación y paroxismo que tendrá el disco en todo su alcance.

Aparece tempranamente el primer single del álbum con “African Tree”, que arranca desde el math rock de Battles para aproximar, por medio de bases funk, el cierre de un tema que termina justo como empezó: con total efervescencia. Percusión y sintetizadores abren para “Ruby”, quizás la canción más oscura de la placa, donde el mayor número de cadencias industriales se amarran para establecer una marcha llena de solemnidad, una nebulosa declaración de amor para Ruby, que al mismo tiempo recuerda al Depeche Mode primigenio. Los sonidos más pesados surgen con la stonera “I Want You To Know”, que a través de la psicodelia inherente a su condición, levanta un caótico desenlace de guitarras cargadas al overdrive.

En este punto, poco menos de la mitad del trabajo ofrecido por los de Bristol, ya se infiere que, dados todos los matices sonoros expuestos, con las reproducciones venideras se podrán ir desprendiendo nuevas lecturas de cada track. Asimismo, la impecable ejecución vocal de Gaya se desarrolla con todo su potencial en “Soul Scratch”, precisamente un grito que parece nacer desde el alma y que va circulando por elementos propios del estilo que tuviera en James Brown a su pionero. Por otra parte, en sus 2:57 de duración, “Tickle The Line” cursa su arrollador paso para hacer espacio al último y más comprometido acto del álbum.

ZUN ZUN EGUI 02“The Sweetest Part Of Life” aproxima el carnaval melódico del continente negro, el que se mueve bajo el loop textual de la palabra freedom (libertad). Con “Late Bloomer” llegamos al que seguramente es el punto álgido del disco; una fabulosa canción que esparce en la conexión con el afrobeat toda la herencia que dejara el legendario Fela Kuti en la África más visceral, aquella que ve en los tíos Tom a muchos de sus principales enemigos. Por medio de la poderosa entonación de Gaya, basada en el cariz del inglés mauriciano, se puede emular la experiencia de las danzas tribales, fijadas en una canción que se sostiene por instantes en el formato pregunta/respuesta, ese que tanto utilizó Kuti en sus trabajos, y que tuviera su versión en el occidente representada en estilos como el góspel.

Para terminar, y acercando posturas con su primer disco, “Katang” (2011), a través del noise y post rock, el grupo británico ubica a “City Thunder” en el lugar más violento en términos vocales para abordar uno de los tópicos del disco: la contradicción entre la vida del campo y la ciudad (“A veces me preocupa dejar mi país / A veces me preocupa que no volveré jamás”). Tanto en este tema como en “Ruby” se ocupan recursos auditivos que plantean el esfuerzo duplicado del trabajo fuera de la zona urbana, o sencillamente la identidad de un lugar determinado, sean aquí los coloridos pueblos de Mauricio, o en Chile algún sector rural del interior, como Christian Hirth y Enrique Siqués, con su dúo Code, dejaran plasmado en el gran documental “A Tempo Real” (2009).

Zun Zun Egui es una banda que, perteneciendo al listado de proyectos musicales nacidos en suelos ingleses, formándose con gente de distinta nacionalidad y tomando prestados los sonidos de cuanto rincón existe, finalmente es omnipresente; este “grupo de árboles” es de aquí, de allá, y de cualquier parte.

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GEL – “Only Constant”

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“Hardcore these days is kinda fucking cool”, sentencia una de las voces en el collage de grabaciones que se escuchan en “Calling Card”. Se trata de la sexta de diez canciones que componen “Only Constant” y es bastante certera en su apreciación. Hoy en día, la escena hardcore atraviesa un refrescante momento de proliferación en los distintos circuitos subterráneos del mundo. Y es que, si bien el hardcore y el punk componen una nutrida e ininterrumpida contracultura, resultaba necesario actualizar los cuestionamientos en torno a este estilo. Con discos como el de GEL, el intercambio generacional se hace latente, mediante un sonido visceral hecho por y para las nuevas generaciones.

En el primer álbum de estudio y en solitario de la banda de New Jersey, la mixtura entre lo nuevo y lo tradicional es de los primeros puntos interesantes que merecen una revisión. Ya sea en la estética o la conformación de los miembros, como también en el contenido de sus canciones, es notorio que los intimidantes y trillados estereotipos se pasan por alto; sin embargo, la crudeza de un sonido cavernario sigue tan latente como en aquellas bandas de hardcore en los ochenta. Justo homenaje también hace la portada, con un arte en blanco y negro que esconde una reminiscencia a exponentes del anarco punk inglés, como los pioneros Crass o Rudimentary Peni.

Con sólo una decena de canciones en un total de 16 minutos, GEL ofrece una fulminante embestida sonora en su estado más elemental. Desde los primeros acoples de guitarra en “Honed Blade”, la banda desarrolla su compromiso con una fórmula cuya máxima es la aspereza del ruido. En este aspecto, el carisma de Sami Kaiser en la voz logra transmitir aquella urgencia destructiva, con gritos aguerridos que destilan la agresiva actitud del quinteto. Como un cúmulo de puñetazos cortos pero arrolladores, “Fortified”, “Attainable”, “Out Of Mind” y “Dicey” repasan la primera mitad del disco en unos comprimidos siete minutos, donde los constantes cambios de velocidad entregan un caótico viaje de exigente ejecución.

Durante el único respiro a lo largo de “Only Constant”, el interludio “Calling Card” se perfila como una llamativa y experimental forma de presentarse como banda. A través de la voz de sus fanáticos, GEL dibuja una declaración de principios donde, entre otras cosas, dejan en claro su identidad abanderada con lo “freak”. Con menos de un minuto de duración, “The Way Out” retoma la rapidez predominante; “Snake Skin” es una alusión sin mayores rodeos a las personalidades hipócritas; mientras que “Compossure”, la más extensa del álbum, se despide en poco más de 170 segundos con una de las canciones más distorsionadas de un álbum de por sí ruidoso.

Sin mucha cabida para sobreanalizar, “Only Constant” es una pieza de ferocidad que no entrega puntos medios: se le aprecia por su simpleza, o simplemente pasa desapercibido por aquellos que no son convocados por esta breve experiencia de caos. En un álbum que se siente con las vísceras, el prometedor “debut” de GEL le da voz a una nueva generación de hardcore punk, jugándosela por la importancia en lo no verbalizado, y posicionándose con coherencia sin caer en repetitivas caricaturas.


Artista: GEL

Disco: Only Constant

Duración: 16:25

Año: 2023

Sello: Convulse Records


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