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Pink Floyd – The Endless River

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Hasta hace poco pensábamos que era el fin de la gloriosa carrera de Pink Floyd, y no podíamos hacer otra cosa más que recordar los últimos instantes de “High Hopes”, donde Gilmour, en uno de sus innumerables solos, creaba una atmósfera crepuscular de ensueño que desaparecía acompañada por el doblar de campanas a la distancia. Luego venía el silencio. Un largo silencio que, más allá de reediciones póstumas, apariciones y declaraciones varias, terminó con el tweet de Polly Samsons anunciando el próximo lanzamiento de material inédito de los ingleses.

PINK FLOYD 04La génesis de “The Endless River” es ya conocida, se trata de registros realizados entre 1993 y 1994 durante el desarrollo de “The Division Bell”(1994), un proyecto paralelo que Nick Mason había titulado “The Big Spliff”. El regreso de Pink Floyd es producto de una recopilación de veinte horas de material que, a partir de 2013, fue refinado y modernizado gracias a las nuevas técnicas de registro en estudios de grabación. Así, el disco número 15 y último de una de las bandas de rock más famosas de todos los tiempos, se divide en cuatro partes, y nos ofrece 18 canciones de las cuales sólo una es cantada, transformándose casi en una introspección instrumental de su propio pasado.

Una obertura cinemática y onírica para la primera parte del álbum con “Things Left Unsaid”. Pocas notas de guitarra aparecen junto al teclado, haciéndonos notar de inmediato el auténtico estilo Pink Floyd, incluso por un fragmento narrado que parece estar basado en el modelo de “The Dark Side Of The Moon” (1973). La esencia floydiana continúa con “It’s What We Do”, donde se reconoce la interpretación de Mason en la batería y la inconfundible guitarra de Gilmour, en lo que podría llegar a ser el resultado de la fusión entre “Shine On You Crazy Diamond” y “Welcome To The Machine”. Sin duda, una de las piezas más sugestivas de todo el disco y que parece continuar en “Ebb And Flow”, un tema muy breve que no llega a los dos minutos, pero mantiene la atmósfera de las canciones anteriores y crea un diálogo musical entre Wright y Gilmour.

PINK FLOYD 05Un escenario más oscuro reemplaza el ambiente de ensueño que la primera parte de “The Endless River” nos ofreció. Tras la frialdad de los sintetizadores y la guitarra eléctrica en “Sum” se revela el sonido base del proyecto, mientras que “Skins” es el resultado de la combinación entre percusiones tribales con un teclado siniestro. Y como si la tensión fuera poca, nos hacen recordar en tan sólo un minuto la capacidad que la banda tiene para crear suspenso, como lo hicieron en “Empty Spaces”. Así “Unsung” es un puente que nos lleva a “Anisina”, donde apreciamos plenamente el Pink Floyd del período post Waters. Con un saxofón que llena de belleza la composición, esperamos que Gilmour comience a cantar, pero aquel momento nunca llega y, en lugar de la voz, el sonido de la lluvia cierra la segunda parte del disco.

Un inicio al estilo “Crazy Diamond” da vida a la tercera parte del álbum, que se compone casi por completo de piezas instrumentales de un minuto o dos, que se entrelazan entre sí. Desde la melancólica “The Lost Art Of Conversation”, la placentera fusión y cambio de ritmo de “On Noodle Street”, el minimalismo y misterio de “Night Light”, el momento con más rock del álbum que nos trae a la memoria “Another Brick In The Wall” y el riff de “Run Like Hell” con “Allons-Y (1)”, un viaje al pasado con “Autumn ‘68”, donde da la impresión de estar escuchando el disco más progresivo de Pink Floyd, “Atom Heart Mother” (1970), para después retomar la segunda parte de “Allons-Y”, hasta terminar con las palabras de Stephen Hawking en “Talkin’ Hawkin’”.

Con sonidos siniestros, “Calling” sería la banda sonora perfecta para una película de ciencia ficción, confirmando la calidad cinematográfica de la música de Pink Floyd. En este tema, además de ser acreditado Gilmour, se menciona la participación de Anthony Moore de Slapp Happy, quien ya había colaborado con los ingleses. El disco sigue con “Eyes To Pearls” y actúa como vínculo o preparación al PINK FLOYD 06gran final de “The Endless River”, aunque es “Surfacing” la que, haciendo honor a su título, después de un viaje inmersos en la oscuridad, nos lleva de vuelta a la superficie y, una vez ahí, las emociones de casi una hora finalizan con “Louder Than Words”. La única canción cantada del disco es un homenaje del grupo a sí mismos y podría ser el epitafio perfecto de Pink Floyd: “Pero esto que hacemos es más ruidoso que las palabras, la suma de las partes, el latir de nuestros corazones, es más ruidoso que las palabras”.

Este álbum nos devuelve el placer de escuchar música donde la inspiración y fantasía no tienen límites, a una época en que los discos eran álbumes conceptuales y una canción tenía poco sentido sacada de su contexto; a una forma “pura” de escuchar, donde la música era entendida como una espacie de rito y no como un mero entretenimiento. “The Endless River” no podía ser otra cosa que un disco fascinante, un verdadero viaje a los sueños y a la conciencia, con la guitarra de Gilmour que firma los temas haciéndose identificable desde la primera nota. Se reconoce el sonido de Pink Floyd y se logran sentir claramente las distintas etapas de la banda emerger como para marcar la propia vida de quien las compone y también de quien las escucha. Aunque este trabajo de Pink Floyd sea un viaje al más allá o hacia un lugar lejano en el tiempo y espacio, no se puede negar que el enfoque del sonido se transmite con fluidez a través de las canciones, entre momentos incisivos y otros más relajados.

Después de casi una hora, “The Endless River” se revela como un viaje a los lugares más remotos y distantes de la mente. El mar de nubes es una metáfora que acompaña a la banda y sus fans, hasta el final de una historia o el comienzo de un posible futuro, hacia un amanecer o atardecer, y que parece querer consagrar la música de la banda y su legado en la inmortalidad, creando un círculo infinito entre quienes vuelven a escuchar sus canciones y quienes descubrirán por primera vez su música.

8 Comments

8 Comments

  1. Edu

    12-Nov-2014 at 12:39 pm

    Para mi es realmente bueno el disco, genial para escucharlo mientras lees o trabajas en algo

  2. Javier Silva San Martín

    12-Nov-2014 at 2:10 pm

    Tremeda redacción María José, me gustó mucho el review. A pesar de ser un disco quizás un poco más lento que el resto, siguen teniendo la magia característica del grupo, y es un deber escucharlo completo, ya que como el resto de sus trabajos, el trabajo conceptual es buenísimo y se puede considerar como un “todo”.

  3. Daniel Reinberg Corbalán

    13-Nov-2014 at 5:16 am

    Me pregunto quien comprará el cd? Algún fanático recalcitrante que espera tener completa su colección aunque quede acumulando polvo en un estante. Yo hace siglos que no compro música, y la verdad aunque ganara millones al mes no me gastaría 15 mil pesos (eso vale ahora un cd?) en este disco, pese a ser admirador del grupo…de hecho, creo que lo escucharé tal vez, 4 o 5 veces más en mi vida, y ahí quedará almacenado el mp3 en mi disco duro, entre miles de otros más interesantes de oír, y además en parte, porque este ÁLBUM FANTASMA, esconde en su aparente claridad espiritual, en su despedida de sonido prístino y depurado como la claridad misma del río del tiempo, una melancolía tan grande, que prefiero cerrar la puerta con mil llaves a lo que este grupo representó en mi vida, y abrirme a nuevos sonidos. Adiós Floyd.

    • Dale Colorsss

      13-Nov-2014 at 11:17 am

      Estaba todo bien leyendo tu comentario hasta que llegué a ‘mp3’. Bájate un FLAC por lo menos si decis ser tan fanático de la banda, escucha la hueá decentemente como mínimo

    • Pablo

      13-Nov-2014 at 11:18 pm

      Bastante poco fan tu opinión. Al decir fan et refieres a que te gusta el The Wall y el Dark Side of The Moon? PFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF y lo mismo que te comentaron, un fan de buena música nunca escucha un mp3, deberias tener el oído lo suficientemente fino para darte cuenta de lo mal que suena

    • Marcelo Vilches Diaz

      20-Nov-2014 at 12:25 pm

      Que mal hablas de música y de su sonido escuchando el disco en mp3, si a eso le agrega que lo escucha en los parlantes de plastico que traen los computadores o los parlantes del notebook, amigo la musica se debe escuchar como se merece, pruebe amigo compre un cd original pero que sea gringo, europeo o japones, de cualquiera de su banda favorita y sienta la diferencia

  4. Patricio

    19-Nov-2014 at 10:40 am

    Excelente album, a la altura de sus clasicos. Gran homenaje al legado de Richard Wright. Por cierto, “Louder Than Words” es una de las mejores canciones de Pink Floyd en la era Gilmour.

  5. Mauricio Martínez Zambrano

    15-Ene-2015 at 3:09 pm

    Me parece un discazo, super inteligente, bastante fogoso por momentos como en íntimo, reflexivo, Yo creo que sacar un disco así de “libre interpretación” era necesario (o sea, sin letras) y que solo Pink Floyd, post Waters lo podían realizar. Muy, pero muy buen disco.

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GEL – “Only Constant”

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“Hardcore these days is kinda fucking cool”, sentencia una de las voces en el collage de grabaciones que se escuchan en “Calling Card”. Se trata de la sexta de diez canciones que componen “Only Constant” y es bastante certera en su apreciación. Hoy en día, la escena hardcore atraviesa un refrescante momento de proliferación en los distintos circuitos subterráneos del mundo. Y es que, si bien el hardcore y el punk componen una nutrida e ininterrumpida contracultura, resultaba necesario actualizar los cuestionamientos en torno a este estilo. Con discos como el de GEL, el intercambio generacional se hace latente, mediante un sonido visceral hecho por y para las nuevas generaciones.

En el primer álbum de estudio y en solitario de la banda de New Jersey, la mixtura entre lo nuevo y lo tradicional es de los primeros puntos interesantes que merecen una revisión. Ya sea en la estética o la conformación de los miembros, como también en el contenido de sus canciones, es notorio que los intimidantes y trillados estereotipos se pasan por alto; sin embargo, la crudeza de un sonido cavernario sigue tan latente como en aquellas bandas de hardcore en los ochenta. Justo homenaje también hace la portada, con un arte en blanco y negro que esconde una reminiscencia a exponentes del anarco punk inglés, como los pioneros Crass o Rudimentary Peni.

Con sólo una decena de canciones en un total de 16 minutos, GEL ofrece una fulminante embestida sonora en su estado más elemental. Desde los primeros acoples de guitarra en “Honed Blade”, la banda desarrolla su compromiso con una fórmula cuya máxima es la aspereza del ruido. En este aspecto, el carisma de Sami Kaiser en la voz logra transmitir aquella urgencia destructiva, con gritos aguerridos que destilan la agresiva actitud del quinteto. Como un cúmulo de puñetazos cortos pero arrolladores, “Fortified”, “Attainable”, “Out Of Mind” y “Dicey” repasan la primera mitad del disco en unos comprimidos siete minutos, donde los constantes cambios de velocidad entregan un caótico viaje de exigente ejecución.

Durante el único respiro a lo largo de “Only Constant”, el interludio “Calling Card” se perfila como una llamativa y experimental forma de presentarse como banda. A través de la voz de sus fanáticos, GEL dibuja una declaración de principios donde, entre otras cosas, dejan en claro su identidad abanderada con lo “freak”. Con menos de un minuto de duración, “The Way Out” retoma la rapidez predominante; “Snake Skin” es una alusión sin mayores rodeos a las personalidades hipócritas; mientras que “Compossure”, la más extensa del álbum, se despide en poco más de 170 segundos con una de las canciones más distorsionadas de un álbum de por sí ruidoso.

Sin mucha cabida para sobreanalizar, “Only Constant” es una pieza de ferocidad que no entrega puntos medios: se le aprecia por su simpleza, o simplemente pasa desapercibido por aquellos que no son convocados por esta breve experiencia de caos. En un álbum que se siente con las vísceras, el prometedor “debut” de GEL le da voz a una nueva generación de hardcore punk, jugándosela por la importancia en lo no verbalizado, y posicionándose con coherencia sin caer en repetitivas caricaturas.


Artista: GEL

Disco: Only Constant

Duración: 16:25

Año: 2023

Sello: Convulse Records


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