No es fácil confrontar una obra cuando esta contiene un carácter tan personal y exigente, lo que compromete aún más el rol que cumple el auditor a la hora de receptar y descifrar el mensaje que el autor entrega en su trabajo. Con un nivel de compromiso más que elevado para los estándares actuales, Kristin Hayter desentraña un capítulo más de su proyecto Lingua Ignota, abordando la imperante misoginia que nubla nuestra sociedad en un total de once tracks que componen “CALIGULA”, obra que se aventura en mezclar un sinfín de estilos, pasando desde el metal, la música sinfónica, la ópera, el noise y a cuanta locura más sea necesaria para darle forma a un disco horripilante, inquietante y oscuro en su vereda sonora, pero sentido, frágil, y delicado en los momentos más íntimos que contiene. “La vida es cruel y el tiempo no cura nada”, es el mantra que Hayter utiliza haciendo una secuela parcialmente indirecta de su álbum “All Bitches Die” (2017), donde el trauma originado por los abusos se torna en la fuerza principal que motiva el relato de la trama durante todo su desarrollo.
Si algo es claro, es que el mensaje general de este álbum responde al hecho de que esta es una venganza que las mujeres han buscado eternamente, por lo que Hayter no tiene reparos en replicar diversos manifiestos contra la sociedad patriarcal en canciones como “DO YOU DOUBT ME TRAITOR”, “IF THE POISON WON’T TAKE YOU MY DOGS WILL” o la poderosísima “BUTCHER OF THE WORLD”, donde sus desgarradores gritos generan una tensa y destructora amalgama de sonidos sobre un solemne, aterrador y muy apropiado sampleo de “Music For The Funeral Of Queen Mary” de Henry Purcell, conocida principalmente por su aparición en la banda sonora de “A Clockwork Orange” (Stanley Kubrick, 1971) y que aquí cobra un papel importante dentro de todos las matices y capas que tiene el álbum. Y es que, en sólo tres canciones, ya se entiende de que este es un trabajo de difícil escucha, donde el compromiso es necesario para sentirse movido por una obra que lo que menos que hará es pasar desapercibida.
La música de “CALIGULA” es inquietante, pero a la vez deja adentrarse en una profundidad que traspasa lo horroroso o fuera de lugar que puede ser su estructura, donde todo se transforma igual que en una película, tomando distintas piezas dentro de un rompecabezas general que expone todo el panorama. La voz perfectamente puede pertenecer a un álbum de black metal, mientras que la instrumentación encuentra diferentes capas, haciéndola tambalear entre el soundtrack para una película de horror y la épica instrumentación nórdica que resuena entre los poco ortodoxos movimientos sinfónicos que aparecen como relámpagos en una tormenta, con patrones melódicos que se van repitiendo en diferentes puntos del LP.
El protagonismo compartido, sin embargo, se lo lleva el piano y su a la vez frágil y poderosa representación, la que permite definir muy bien los principios de un disco que va contra toda representación de la sociedad falocéntrica en su mensaje, dejando de lado los riffs, las guitarras, y todo elemento característico de la música más pesada, destruyendo todos los cánones de esta hasta sus cenizas.
Existe todo un sentimiento de ansiedad dentro de la apocalíptica atmósfera que Lingua Ignota gesticula con su desgarrador canto en cada uno de los movimientos que forman una sola canción de más de 66 minutos, porque “CALIGULA” podrá estar separado en once partes, pero finalmente su espíritu es uno solo, dejando clara esa revelación de la mujer contra todos los abusos, la injusticia y violencia que ha sufrido desde el origen de los tiempos. “Que tus enemigos sean muchos, que tus días sean pocos”, es una de las tantas declaraciones que la autora hace contra la basura humana que representan los abusadores, rematando en “SPITE ALONE HOLDS ME ALOFT” con un mensaje claro y directo en torno a ellos: “Mátalos a todos, mátalos a todos, mátalos a todos”. Más claro imposible, la violencia debe ser invertida y el abuso de poder que el hombre ejerce sobre la mujer es algo que se debe pagar con la más cruda de las penas.
Ni todos los elogios del mundo podrían hacerle justicia a un disco como este, el que llega en un momento preciso con la necesidad de visibilizar la violencia contra la mujer, principalmente en espacios como el arte, donde se puede retratar y exponer toda la problemática existente en una escala mucho más visceral y directa. El machismo es un concepto que se debe reducir hasta sus cenizas, y es importante el ejercicio que Lingua Ignota realiza desde una vereda más oscura y extrema, comúnmente ligada a géneros exclusivamente masculinos, como el black metal, death metal, o cualquier variable que se nutra desde una construcción social en base al odio, la venganza y la violencia contra un enemigo siempre presente.
Es cierto que el carácter musical de este disco no es uno que podrá llegar masivamente ante todos por igual, pero su mensaje lo es, y es ese factor tan poderoso el que hace necesaria su existencia, permitiendo que el arte retome un papel donde pueda enfrentar, desestabilizar y deconstruir, generando la inquietud necesaria ante una realidad que se mantiene invisibilizada, encubierta y más vigente que nunca.
“Hardcore these days is kinda fucking cool”, sentencia una de las voces en el collage de grabaciones que se escuchan en “Calling Card”. Se trata de la sexta de diez canciones que componen “Only Constant” y es bastante certera en su apreciación. Hoy en día, la escena hardcore atraviesa un refrescante momento de proliferación en los distintos circuitos subterráneos del mundo. Y es que, si bien el hardcore y el punk componen una nutrida e ininterrumpida contracultura, resultaba necesario actualizar los cuestionamientos en torno a este estilo. Con discos como el de GEL, el intercambio generacional se hace latente, mediante un sonido visceral hecho por y para las nuevas generaciones.
En el primer álbum de estudio y en solitario de la banda de New Jersey, la mixtura entre lo nuevo y lo tradicional es de los primeros puntos interesantes que merecen una revisión. Ya sea en la estética o la conformación de los miembros, como también en el contenido de sus canciones, es notorio que los intimidantes y trillados estereotipos se pasan por alto; sin embargo, la crudeza de un sonido cavernario sigue tan latente como en aquellas bandas de hardcore en los ochenta. Justo homenaje también hace la portada, con un arte en blanco y negro que esconde una reminiscencia a exponentes del anarco punk inglés, como los pioneros Crass o Rudimentary Peni.
Con sólo una decena de canciones en un total de 16 minutos, GEL ofrece una fulminante embestida sonora en su estado más elemental. Desde los primeros acoples de guitarra en “Honed Blade”, la banda desarrolla su compromiso con una fórmula cuya máxima es la aspereza del ruido. En este aspecto, el carisma de Sami Kaiser en la voz logra transmitir aquella urgencia destructiva, con gritos aguerridos que destilan la agresiva actitud del quinteto. Como un cúmulo de puñetazos cortos pero arrolladores, “Fortified”, “Attainable”, “Out Of Mind” y “Dicey” repasan la primera mitad del disco en unos comprimidos siete minutos, donde los constantes cambios de velocidad entregan un caótico viaje de exigente ejecución.
Durante el único respiro a lo largo de “Only Constant”, el interludio “Calling Card” se perfila como una llamativa y experimental forma de presentarse como banda. A través de la voz de sus fanáticos, GEL dibuja una declaración de principios donde, entre otras cosas, dejan en claro su identidad abanderada con lo “freak”. Con menos de un minuto de duración, “The Way Out” retoma la rapidez predominante; “Snake Skin” es una alusión sin mayores rodeos a las personalidades hipócritas; mientras que “Compossure”, la más extensa del álbum, se despide en poco más de 170 segundos con una de las canciones más distorsionadas de un álbum de por sí ruidoso.
Sin mucha cabida para sobreanalizar, “Only Constant” es una pieza de ferocidad que no entrega puntos medios: se le aprecia por su simpleza, o simplemente pasa desapercibido por aquellos que no son convocados por esta breve experiencia de caos. En un álbum que se siente con las vísceras, el prometedor “debut” de GEL le da voz a una nueva generación de hardcore punk, jugándosela por la importancia en lo no verbalizado, y posicionándose con coherencia sin caer en repetitivas caricaturas.
Iguana
04-Oct-2019 at 1:58 pm
Hubiese sido interesante que la crítica la haya escrito una mujer.