Partieron siendo cinco y ahora quedan tres; después de que en el documental “Rip Up The Road” (2019) pudimos ver que en cada entrevista Edwin Congreave ya no estaba en la misma onda que el resto de la banda, durante 2021 llegó lo inevitable: su salida. Foals siempre ha sido consistente, con un estilo particular desde que partió, con energía, y algunos la podrán recordar como la banda que salió en “Skins” musicalizando una fiesta adolescente de excesos, algo que pudo encasillarlos en ese momento y dejarlos relegados a ser un one hit wonder, pero han pasado varios años, festivales, conciertos, álbumes, y han mostrado otras cosas, canciones maduras, más oscuras, progresivas, rockeras y con letras más profundas. Sin embargo, después de 17 años de trayectoria, este álbum es una vuelta a esa fiesta adolescente, pero en otro contexto: sin el bajo de Walter Gervers, sin los teclados de Edwin, y con miembros que tienen más de treinta años aún con ganas de pasarla bien haciendo música.
Ese concepto festivo no sólo está en los videos de los singles, sino que también en el título, que tiene esa vibra de “la vida es ahora, disfrútala”, cada uno de los nombres de las canciones y sus letras. “Life Is Yours” inicia con la composición homónima, un track que suena al álbum “Antidotes” (2008), pero que está actualizada a la época. Su letra abre con: “Ahora que tengo menos resaca, al fin puedo escuchar todo lo que dices”, que, según lo mostrado en el documental antes mencionado, la resaca es algo característico de la banda, y es el puntapié inicial a esta fiesta que no para y sigue con la energía arriba.
La guitarra melódica de Jimmy Smith y la batería siempre impecable de Jack Bevan en “Wake Me Up” dan vida a una mezcla entre ritmo y rock, recordándonos esa etapa más dura de la banda en “What Went Down” (2015), y continuando con lo bailable y festivo, “2am” sigue marcando y aumentado el ritmo del álbum, con toques cada vez más electrónicos y una intro que tiene una vibra a Metronomy.
En “2001” se siente esa nostalgia por el indie electro/indie rock de esa época, para bailar al ritmo de un bajo funky y sintetizadores, instrumento que luego se transforma en protagonista en “Summer Sky”. Sin embargo, “Flutter” baja las revoluciones, siendo el único track que da un respiro en esta fiesta constante, porque con “Looking High”, “Crest Of The Wave”, “Under The Radar” y “The Sound”, se vuelve a la energía, en composiciones que suenan bastante similar entre ellas y que tienen en común esa vibra de vacaciones de verano. Por su parte, “Wild Green” cierra el álbum de manera más experimental que el resto de las canciones, mostrando un nuevo lado de Foals que progresivamente va creciendo e inclinándose hacia lo electrónico.
Un poco más de 41 minutos de música que se pasan volando, con canciones fáciles de digerir, punteos alegres en guitarra y con la voz poderosa de Yannis, un clásico de la fórmula intensa de Foals, que despliega la energía necesaria para mantener en pie a una banda que, a pesar de perder miembros, no pierde las ganas de hacer música. Y aunque “Life Is Yours” de alguna forma podría haber sido una oportunidad para que siguieran delante de manera renovada, se siente más como una recopilación de lo que ya venían haciendo, pero en forma de remix electro pop de su trayectoria, logrando sonar bien como siempre, aunque sin proponer algo realmente atractivo que marque un camino distinto para la banda. Foals se fue a la segura manteniendo su esencia, dejando claro que siguen haciendo que la gente baile.
Artista: Foals
Disco: Life Is Yours
Duración: 41:55
Año: 2022
Sello: Warner Records / Transgressive Records / ADA
“Hardcore these days is kinda fucking cool”, sentencia una de las voces en el collage de grabaciones que se escuchan en “Calling Card”. Se trata de la sexta de diez canciones que componen “Only Constant” y es bastante certera en su apreciación. Hoy en día, la escena hardcore atraviesa un refrescante momento de proliferación en los distintos circuitos subterráneos del mundo. Y es que, si bien el hardcore y el punk componen una nutrida e ininterrumpida contracultura, resultaba necesario actualizar los cuestionamientos en torno a este estilo. Con discos como el de GEL, el intercambio generacional se hace latente, mediante un sonido visceral hecho por y para las nuevas generaciones.
En el primer álbum de estudio y en solitario de la banda de New Jersey, la mixtura entre lo nuevo y lo tradicional es de los primeros puntos interesantes que merecen una revisión. Ya sea en la estética o la conformación de los miembros, como también en el contenido de sus canciones, es notorio que los intimidantes y trillados estereotipos se pasan por alto; sin embargo, la crudeza de un sonido cavernario sigue tan latente como en aquellas bandas de hardcore en los ochenta. Justo homenaje también hace la portada, con un arte en blanco y negro que esconde una reminiscencia a exponentes del anarco punk inglés, como los pioneros Crass o Rudimentary Peni.
Con sólo una decena de canciones en un total de 16 minutos, GEL ofrece una fulminante embestida sonora en su estado más elemental. Desde los primeros acoples de guitarra en “Honed Blade”, la banda desarrolla su compromiso con una fórmula cuya máxima es la aspereza del ruido. En este aspecto, el carisma de Sami Kaiser en la voz logra transmitir aquella urgencia destructiva, con gritos aguerridos que destilan la agresiva actitud del quinteto. Como un cúmulo de puñetazos cortos pero arrolladores, “Fortified”, “Attainable”, “Out Of Mind” y “Dicey” repasan la primera mitad del disco en unos comprimidos siete minutos, donde los constantes cambios de velocidad entregan un caótico viaje de exigente ejecución.
Durante el único respiro a lo largo de “Only Constant”, el interludio “Calling Card” se perfila como una llamativa y experimental forma de presentarse como banda. A través de la voz de sus fanáticos, GEL dibuja una declaración de principios donde, entre otras cosas, dejan en claro su identidad abanderada con lo “freak”. Con menos de un minuto de duración, “The Way Out” retoma la rapidez predominante; “Snake Skin” es una alusión sin mayores rodeos a las personalidades hipócritas; mientras que “Compossure”, la más extensa del álbum, se despide en poco más de 170 segundos con una de las canciones más distorsionadas de un álbum de por sí ruidoso.
Sin mucha cabida para sobreanalizar, “Only Constant” es una pieza de ferocidad que no entrega puntos medios: se le aprecia por su simpleza, o simplemente pasa desapercibido por aquellos que no son convocados por esta breve experiencia de caos. En un álbum que se siente con las vísceras, el prometedor “debut” de GEL le da voz a una nueva generación de hardcore punk, jugándosela por la importancia en lo no verbalizado, y posicionándose con coherencia sin caer en repetitivas caricaturas.