Fue en un artículo de la revista estadounidense Rolling Stone del año 2012 donde el frontman de Against Me!, Thomas James Gabel, reveló al mundo que él era transgénero y que iniciaría un proceso de cambio de sexo. Esta noticia tomó a muchos por sorpresa, generando tanto críticas como muestras de apoyo por parte de sus fanáticos. Los meses posteriores a dicha revelación no estuvieron exentos de problemas, con cancelaciones de giras y la casi disolución de la banda tras la partida de dos de sus miembros. Considerando aquellas situaciones, es increíble que “Transgender Dysphoria Blues” haya logrado ver la luz del día. Y es que la perseverancia de Gabel, ahora referida como Laura Jane Grace, fue fundamental para sostener esta obra. Y si bien es completamente entendible que muchos lean esta obra conceptual como una suerte de ejercicio autobiográfico de Grace, la verdad es que el álbum inicialmente iba a contar la historia de una ficticia prostituta transgénero.
Pero más allá de las intenciones que impulsaron la creación de este álbum, la verdad es que se hace casi imposible separar a la obra de las circunstancias por las cuales seguramente atravesó la autora. Y es que este es un disco valiente, pero a la vez complejo y desolado. Posee un orgullo casi palpable, pero a la vez irradia una ira que muchas veces se yuxtapone con la dirección musical que posee, pasando desde el sonido más tradicional de la banda, a uno más aplacado, siguiendo la línea de bandas como The Gaslight Anthem, por ejemplo.
Grace no pierde tiempo y nos guía por este viaje donde las contradicciones propias se hacen públicas. Es en True Trans Soul Rebel donde esto último se hace evidente: “You should’ve been a mother / You should’ve been a wife / You should’ve been gone from here years ago / You should be living a different life” (“Deberías haber sido madre / Deberías haber sido esposa / Deberías haberte ido de aquí hace años / Deberías haber vivido una vida distinta”). Y es aquí donde destaca uno de los aspectos más interesantes de esta obra. Se mire por donde se mire, es una álbum que abarca una temática bastante dura, donde la discriminación, el odio y el sentimiento de alienación se hacen presente a lo largo de todo el disco. Sin embargo, Grace logra crear, junto al guitarrista James Bowman, canciones que no necesariamente se sientan pesadas o en extremo desconsoladoras. “True Trans Soul Rebel”, “Dead Friend” y “FuckMyLife666” demuestran que, por el hecho de que una canción sea musicalmente accesible, no necesariamente debe perder sustento ni significado. Y esto es lo que hace que este disco sea tan especial.
Por mucho tiempo el discurso de Against Me! se limitaba a consignas que si bien podían ser atractivas, no lograban trascender de manera significativa. En “Transgender Dysphoria Blues” ocurre todo lo contrario. Cada canción se hace imprescindible y Laura Jane Grace logra transformar un ejercicio íntimo de reflexión, en una catarsis donde el oyente se compromete con la protagonista en su búsqueda. Y eso es más que suficiente para que Grace se transforme en una verdadera heroína.
“Hardcore these days is kinda fucking cool”, sentencia una de las voces en el collage de grabaciones que se escuchan en “Calling Card”. Se trata de la sexta de diez canciones que componen “Only Constant” y es bastante certera en su apreciación. Hoy en día, la escena hardcore atraviesa un refrescante momento de proliferación en los distintos circuitos subterráneos del mundo. Y es que, si bien el hardcore y el punk componen una nutrida e ininterrumpida contracultura, resultaba necesario actualizar los cuestionamientos en torno a este estilo. Con discos como el de GEL, el intercambio generacional se hace latente, mediante un sonido visceral hecho por y para las nuevas generaciones.
En el primer álbum de estudio y en solitario de la banda de New Jersey, la mixtura entre lo nuevo y lo tradicional es de los primeros puntos interesantes que merecen una revisión. Ya sea en la estética o la conformación de los miembros, como también en el contenido de sus canciones, es notorio que los intimidantes y trillados estereotipos se pasan por alto; sin embargo, la crudeza de un sonido cavernario sigue tan latente como en aquellas bandas de hardcore en los ochenta. Justo homenaje también hace la portada, con un arte en blanco y negro que esconde una reminiscencia a exponentes del anarco punk inglés, como los pioneros Crass o Rudimentary Peni.
Con sólo una decena de canciones en un total de 16 minutos, GEL ofrece una fulminante embestida sonora en su estado más elemental. Desde los primeros acoples de guitarra en “Honed Blade”, la banda desarrolla su compromiso con una fórmula cuya máxima es la aspereza del ruido. En este aspecto, el carisma de Sami Kaiser en la voz logra transmitir aquella urgencia destructiva, con gritos aguerridos que destilan la agresiva actitud del quinteto. Como un cúmulo de puñetazos cortos pero arrolladores, “Fortified”, “Attainable”, “Out Of Mind” y “Dicey” repasan la primera mitad del disco en unos comprimidos siete minutos, donde los constantes cambios de velocidad entregan un caótico viaje de exigente ejecución.
Durante el único respiro a lo largo de “Only Constant”, el interludio “Calling Card” se perfila como una llamativa y experimental forma de presentarse como banda. A través de la voz de sus fanáticos, GEL dibuja una declaración de principios donde, entre otras cosas, dejan en claro su identidad abanderada con lo “freak”. Con menos de un minuto de duración, “The Way Out” retoma la rapidez predominante; “Snake Skin” es una alusión sin mayores rodeos a las personalidades hipócritas; mientras que “Compossure”, la más extensa del álbum, se despide en poco más de 170 segundos con una de las canciones más distorsionadas de un álbum de por sí ruidoso.
Sin mucha cabida para sobreanalizar, “Only Constant” es una pieza de ferocidad que no entrega puntos medios: se le aprecia por su simpleza, o simplemente pasa desapercibido por aquellos que no son convocados por esta breve experiencia de caos. En un álbum que se siente con las vísceras, el prometedor “debut” de GEL le da voz a una nueva generación de hardcore punk, jugándosela por la importancia en lo no verbalizado, y posicionándose con coherencia sin caer en repetitivas caricaturas.
Cuetox
08-Mar-2017 at 1:26 pm
buena reseña