El misterioso mundo de los niños es siempre territorio fértil para dar rienda suelta a la fantasía. Más aún cuando se sumerge en el mundo de sueños y pesadillas que cruzan por mentes inquietas, que poco entienden de las dificultades que atraviesan los adultos que les rodean. “Somnia: Antes De Despertar”, mal promocionada como una película de terror, aborda este mundo de imaginaciones cuando se han dirigido por caminos tormentosos, alimentados por el miedo y la confusión, dando lugar a un peculiar thriller de fantasía.
Jessie (Kate Bosworth) y su pareja Mark (Thomas Jane), aún afectados por la trágica muerte de su hijo pequeño, se han decidido por adoptar. Para su suerte, les es asignado un dulce niño llamado Cody (Jacob Tremblay), quien arrastra un confuso historial de muertes y abandono de las familias que anteriormente lo acogieron. Lo que la pareja no sabe, es que el pequeño Cody cuenta con un misterioso don que convierte en realidad sus más maravillosos sueños, pero también sus más terroríficas pesadillas.
El primer elemento que sin duda destaca es la actuación protagónica de Jacob Tremblay, el joven actor que atrajo las miradas del público y la crítica tras su brillante desempeño en “Room” (2015), y que en esta cinta vuelve a brillar de forma impecable: cada detalle de sus expresiones posee un equilibrio perfecto entre torpeza y dulzura que lo vuelven demasiado real. La entonación de sus líneas, los suaves gestos de sus labios y el manejo instintivo de su mirada nuevamente desbordan de esa inocencia que le resulta natural; es un placer verlo en pantalla reafirmando que este podría ser sólo el inicio de una exitosa carrera en la actuación. Lamentablemente, todo esto contrasta con el impávido desempeño de su coprotagonista, cuyo personaje, sometido al grueso de las calamidades que se dan lugar en la trama, deja la sensación de reaccionar con demasiada ligereza, restándole credibilidad al argumento.
El trauma y la resiliencia son dos tópicos clave en la articulación del argumento, abordados desde la perspectiva de ambos protagonistas, pero mayormente elaborado en la niñez, convirtiendo a la cinta en un viaje por la inocencia interrumpida a causa de los azares del destino, que da cuenta de cómo los pequeños –en su desconocimiento del mundo que recién empiezan a habitar– asimilan la tragedia valiéndose en gran parte de su ávida imaginación, elemento que será clave en el desenlace del conflicto. Por otro lado, se aborda también la tragedia que implica para una pareja el perder un hijo, el conflicto que hay entre honrar la memoria del pequeño difunto o continuar la vida siempre con ese dejo de culpa, algo que ya ha sido retratado con mayor profundidad, por ejemplo, en el reciente filme de Matías Bize, “La Memoria Del Agua” (2015).
El relato visual, por su parte, se percibe un tanto desaliñado: en cuanto a fotografía, planos y colores carecen de riesgos, tornándose aburridos, a lo que se suma una dirección de arte un tanto desprolija en cuanto a los elementos de fantasía se refiere. Esto se torna realmente un problema cuando se da vida al “Hombre Canker”, protagonista de las pesadillas de Cody y responsable de varios de los clímax de tensión difíciles de tomar con seriedad cuando son tan evidentes algunos detalles del disfraz utilizado, o simplemente porque el diseño visual del personaje no logra convencer.
Una buena idea de fondo opacada por la ejecución insuficiente, tanto en su construcción visual como también en la materialización del argumento. Ni los diálogos ni los eventos se construyen de forma inteligente, dando como resultado una película algo plana, carente de personalidad y a ratos predecible, dejando la sensación de que las problemáticas abordadas se trataron con irresponsable ligereza. Aun así, lo positivo es que intenta acercarse a la frágil sensibilidad de los niños, motor del mundo complejo que hay en su imaginación y que se debe tratar con cuidado en la medida que los golpes del mundo real pueden llevar sus pensamientos en direcciones dañinas, especialmente cuando se pierden los límites entre el imaginario y la realidad.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.