La biopic –película biográfica o basada en su totalidad en hechos reales– y Oliver Stone son un matrimonio que lleva existiendo varias décadas. El director tiene a su crédito cintas que se han convertido en reales piedras de toque del género, como “JFK” (1991) o “Platoon” (1986). Al mismo tiempo ha realizado proyectos más sueltos, apuntados más a la diversión que a la reflexión, pero no por eso menos controversiales, como “Natural Born Killers” (1994) y “Wall Street” (1987). Independiente de los resultados, no hay nada que le guste más a Stone que estar en el centro de la discusión.
Su más reciente pase de entrada a este espacio es “Snowden”. Como bien dice su título, la historia gira en torno al polémico desertor de la CIA, Edward Snowden (Joseph Gordon-Levitt), quien filtró a la prensa un centenar de prácticas de espionaje llevadas a cabo por la agencia. La cinta va desde sus inicios como recluta del ejército, a las complejas triangulaciones que debió realizar para poder develar su información, para retratar a uno de los personajes más polémicos de este siglo.
Como director avezado que es, Oliver Stone presiona todos los botones a tiempo y realiza todos los giros cuando la historia lo requiere. Alternando entre el momento previo a que salgan publicados los secretos y las varias etapas de la carrera de Snowden, el director le logra dar la agilidad al relato para que no se llegue a estancar. Sin embargo, las dos horas y cuarto de duración no terminan por justificarse del todo.
Con esta abultada duración, el director pudo haber llevado al personaje mucho más lejos: haberlo cuestionado o puesto a prueba, pero es acá donde reside el principal problema de la cinta: Stone está completamente a bordo del equipo Snowden. Si la película tuviera que ser resumida en pocas palabras, estas serían Snowden fue un héroe. No tiene nada de malo el concentrarse en un solo lado de la historia; de hecho, esto tiende a dar para un relato mucho más coherente y ordenado, pero cuando se está trabajando con una historia real, esto puede resultar algo miope.
Donde más se nota esto es en la presentación de los superiores de Snowden. Rhys Ifans interpreta a Corbin O’Brian, una suerte de mentor y guía del protagonista durante varias etapas de su vida. Aunque nunca es introducido como del todo malvado o inmoral, sí es una suerte de hombre duro e incapaz de sonreír. Junto con él, Nicolas Cage interpreta a otro experto, pero en este caso como un héroe frustrado. Ambos personajes se van alzando a lo largo de la película como una muralla que Snowden debe escalar, el problema es que esto queda claro desde el primer minuto, lo que les niega el espacio para desarrollarse como personajes tridimensionales.
Un punto que se pudo haber aprovechado mucho más, pero que sólo se pasa a llevar, es la relación entre la vida privada de Snowden y su trabajo. La relación del protagonista con su novia, Lindsay Mills (interpretada por Shailene Woodley), es usada como contrapunto para el desarrollo de su carrera, pero no para mucho más. Hay un par de momentos notables, todos referidos a la paranoia de Snowden una vez comienza a enterarse de las prácticas de espionaje que lleva a cabo el gobierno para el que trabaja, sin embargo, estos finalmente son dejados de lado. En su lugar, se presenta al patriotismo y el amor por la libertad como concepto abstracto, como las motivaciones centrales del protagonista.
Toda la construcción de la historia lleva a este momento de manera lógica y ordenada, pero es esta conclusión la que no termina por sentirse coherente con el personaje. Debido a que es interpretado con bastante contención y calma, nunca termina por revelarse como apasionado o trastornado, reacciones bastante necesarias para que alguien decida develar secretos que le significarán tanto la expulsión de su país como la persecución. Para alguien dispuesto a sacrificar su vida por sus convicciones, el Snowden de Oliver Stone no parece lo bastante convencido.
Otro problema es el momento en que el relato decide acabarse. Nada de las consecuencias ni cómo Snowden arruinó su vida luego de las filtraciones. Esto habría sido interesante de trabajar, debido más que nada a que pudo servir para mostrar si es que realmente valió la pena el sacrificio. Pero como hacer esto habría obligado a Stone a cuestionar al personaje, prefirió dejarlo fuera. El que un enamorado de Estados Unidos como Edward Snowden (o al menos así es presentado acá) haya terminado oculto en la Rusia de Vladímir Putin, no deja de ser llamativo.
“Snowden” es una cinta redonda y coherente, pero demasiado poco arriesgada o cuestionadora para ser realmente relevante. No hay nada fuera de lugar, tonal o narrativamente hablando. Y en una historia tan llena de polémica y dudas como la de su protagonista, esto pasa a ser un defecto más que una virtud.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.