No son pocas las ocasiones cuando el público se acerca a ver una película más interesado en los personajes –o en los actores a cargo del rol- que guían la trama, por sobre la historia misma del título en cuestión. En contraste, hay quienes salientes de las salas de cine emiten un juicio en función de los papeles representados en la cinta, sean estos bien o mal llevados. Es en este ítem donde David Fincher, director de “Perdida”, tiene probablemente el mejor complemento a la forma narrativa que tan bien lo identifica. En la historia cinematográfica reciente ha quedado un generoso número de personajes brillantemente construidos por el realizador, a saber: el analista detective Somerset de Morgan Freeman en “Seven” (1995), el nihilista Tyler Durden de Brad Pitt en “Fight Club” (1999) o el arrogante Mark Zuckerberg de Jesse Eisenberg en “Social Network” (2010). Todos ellos, tan disímiles en sus personalidades, tienen un punto de convergencia en común: su pesimista visión sobre el entorno, un tema igualmente recurrente en los títulos propuestos por Fincher.
En un día aparentemente normal, luego de haber pasado el tiempo en un bar de su propiedad y en vísperas de un nuevo aniversario matrimonial, el escritor Nick Dunne (Ben Affleck) se encuentra con una sorpresa al llegar a su casa: su esposa, Amy (Rosamund Pike), ha desaparecido. La escena del posible crimen tiene rastros de violencia, por lo tanto los detectives a cargo del caso no descartan nada. A raíz de la actitud mostrada por Nick ante los hechos y con los medios de comunicación apuntándolo directamente a él como el responsable, rápidamente se convertirá en el principal sospechoso del caso.
Sería inútil entregar más información en la sinopsis, porque la película no tiene más que la desaparición de Amy como el gran elemento que da soporte al relato. Adaptado del libro homónimo y superventas de Gillian Flynn (quien aquí está a cargo del guión de manera íntegra), David Fincher toma una historia de alcance doméstico para transformarla en algo extraordinario. El relato se muestra permanentemente con una naturalidad devastadora, preso del análisis exhaustivo sobre el complejo universo de las relaciones maritales, como ya lo pudimos ver en “American Beauty” (1999) o “Blue Valentine” (2010).
Encausado gracias a la inclusión de perfectos flashbacks, el filme se desenvuelve con las pulsaciones y divertimiento uniforme, sabiéndose estar en un equilibrio que desconcierta; no hay lugar para el refresco en un relato que en cada paso va desprendiendo un tufillo siniestro, y que da la estocada a cualquier conjetura que podamos deslizar respecto al desenlace. La importancia de la opinión pública, el muchas veces infame rol de los medios de comunicación –dispuesto aquí en el talante del periodismo más insidioso y desprovisto de ética- o la urgencia de la justicia en la búsqueda de un chivo expiatorio cuando la presión social se ha desbordado, dan fe de la necesidad que tienen las personas en la aprehensión sobre ídolos ficticios, pues Amy Dunne, en su infancia, fue la inspiración de “La increíble Amy”, protagonista de una serie de novelas escritas por sus padres. Esto último es crucial para entender que en “Perdida” también existe un repaso al modelamiento inescrupuloso en el que incurren muchos progenitores sobre sus hijos.
El humor que Fincher utiliza en la película adquiere un significado totalmente renovado dentro de su filmografía. Es la comedia negra, ese recoveco de tono virulento que ha sido un elemento siempre presente en los trabajos anteriores del director, la que da un valor agregado a “Perdida”. Acá el uso del recurso no se siente como un alivio cómico, por el contrario, parece haber sido incluido como algo inherente a la trama, desarrollándose paralelamente al thriller, sólo para después de consumarse cualquiera de los muchos giros que tiene el relato, situarnos en el barrial psicológico más pelacables posible.
La riqueza de los personajes se corresponde absolutamente con el escenario propuesto y la sapiencia con el que este se plasma. Los protagonistas tienen el total respaldo de los secundarios, sosteniéndose ambas partes en una relación plenamente justificada. La afirmación a esta hipótesis puede radicar en cómo a Nick Dunne se le somete al parangón permanente con Jim Gilpin (Patrick Fugit), uno de los oficiales que trabaja en la desaparición de Amy, y que ve con incredulidad y cierta cuota de conservadurismo cómo el escritor actúa de la forma en que lo hace. La confección de esta gama de personajes tiene una notable respuesta en los actores escogidos para encarnarlos. Primero hay que hablar de Rosamund Pike; la actriz que sorpresivamente ganó la oportunidad de convertirse en Amy Dunne y que había desarrollado una carrera en el bajo perfil hasta ahora, acá brilla con luz propia. Capaz de despertar múltiples sensaciones con su interpretación, también puede dotar a su personaje de distintas personalidades, un ejercicio en extremo difícil cuando la complejidad del papel es de tanto fuste. Después está Ben Affleck, que muchas veces no posee antígenos para los anticuerpos que genera en su condición de actor, sin embargo, a pesar de un pasado que lo condena, hoy está en un ascenso estilo Matthew McConaughey: descartando roles chabacanos para reinventarse en su profesión, teniendo todavía la posibilidad de igualar pergaminos con sus inobjetables facetas de guionista y director. Por “Perdida” Affleck no ganará un Oscar, pero cumple de buena manera y eso es algo que se agradece. El resto del reparto se encuentra en el sitio que le corresponde, levantando con cada diálogo o gesto un título que brilla en gran medida precisamente gracias a ellos.
Es necesario destacar también la banda sonora compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, quienes anteriormente habían trabajado con Fincher en “The Social Network” (2010), intervención por la que ganaron un Oscar, y “The Girl With The Dragon Tattoo” (2011). En esta oportunidad, el líder de Nine Inch Nails y el músico/productor aumentan su valía, aportando con sendos arreglos musicales a la cinta, que se funde para dar espacio a todo un misceláneo y estimulante espectro sonoro.
En las distintas etapas de su carrera y, cuando sus películas así lo requieren, David Fincher ha sabido labrar sus objetivos más allá de la pantalla; ocupando la visión de un cineasta minucioso, ha ensartado críticas siempre bien direccionadas, sin dar un sólo palo de ciego. Probablemente es por este motivo que la Academia no ha reconocido su labor, que evidentemente es merecedora de todo crédito. Quizás “Perdida” no sea su mejor trabajo hasta la fecha, pero lo cierto es que ya pasa a formar parte de los títulos rutilantes en la implacable lista del realizador, atreviéndonos a decir que sólo se encuentra por detrás de “Seven”, “Fight Club” y Zodiac” (2007). Por todo lo enorme que es un título como “Perdida”, con los siempre bien dispuestos guiños a la escuela del suspense levantada por Hitchcock, y por la no menor tarea de empujarnos a ser parciales sobre lo que deseamos para un personaje –algo de lo que “Jagten” (2012) también dio clases magistrales-, como si se tratase de una de las líneas de “Fight Club”, cambiando a Tyler Durden de lugar, hoy podemos decir con toda convicción que “en Fincher, nosotros confiamos”.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.