Hay cintas que obstinadamente quieren volverse icónicas. Como una porfía adolescente, cuidan una estética en particular e insisten en emplazar a su héroe –o villano- como una figura digna de póster de cinéfilo. Ambiciones de esa calaña no tienen nada de malo, por supuesto, siempre y cuando el contenido justifique esa pretensión. De lo contrario, queda como una maniobra que transparenta demasiado el afán de éxito de su realizador por encima de su inquietud artística. Con una temática de filmografía tan respetada como es la mafia, hay que tener especial cuidado.
Cuando en el sur de Boston reina el crimen organizado, el inescrupuloso agente del FBI, John Conolly (Joel Edgerton), le propone un trato secreto a James “Whitey” Bulger (Johnny Depp), líder de la mafia irlandesa. A cambio de que Whitey coopere con Conolly en su persecución de pandilleros italianos, el criminal recibirá protección del agente.
Será seductor, pero no hay que dejarse engañar por el envoltorio. Tremenda producción, basada en un apasionante caso real, con fotografía de primera, acabada ambientación, un reparto de lujo y Johnny Depp a la cabeza. Lo que a “Pacto Criminal” le sobra en pompa, le falta con creces en sustancia. Es el error de producciones que se engolosinan con romperla en términos publicitarios hasta el punto de perder el norte, gastando energía en impactar mediáticamente y olvidando que para hacerlo hay que tener, en primer lugar, una buena película detrás de un buen afiche. ¿De qué sirve que la lasaña luzca deliciosa en el menú, si el restaurant la sirve fría?
Si no podemos tomar en serio ni al mismísimo protagonista de una cinta de gánsteres, estamos en graves problemas. La caracterización física fallida –por no decir cercana a lo hilarante- de un personaje que en la realidad fue escalofriante, es sólo la punta de un témpano de hielo compuesto por una escritura superflua, que hace que el film parezca un juguete comparado con otros de su categoría. Nombres como Scorsese brotan a la memoria al instante, recordándonos que no cualquiera se atreve con la temática en cuestión sin terminar como un bebé de pecho en el intento.
Agrupaciones con jerarquías complejas, juego de lealtades, sentido de la familia y diversas motivaciones personales, son asuntos que la obra incluye sin compromiso alguno, quedando como un trabajo que repasa los hechos de forma impersonal, cual reportaje reconstruyendo dramáticamente los eventos. Se extraña una psicología con capas, igual que una propuesta de ritmo que maneje la entrega de información que el espectador percibe, y una búsqueda cinematográfica que complemente el relato y le añada profundidad –ese tratamiento indolente de las buenas cintas de mafiosos, ese tono hermético que las rodea y el asomo del humor más negro-. Ilusamente, el director Scott Cooper pareciera pensar que el abuso de maldiciones y disparos bastan para que su trabajo convenza; un approach contraproducente, sino iluso, propio de novato.
La imponente figura de Whitey, que promete con robarse la película, es una cortina de humo al no haber en sus espaldas nada de valor. Personaje vacío, de motivaciones vagas, contradicciones someras, y dualidades que jamás se ahondan. Se le atribuye el protagonismo por defecto, ya que su presencia no tiene mayor peso. A su alrededor, secundarios correctos y algunos ni eso, como es el caso de Dakota Johnson, que lucha por contener una sonrisa nerviosa en casi todas su escenas. En general, el casting está plagado de apellidos célebres que se pierden en roles insignificantes.
El eco de Depp ya suena como posible candidato a Oscar, y cómo no, si cumple con el fetiche número uno de la Academia: la transformación física. Aunque en estricto rigor, la mega estrella viene recurriendo al maquillaje y las prótesis hace años, dando la falsa impresión de versatilidad. Es verdad que aquí hace un empeño por converger la maldad en su mirada, mas se queda en eso y está lejos de ser suficiente, sobre todo considerando los ceros que se lleva al bolsillo por lo que debiese ser una performance exhaustiva. Lo cierto es que el actor está al debe hace tanto tiempo, que las expectativas respecto a su desempeño disminuyen con cada estreno, instigando un suspiro de resignación más largo cada vez.
Se podría decir que “Pacto Criminal” cumple, pero si se tiene pocas expectativas y se está más bien aburrido sin panorama alguno. Si no es así, se le empieza a comparar con títulos como “The Departed” (2006) y entonces sus debilidades se encienden cual pasto seco. Tal vez si sólo se le aprecia como documento informativo podría funcionar, claro que eso también implicaría pasar por alto la paupérrima caracterización estética de Whitey. Dinero mal invertido, básicamente. Como reza el dicho: mucho ruido y pocas nueces.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.