A sus 82 años, Woody Allen jamás ha parado de crear. Con 48 películas a su haber y partícipe activo en series de TV, el guionista, productor y actor es uno de los más prolíficos realizadores, aun cuando cantidad no refleje necesariamente calidad. Pero más allá de sus logros y fracasos en pantalla, la polémica siempre ha estado presente en su vida. Hoy, con los recientes movimientos “Time’s Up” y “Yo También” a la cabeza para denunciar el acoso sexual y las reiteradas denuncias a grandes de Hollywood que han significado la caída de varios nombres, las nuevas acusaciones en su contra –que datan desde hace más de 25 años– se suman a una larga lista de una vida estrepitosa y siempre llena de rumores.
¿Es posible separar el arte de su autor? Esta es quizás una de las preguntas más difíciles que hoy nos toca responder frente a una realidad que comienza a salir a la luz, y que nos pone en una posición bastante incómoda a quienes amamos el cine y a todos los que involucra. ¿Es posible admirar las creaciones de una persona, aun cuando sabemos que lo más probable es que provenga de un ser humano con cuestionable moral? ¿Podemos disfrutar su trabajo profesional, o debemos odiar todo lo que provenga de este?
Tenemos el poder de decisión frente a los hechos, y nadie nos puede obligar a hacer lo contrario. No obstante, es responsabilidad de todos, como seres participantes de una sociedad unida –idealmente– bajo los mismos principios y valores, proteger a quienes han sido vulnerados y denunciar a los agresores para que se haga justicia. Y a través de un simple ejercicio podemos comenzar a aportar como espectadores: no idolatrando a nadie. No debemos sentirnos culpables por disfrutar una pieza porque nos genera algo, pero jamás debemos incitar la adoración ciega y extrema hacia quienes están detrás de esta, porque la perfección, claramente, no es humana. Al menos, con “La Rueda de la Maravilla” todo lo anterior resulta mucho más fácil, pues la última producción de Allen es un triste espectáculo con más aire que consistencia.
Una camarera con más culpa que fortuna (Kate Winslet), un operador de carrusel intentando estar sobrio (Jim Belushi) y un salvavidas de Coney Island que relata la historia (Justin Timberlake) se verán envueltos en un drama doméstico cuando Carolina (Juno Temple) llegue de improviso al parque de diversiones de la península, arrancando de la mafia para reencontrarse con su padre.
El formato clásico de Woody Allen: un nihilismo absorto a través de discursos eternos que asemejan la corriente de la conciencia de sus personajes complejos e ingeniosos, con una temática circense y una fotografía colorida y juguetona bajo el bello retrato de una ciudad portuaria en la década de 1950. Esta es la carta de partida hacia un drama que, fácilmente, podría funcionar en un formato de obra de teatro, pero que en cine agota por su reticencia a avanzar hacia alguna parte. Y es que esta historia, con toques de romanticismo idealizado y pseudo-realismo trágico, no es capaz de mantener un interés en su trama porque es el mismo relato el que carece de un motivo sincero o, al menos, interesante. Porque el estilo comienza por saturar desde el primer tercio de la cinta, incluso con su humor clásico y la sátira que propone sobre las relaciones humanas.
Es lamentable que el gran talento de Kate Winslet sea lo único que al final del día logra conectar y sobrellevar esta película, pues es su actuación totalmente entregada la que genera un lazo creíble y lleno de sentimientos a través de un personaje atractivo desde el punto de vista del guion. Jim Belushi, por su lado, también destaca como el marido prepotente y víctima de su época y circunstancias, y son ellos los que hacen brillar los demás rostros que entran en juego.
Sin demasiados ejes sólidos de base, “La Rueda de la Maravilla” se monta sólo a punta de sus personajes y su fotografía, pero falla al entregar un relato digno de ser digerido y disfrutado como otras obras de Allen, en las que el brillo de sus historias y la maestría de su lenguaje audiovisual remontan pasajes que invitan tanto a reflexionar como a divertirse con su agudo humor. Por el bien de la humanidad, y coincidiendo con todo lo que está pasando en Hollywood, definitivamente ya es hora de que el cineasta dé un paso al costado.
Título Original: Wonder Wheel
Director: Woody Allen
Duración: 101 minutos
Año: 2017
Reparto: Kate Winslet, Justin Timberlake, Juno Temple, James Belushi, Max Casella, Michael Zegarski, Tony Sirico, Marko Caka, Jack Gore, Dominic Albano, Evin Cross, Debi Mazar, Brittini Schreiber
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.