Cuando todos asumíamos que Tim Burton había decidido quitarse los pantalones para siempre, sobre todo después de su deleznable incursión en el País de las Maravillas, que no hizo más que convertirlo en la parodia de sí mismo, el norteamericano regresa para tapar bocas y demostrarnos que, cuando existe dedicación y, por sobre todas las cosas, amor por lo que se está haciendo, toda aspereza puede ser limada y la fantasía gótica que a tantos fieles ha cautivado alrededor del mundo, puede volver a expeler la magia autentica y cautivadora de los mejores filmes del realizador.
Basado en el propio cortometraje de Tim Burtom, del mismo nombre y realizado el año 1984, “Frankenweenie” nos cuenta la historia de Victor Frankenstien, un niño aficionado a la ciencia y que tiene como único y mejor amigo a Sparky, su fiel perro mascota. La tragedia se desata cuando, en un accidente de transito, Sparky perece bajo las ruedas de un automóvil. Con el poder de la ciencia, Victor realizará un tenebroso experimento que resucitará a Sparky como una versión canina del mítico monstruo de Frankenstein (sutil cambio de vocales: Frankenstien y Frankenstein). Los problemas no tardarán en llegar, cuando uno de los tétricos niños de su clase se entere de la existencia de Sparky y chantajee a Victor para que le revele la receta de su experimento y así crear su propio proyecto para la Feria de Ciencias, certamen educativo que se convertirá en una verdadera batalla de mentes brillantes –y muy siniestras– por superar la creación de Victor.
Regresando a la siempre cautivante técnica de la animación en stop motion, Tim Burton se pone al mando de un filme que derrocha cariño y buen hacer en cada uno de sus fotogramas. No sólo por el exquisito y cuidado diseño de producción del que suele hacer gala el norteamericano, eso sigue totalmente intacto, el gran cambio existe en el tono y el sentimiento que nos transmite la película al hacer uso de todos los tópicos del director, como no se había visto desde “Sleepy Hollow” (1999), o la más reciente y también animada, “Corpse Bride” (2005). Aquí nos encontramos con el típico universo “burtoniano”, del barrio de casas uniformes, con un protagonista que vive al margen de la sociedad y rodeado de personajes cuál de todos más extravagante. Lo que podría ser una cita cualquiera con el director de “Beetlejuice” (1988), se convierte en una agradable sorpresa cuando descubrimos que estos elementos viven y no se suceden como un esquema genérico para dejar feliz sólo a los fanáticos incondicionales, utilizando la estética gótica y la música de Danny Elfman como los únicos bastiones que nos recuerdan que esta es un película de Tim Burton. Aquí no se siente la necesidad de cumplir y ser un bombazo en la taquilla, de hecho, lo más probable es que “Frankenweenie” no lo sea.
Desde la fotografía en blanco y negro, las constantes referencias a los clásicos del cine de monstruos, un ritmo consistente, pero no lo suficientemente ágil como para mantener a un niño de tres años sentado en su butaca durante hora y media, confirman que Burton, en esta ocasión, ha cambiado el switch, que no estaba muerto como muchos de sus siniestros personajes, sino que sólo se había dormido en los laureles por un largo tiempo, a decir verdad.
De tal magnitud es el cambio del realizador, que hasta su dilatada lista de personajes oscuros se ve revitalizada con la llegada de Victor y el resto de sus compañeros de escuela, mentes malignas encarnadas en cuerpos de niños que, sin salirse de los parámetros del cineasta, se transforman en seres entrañables y llenos de vida. Independiente de la atmósfera fúnebre que impregna a la cinta, el metraje está lleno de risas, momentos de horror –que provocarán más de algún salto-, tensión y acción a raudales, que se desatan con todo en el divertidísimo acto final de la película.
Todo estaba dispuesto en su lugar –siempre lo estuvo-, sólo faltaba que el creador despertara y entregara la magia que parecía haber agotado, o peor aún, prostituido. Este no es el Tim Burton director de “Alice In Wonderland” (2010), como trata de venderlo la promoción de la película, este es el Tim Burton de “Ed Wood” (1994) y de “Edward Scissorhands” (1990), y eso ya es decir suficiente.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.