Cuando un actor erige su carrera a través de cintas similares en estilo y/o personajes, ciertamente puede lograr un gran número de triunfos y ligar su nombre a un género claro y potente. Por dar algunos ejemplos –obviamente sin contar sus participaciones en otras películas exitosas-, Sylvester Stallone con las películas de acción o, en menor medida, Liam Neeson y el thriller dramático. Pierce Brosnan es uno de aquellos, conocido principalmente por haber inmortalizado cuatro veces al mítico agente secreto James Bond. Difícil es despegar su rostro de papeles cuyos argumentos son la acción y el thriller, aunque no rechace y funcione también en otros estilos. Sin embargo, tal como Stallone últimamente ha fracasado en sus actuaciones en filmes de acción, en “El Aprendiz” Brosnan nos entrega un indecoroso desempeño, también complementado con un guión pobre y una historia muy mal tratada.

Teniendo como escenario Rusia, Peter Deveraux (Pierce Brosnan) es un ex agente de la CIA que es contactado inesperadamente por uno de sus jefes anteriores. Se había retirado luego de que uno de sus mejores aprendices, David Mason (Luke Bracey), hiciera caso omiso a sus órdenes, matando personas inocentes para salvar al embajador norteamericano en Montenegro en 2008. Su nueva misión lo lleva a encontrarse con su discípulo, que ahora trabaja en el bando contrario. Las cosas se complican cuando su ex es asesinada por sus mismos jefes, lo que entrega pistas para descubrir una conspiración a nivel de gobierno, donde Deveraux, conocido como el “November Man”, debe proteger a la trabajadora social Alicia Fournier (Olga Kurylenko), pieza importante para la investigación.

Hay un problema principal que no se puede pasar de largo desde el inicio de la cinta. La forma en que los hechos se van desenvolviendo, no cuentan con un fondo que realmente sirva de base meritoria o fundamento esencial esclarecedor de peso que vaya acorde a ellos, lo que lleva a un declive paulatino casi de principio a fin.

Pocos son los recursos que logra rescatar, a ratos, esta pieza tan pobremente armada. El argumento intenta ser intricado a propósito, pero se traduce en uno innecesariamente confuso y lleno de rellenos. Casi ningún giro dramático cuenta con un peso poderoso que levante las constantes fallas, por ejemplo, en el cambio de escenas o en los repentinos cortes de edición, cuyos momentos pareciesen que intentan ocultar los defectos de un trabajo no rematado.

Por otro lado –pero sin desligar lo anterior- la realmente escasa entrega de emociones por parte de los actores, nunca logra dar con esa chispa certera para conectar lo que dicen con lo que se muestra. Pierce Brosnan, siempre enfrascado en su faceta de espía que bien ha sabido dominar a lo largo de su carrera, por algún motivo se nota aparentemente desmotivado, sin entregar su cien por ciento. Olga Kurylenko también se presiente fuera de foco y no termina por encajar completamente en su personaje. En cuanto a las demás interpretaciones, se produce una mezcolanza de personajes de por sí mal armados, con ejecuciones carentes de enganche en su totalidad.

La incoherencia que se va desarrollando, al menos se salva en parte por una fotografía agradable y, esencialmente, por escenas en slow motion convenientemente logradas. Sin embargo, jamás se termina por comprender los por qué más importantes para el desarrollo de la cinta. Lo anterior, sumado a los niveles dispares del progreso de cada personaje en el guión y en la carente interpretación vinculada de estos, termina por cavar una tumba prematura.

Cierto es que la trama ya es contada de una forma bastante enredada y poco receptiva, pero a pesar de estar basada en la novela “The November Man” de Bill Granger, conocido por escribir sobre thrillers políticos y de espías, “El Aprendiz” no cumple ni concede ninguno de los atributos que debería tener una película de su estilo.

Por Daniela Pérez