David Cronenberg se ha caracterizado por realizar un cine exigente, perturbador y atípico para los estándares hollywoodenses. Sus películas no sólo están narradas de una manera singular, sino que también tratan historias que se salen de lo ordinario. Es un cine de imágenes potentes e ideas provocadoras, de inquietudes y temas cautivantes. Es por ello que el estreno de un filme con su firma siempre es motivo de júbilo. O por lo menos suele serlo. “Cosmopolis” es su más reciente largometraje y, la verdad, deja un sabor amargo.
Un joven multimillonario (Robert Pattinson) viaja en limusina al otro extremo de Manhattan con el objetivo de conseguir un corte de pelo. Decide hacerlo justo en el día en que el Presidente visita la ciudad, por lo que hay un tráfico caótico. Durante esta odisea, el protagonista sostendrá llamativos encuentros con un amplio abanico de personajes, a la par que tendrá que enfrentarse con una serie de preocupaciones externas que lo acosan.
Hay películas cuyas ideas implícitas funcionan con la misma solidez que la historia y los personajes, es decir, son cintas capaces de incorporar adecuadamente una tesis en un engranaje que capture al espectador. También las hay aquellas que instalan un planteamiento sobre el mundo y olvidan que un aspecto vital del cine es el cuidado que debe haber en lo que narran y con quiénes lo hacen. “Cosmopolis” se ubica en este segundo grupo. Aquí pareciera que todas las referencias a la existencia del protagonista y la crítica al modo de vida capitalista se desplegaran por carriles distintos. David Cronenberg es incapaz de aunar ambos caminos y desecha rápidamente un atractivo punto de inicio. Construye una trama difusa, que avanza a los tumbos, y exhibe unos caracteres apenas desarrollados, con la excepción quizás del protagonista.
Está claro que entre los objetivos del director jamás estuvo hacer un filme fácil de digerir ni simple de conectar –su cine es todo menos eso. Su anhelo es plasmar un conjunto de ideas con que deja en ridículo el capitalismo, pero desatiende aspectos muy importantes en este arte. Las sub-historias que van surgiendo parecen poco naturales y terminan de golpe, y los personajes son apenas una excusa para añadir una pieza más a su fiero ataque. De esta manera, olvida lo más relevante: construir una obra armónica. Independiente de que uno pueda estar de acuerdo con lo que propone de fondo la cinta, es innegable que carece de la coherencia y prolijidad que debe tener un conjunto. Todo esto tiene como consecuencia que el devenir de este joven multimillonario poco nos importe.
Si bien en esos términos la película no termina por cuajar, hay aspectos –aunque considerablemente menores- dignos de ser destacados. Por ejemplo, para bien y para mal, lleva sus banderas hasta las últimas consecuencias. Con todo lo tedioso que pueda ser en este caso, es innegable que hay valor en morir con las botas puestas. Otro punto rescatable es que es un filme al que resulta casi imposible anticiparse, pues los rumbos que toma son audaces y asombrosos. Finalmente, está el que la cinta propone una estructura y un planteamiento difíciles de hallar en el cine norteamericano actual. Por supuesto, todo esto no compensa los errores ya mencionados, pero es un pequeño consuelo.
Con respecto al desempeño de Robert Pattinson, hay que ser justos, brinda una interpretación correcta, que invita a guardar esperanzas en lo que pueda hacer más adelante. Es un papel exigente, que lo tiene en constante cambio durante la narración, y sale indemne. Incluso no es descabellado pensar que en gran medida gracias a él la película no se hunde, lo que no es poco. Cronenberg suele sacar lo mejor de sus actores y esta vez no es la excepción.
En definitiva, la cinta se entrampa en su ambición, pues da desmesurado peso a sus ideas y cualquier elemento ajeno a ellas queda aplanado. Puede servir como muestra de que Pattinson tiene futuro como actor, pero algo como eso jamás puede dejar satisfecho, menos en un filme de un cineasta con tanto talento como Cronenberg. Queda lejos en su pretensión de hacer gran cine y lo que consigue es más bien escaso. Descompensada, tediosa, irregular y desconcertante, esta película es una confirmación de que el director está lejos de sus días de gloria.
Me da la impresión de que podría ser la próxima Gummo, ¿no? Poesía visual en función de alegorías; simbología gráfica muy potente representando una ideología o una panorámica, o en el fondo algo más trascendental y tridimensional, con la excusa de ser una historia.
Y es muy complicado en mi opinión lograr ese objetivo en las dos horas y media promedio que te da el cine como plataforma, sin riesgo de quemarlo todo -con tu credibilidad y rentabilidad en la pasada-.
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Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.
poliuu
21-Jun-2013 at 5:36 pm
Me da la impresión de que podría ser la próxima Gummo, ¿no? Poesía visual en función de alegorías; simbología gráfica muy potente representando una ideología o una panorámica, o en el fondo algo más trascendental y tridimensional, con la excusa de ser una historia.
Y es muy complicado en mi opinión lograr ese objetivo en las dos horas y media promedio que te da el cine como plataforma, sin riesgo de quemarlo todo -con tu credibilidad y rentabilidad en la pasada-.