A pesar del éxito de las cintas de acción en la cartelera, estas han tenido que poner atención a los cambios necesarios para poder mantener al género en el puesto que merece, por lo que la innovación en sus historias, la creación de protagonistas más complejos y el perfeccionamiento visual se vuelven características fundamentales para poder crear producciones que sobrevivan en el tiempo y alcancen el éxito comercial que buscan. En la dirección de Ang Lee, “Proyecto Géminis” ve finalmente la luz después de haber sido un proyecto en una alargada gestación; acá la tecnología será el soporte para contar una historia que pretende innovar en la manera de ser relatada.
Henry Brogan (Will Smith) es un hábil asesino a sueldo que decide retirarse, pero repentinamente es atacado por un hombre treinta años menor y que resulta ser su clon. Henry deberá descubrir lo que se esconde detrás de este hecho y enfrentarse al joven que quiere acabar con su vida.
“Proyecto Géminis” es concebida como película de acción y, en ese sentido, establece desde un principio el tono en el que se mantendrá, exhibiendo en coreografías bien ejecutadas las persecuciones y combates entre el protagonista y su contraparte. La tensión manejada en cada una de estas secuencias está trabajada con el objetivo de mantener la atención y sorprender cuando el protagonista se encuentra en peligro y debe salvar su vida, transformando al trabajo de montaje y cámara esenciales al momento de mantener una cinta que trata de sostenerse en momentos donde el espectáculo visual se basa en la agilidad del combate y la cacería entre las dos fuerzas protagonistas.
Para que estas secuencias de acción funcionen en provecho de un relato que avanza a tropezones, la dirección de Ang Lee se apoya en elementos visuales que pretenden sorprender y aportar a la dinámica construcción de aquellas escenas. Utilizando el 3D a su favor y el cambio de fotogramas por segundo, logra enfatizar y engrandecer el dinamismo ocurrido en pantalla, alcanzando un gran nivel de conexión entre el espectador y los acontecimientos de la cinta. Y es en esos momentos donde la película alcanza su máximo potencial, estableciendo el deseo de innovar en un género que tiende a repetir cierta estructura y a utilizar la misma forma para contar una historia.
Sin embargo, lo espectacular que resultan aquellas secuencias de acción se encuentran insertas en una historia que ve con dificultad la manera de progresar y atar cabos para dar con una resolución satisfactoria, demostrando en cada pausa que toma para explicar eventos y conectar información la falta de sustancia frente a una premisa que parece compleja. Estos problemas en el guion no logran encontrar un suelo lo suficientemente firme como para mantener la atención en personajes que carecen de atractivo y de características que permitan acompañarlos en el viaje narrativo que se quiere establecer.
Henry Brogan, como el competente asesino que se plantea, no logra evidenciar la profundidad que podría diferenciarlo de otros protagonistas de este tipo de cintas, descuidando sus motivaciones y especialmente su personalidad, la que, lejos de ser memorable, sólo está construida para acompañar a un hombre con capacidades físicas propias de un temerario luchador. Además, cuando el relato se inmiscuye en el laberinto que la clonación humana podría ser, este se entrampa y pierde la oportunidad de hacer más interesante una producción que sólo descansa en la ostentación del uso de CGI para poder crear al clon del protagonista, el que logra ser representado con el cuidado necesario para no verse incómodo.
La suma completa de las partes que completan “Proyecto Géminis” la hacen ser una película de acción que cumple apropiadamente con el espectáculo visual que promete, pero su construcción narrativa queda descuidada, provocando que la cinta sea intrascendente en el mar de estrenos semanales.
Título Original: Gemini Man
Director: Ang Lee
Duración: 117 minutos
Año: 2019
Reparto: Will Smith, Clive Owen, Mary Elizabeth Winstead, Benedict Wong, Linda Emond, Kenny Sheard, Ralph Brown, Theodora Miranne, David Shae, Björn Freiberg, Alexandra Szucs
“Lightyear” inicia con un pequeño título que dice que, en los años noventa, Andy, el personaje de la serie de “Toy Story”, recibió un juguete de su película favorita, y esta es esa película. Lo anterior podría llevar a imaginar que la cinta en cuestión tendría una estética noventera o tomaría elementos de películas de aventura de la época, de la misma manera que, por ejemplo, la serie “Stranger Things” se apoya en la estética y el estilo del terror de esa época, apropiándose de la narrativa y el estilo de esa década. Sin embargo, acá las referencias a la época comienzan y terminan con ese título inicial, y la obra rápidamente se transforma en otra simple película de aventura. Esto no es necesariamente malo, “Lightyear” es una película completamente funcional, entretenida y que, aunque a ratos se puede volver predecible, logra sorprender con algunos giros, pero esto genera que ese título inicial pierda sentido, y pone en cuestionamiento la razón de ser de esta película.
La historia comienza cuando, luego de quedar varados en un planeta hostil, Buzz Lightyear junto a su compañera Alisha hacen lo posible por llevar a la tripulación de vuelta a casa. Con la ayuda de científicos logran desarrollar un combustible experimental que podría salvarlos, pero durante los experimentos descubren que Buzz Lightyear, piloteando la nave de prueba, experimenta el tiempo de manera diferente: lo que en esa nave son minutos, en la superficie del planeta son años. Sin embargo, Buzz es incapaz de rendirse, y lo sigue intentando durante años y años, durante los cuales sus amigos y colegas envejecen mientras él se mantiene de la misma edad. Todo cambia cuando, al volver de uno de estos ensayos, descubre que algo ha cambiado: el planeta ha sido invadido por robots alienígenas. Con la ayuda de Izzy, nieta de su compañera, Lightyear deberá enfrentarse a estos robots para salvar al planeta y tener una oportunidad para volver a casa.
La de “Lightyear” es una trama que, a pesar de tocar temáticas interesantes sobre el paso del tiempo y la culpa, a ratos se siente muy complicada, ya que pasa mucho antes de que la trama principal siquiera comience. Esto hace que los tópicos que la película tratará a lo largo de su conflicto principal queden un tanto sobreexplicadas durante la primera media hora, lo que genera una desconexión entre lo que los personajes experimentan versus lo que los espectadores entendemos. Cuando Buzz se da cuenta de qué es lo que debe aprender para resolver el conflicto, es algo que se ve venir desde el principio de la historia.
Si bien, esto puede hacer que la película se sienta algo predecible desde un punto de vista temático, desde una perspectiva narrativa funciona bastante bien como cinta de acción y aventura. El universo que construye es visualmente rico y bastante especial, y se beneficia de diversas ideas sobre física cuántica que han sido exploradas en gran cantidad por películas de ciencia ficción, particularmente desde el aspecto de viajes en el tiempo.
Es interesante además que, a diferencia de muchos otros productos de nostalgia actuales, “Lightyear” se ve obligada a construir un universo completamente nuevo, puesto que las referencias que existen en las películas de “Toy Story” son sumamente vagas y genéricas, y es un desafío que el equipo tras esta película logra cumplir de forma satisfactoria. Buzz Lightyear, como personaje, es complejo e interesante, alejándose lo suficiente del juguete de sus películas madre para sostenerse como protagonista, pero logrando mantener suficientes elementos para sentirse familiar. Después de todo, el juguete supuestamente está basado en este personaje.
Por cierto, es difícil alejarse de las películas de “Toy Story”, no sólo porque “Lightyear” sea supuestamente el origen del juguete, sino porque está llena de referencias a la saga. La sombra de la tetralogía lo toca todo, tanto así, que a ratos pareciera que esta película es más una historia fan-made sobre el juguete que el verdadero origen del personaje. Y esto se debe a que no se siente como un producto de la época que supuestamente existe junto a los juguetes en el universo de “Toy Story”, sino que, en muchos sentidos, se percibe supeditada a los juguetes, tanto en sus referencias como en, incluso, un giro cerca del final de la historia.
Lo que queda es una sensación algo agridulce, ya que, cuando se concentra en ser sólo una película de aventuras, “Lightyear” funciona bastante bien, con un universo interesante, personajes coloridos y tensas secuencias de acción, incluso si no llega a los niveles de profundidad temática y madurez emocional de otras películas de Pixar. Lo anterior hace que se sienta como una oportunidad perdida porque como referencia a “Toy Story” no funciona tan bien como parecían ser sus intenciones, pero cuando se aleja de ella la historia marcha mucho mejor y queda la sensación de que hubiera sido aún mejor sin ninguna referencia, sólo existiendo por sí misma.
Título Original: Lightyear
Director: Angus MacLane
Duración: 100 minutos
Año: 2022
Reparto: (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba, Mary McDonald-Lewis, Isiah Whitlock Jr., Angus MacLane, Bill Hader