Se tiende a equivocar la mirada al juzgar una película infantil con ojos de adulto. No tanto por el punto de vista que se puede aportar, que será válido en tanto se articule con inteligencia y originalidad, sino más bien por los alcances del género de cintas para niños, particularmente los productos animados. Porque cuesta pedirle más a un artefacto fabricado en serie, que busca de manera simple y correcta, lograr la mayor participación en el mercado de la venta de entradas, junto al del merchandisingasociado. Claro, decir “los niños consumen cualquier cosa” es de un simplismo imperdonable, pero hay que reconocer que, a veces, son los padres los que llevan a sus pequeños a ver todos los dibujos animados en cartelera, para evitar una pataleta.
También, en este último tiempo, y por responsabilidad directa de obras mayores del estudio Pixar, una no menor cantidad de personas esperan que las cintas de animación satisfagan tanto a los infantes como a sus padres, algo que ni siquiera la prestigiosa y multipremiada productora puede vanagloriarse completamente. Uno de los estudios que ha tratado de seguirle el paso a los creadores del vaquero Woody es Dreamworks, que en esta oportunidad presenta la correcta, pero claramente menor película “Los Croods”.
Los Croods son una familia de cavernícolas que viven la mayor parte del tiempo encerrados en la cueva que les sirve de refugio contra los peligros de una naturaleza aún no domesticada. A través de una estricta lista de normas y prohibiciones, Grug, el padre, logra mantener la integridad de su grupo, compuesto por Ugga, su mujer; Gran, su suegra; y sus hijos Thunk y Eep. Está última, la más curiosa e inquieta, está harta con la vida monótona que llevan, y cada vez que puede, se escapa para explorar su entorno, pese a las advertencias de su progenitor. En una salida nocturna conoce a Guy, joven solitario y nómada, quien le enseña el fuego y le anticipa de un peligro que cambiará completamente la existencia de sus parientes.
Más que en cualquier otro género, en el cine infantil, y más propiamente en el de animación, se desnuda el carácter moralizante de la historia, algo que en “Los Croods” se logra a cabalidad. Desde un primer instante se sospecha cual será el tenor de la historia, los giros que ocurrirán y el final feliz (algo que ni siquiera es un spoiler, porque es imposible en las cintas infantiles no encontrarlos) que se presentará. La coherencia narrativa, de esta forma, es sólida y muy bien lograda, ya que toda esa anticipación de una trama casi obvia no juega en contra para construir momentos entretenidos y de humor, algo esencial en las cintas para menores.
Otro elemento necesario para la correcta presentación de estos productos infantiles es la construcción de personajes. Con el doblaje latino es difícil juzgar una intención de los realizadores respecto a la caracterización con la voz. En cuanto al trabajo de animación en gestos y posturas, cada miembro de la prehistórica familia posee una personalidad única, aunque a ratos estereotipada y unidimensional.
Al final, fuera de la niñez, lo que queda de las películas infantiles son recuerdos vagos de pasajes emocionantes, pero que al volver a revisitar pierden la fuerza, porque se vieron con ojos limpios, sin ataduras racionales, pero también sin la posibilidad de juzgar su profundidad o relacionarlos con otros objetos similares. En este sentido, “Los Croods” es una cinta entretenida, bien lograda, con un correcto y hasta destacable uso del 3D, y una caracterización bastante empática de los personajes principales, aunque no se pueda evaluar el trabajo en el idioma original. ¿Y si le buscamos la quinta pata al gato? Bueno, no queda demasiado, como con la mayoría de las fábulas para niños.
“Lightyear” inicia con un pequeño título que dice que, en los años noventa, Andy, el personaje de la serie de “Toy Story”, recibió un juguete de su película favorita, y esta es esa película. Lo anterior podría llevar a imaginar que la cinta en cuestión tendría una estética noventera o tomaría elementos de películas de aventura de la época, de la misma manera que, por ejemplo, la serie “Stranger Things” se apoya en la estética y el estilo del terror de esa época, apropiándose de la narrativa y el estilo de esa década. Sin embargo, acá las referencias a la época comienzan y terminan con ese título inicial, y la obra rápidamente se transforma en otra simple película de aventura. Esto no es necesariamente malo, “Lightyear” es una película completamente funcional, entretenida y que, aunque a ratos se puede volver predecible, logra sorprender con algunos giros, pero esto genera que ese título inicial pierda sentido, y pone en cuestionamiento la razón de ser de esta película.
La historia comienza cuando, luego de quedar varados en un planeta hostil, Buzz Lightyear junto a su compañera Alisha hacen lo posible por llevar a la tripulación de vuelta a casa. Con la ayuda de científicos logran desarrollar un combustible experimental que podría salvarlos, pero durante los experimentos descubren que Buzz Lightyear, piloteando la nave de prueba, experimenta el tiempo de manera diferente: lo que en esa nave son minutos, en la superficie del planeta son años. Sin embargo, Buzz es incapaz de rendirse, y lo sigue intentando durante años y años, durante los cuales sus amigos y colegas envejecen mientras él se mantiene de la misma edad. Todo cambia cuando, al volver de uno de estos ensayos, descubre que algo ha cambiado: el planeta ha sido invadido por robots alienígenas. Con la ayuda de Izzy, nieta de su compañera, Lightyear deberá enfrentarse a estos robots para salvar al planeta y tener una oportunidad para volver a casa.
La de “Lightyear” es una trama que, a pesar de tocar temáticas interesantes sobre el paso del tiempo y la culpa, a ratos se siente muy complicada, ya que pasa mucho antes de que la trama principal siquiera comience. Esto hace que los tópicos que la película tratará a lo largo de su conflicto principal queden un tanto sobreexplicadas durante la primera media hora, lo que genera una desconexión entre lo que los personajes experimentan versus lo que los espectadores entendemos. Cuando Buzz se da cuenta de qué es lo que debe aprender para resolver el conflicto, es algo que se ve venir desde el principio de la historia.
Si bien, esto puede hacer que la película se sienta algo predecible desde un punto de vista temático, desde una perspectiva narrativa funciona bastante bien como cinta de acción y aventura. El universo que construye es visualmente rico y bastante especial, y se beneficia de diversas ideas sobre física cuántica que han sido exploradas en gran cantidad por películas de ciencia ficción, particularmente desde el aspecto de viajes en el tiempo.
Es interesante además que, a diferencia de muchos otros productos de nostalgia actuales, “Lightyear” se ve obligada a construir un universo completamente nuevo, puesto que las referencias que existen en las películas de “Toy Story” son sumamente vagas y genéricas, y es un desafío que el equipo tras esta película logra cumplir de forma satisfactoria. Buzz Lightyear, como personaje, es complejo e interesante, alejándose lo suficiente del juguete de sus películas madre para sostenerse como protagonista, pero logrando mantener suficientes elementos para sentirse familiar. Después de todo, el juguete supuestamente está basado en este personaje.
Por cierto, es difícil alejarse de las películas de “Toy Story”, no sólo porque “Lightyear” sea supuestamente el origen del juguete, sino porque está llena de referencias a la saga. La sombra de la tetralogía lo toca todo, tanto así, que a ratos pareciera que esta película es más una historia fan-made sobre el juguete que el verdadero origen del personaje. Y esto se debe a que no se siente como un producto de la época que supuestamente existe junto a los juguetes en el universo de “Toy Story”, sino que, en muchos sentidos, se percibe supeditada a los juguetes, tanto en sus referencias como en, incluso, un giro cerca del final de la historia.
Lo que queda es una sensación algo agridulce, ya que, cuando se concentra en ser sólo una película de aventuras, “Lightyear” funciona bastante bien, con un universo interesante, personajes coloridos y tensas secuencias de acción, incluso si no llega a los niveles de profundidad temática y madurez emocional de otras películas de Pixar. Lo anterior hace que se sienta como una oportunidad perdida porque como referencia a “Toy Story” no funciona tan bien como parecían ser sus intenciones, pero cuando se aleja de ella la historia marcha mucho mejor y queda la sensación de que hubiera sido aún mejor sin ninguna referencia, sólo existiendo por sí misma.
Título Original: Lightyear
Director: Angus MacLane
Duración: 100 minutos
Año: 2022
Reparto: (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba, Mary McDonald-Lewis, Isiah Whitlock Jr., Angus MacLane, Bill Hader