La figura enigmática del Guasón lo ha hecho convertirse en uno de los villanos más reconocido del universo de DC Comics y de sus adaptaciones cinematográficas. El misterio detrás de su origen y su construcción maleable, han hecho que su representación siempre este acompañada de cierta expectación. En base a esto, una historia sobre su origen podría ser discutible dependiendo del punto de vista desde donde esta sea contada. El estreno de “Guasón”, dirigida por Todd Phillips, no ha estado exenta de controversias desde su pre-producción hasta las dudas frente a la reacción del público en su estreno.
Basada en el personaje de DC Comics, “Guasón” se centra en Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), quien sueña con hacer reír en una carrera como comediante, pero que ha sido ignorado por la sociedad. Sin embargo, una cadena de eventos lo hará encontrarse con su lado más oscuro y ver la vida desde otra perspectiva.
Desde el inicio, el foco de la cinta se encuentra en la figura de Arthur, centrándose en el recorrido que este realiza hasta estallar en la versión más oscura de sí mismo. De esta forma, una construcción narrativa como estudio de personaje es lo que envuelve un relato que va adhiriendo los hechos que incitan una inevitable y ambigua transformación. Fleck es representado como un personaje despojado de oportunidades y que va quedando desamparado por el sistema, vive con un trastorno mental, el que se manifiesta en una incontrolable risa que se activa cuando está sometido a presión, síntoma que es sólo la punta del iceberg y que se muestra para esconder un complejo y sombrío mapa mental, uno que se va descubriendo a medida que Arthur interactúa con el resto de los miembros de la sociedad y cómo sus pensamientos se cuelan en incómodas interacciones y, al mismo tiempo, fantasías donde el protagonista alcanza el éxito que él piensa que se le ha sido negado.
En ese sentido, la primera parte de la película establece como objetivo la empatía que la audiencia podría sentir por un hombre que, desvalido, lucha por sobrevivir en un lugar que se torna más cruel. Sin embargo, la escalada de hechos que empujan a Arthur a tomar decisiones cuestionables no alcanza a defender a un personaje que rápidamente inicia un camino en descenso y que lo despojará de cualquier ventaja para justificar sus acciones. Y siendo ese cruce entre la lucidez y el desequilibrio de Arthur el momento crucial donde se inicia una lucha entre la empatía y el reproche, pues esta transformación no busca que se avale o acepte sin cuestionamientos, más bien es en su segundo acto donde el villano aparece y, con él, lo problemático que podría significar contar la historia desde ese lado, abandonando el balance con el bien –característica actual de las películas de superhéroes– y otorgando la oportunidad de entender el nacimiento de una fuerza antagónica.
Entendiendo la construcción maleable del Guasón como personaje, Joaquin Phoenix logra dar con una interpretación coherente con la versión que se escogió profundizar y agregar capas a un personaje ya de por sí complejo desde su gestación. El trabajo de Phoenix es la mayor fortaleza de la cinta y, consciente de ello, Todd Phillips lo utiliza a su favor, otorgándole momentos donde el delirio, sufrimiento y la demencia se apoderan del actor para representar con destreza al perturbado personaje.
Considerando el trabajo de Phillips en la comedia, la duda podría existir al representar un mundo y personaje demasiado oscuro, pero lo cierto es que logra acertar en una dirección que, aunque contenida, pretende profundizar en la opacidad y decadencia del mundo ficticio donde habita el protagonista. Sin embargo, la cinta empieza a tambalear cuando entra en ambigüedades frente al discurso que quiere establecer; sin entrar en evidentes ribetes políticos, el guion se entrampa en justificar a su protagonista y la conexión que existe con el contexto social ocurriendo en Ciudad Gótica, perdiendo el foco inicial y dejando un sabor agridulce frente a un final que parece forzado y sin dar un cierre apropiado a una historia que parecía tener un mayor potencial de ser explotada.
El estreno de “Guasón” se ha visto envuelto en una controversia frente a la violencia representada en pantalla, pero lo cierto es que aquellas secuencias se encuentran en un contexto donde no perece gratuito y la invitación está hecha justamente para discutir sobre problemáticas sociales en el contexto de una película con personajes basados en comics. La clara influencia del trabajo inicial de Martin Scorsese, particularmente alimentándose de “Taxi Driver” (1976) y “The King Of Comedy” (1982), hace de “Guasón” una propuesta sugerente y que podría a dividir la audiencia en su veredicto.
Título Original: Joker
Director: Todd Phillips
Duración: 122 minutos
Año: 2019
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen, Dante Pereira-Olson, Douglas Hodge, Jolie Chan, Bryan Callen, Shea Whigham, Brian Tyree Henry, Mary Kate Malat
“Lightyear” inicia con un pequeño título que dice que, en los años noventa, Andy, el personaje de la serie de “Toy Story”, recibió un juguete de su película favorita, y esta es esa película. Lo anterior podría llevar a imaginar que la cinta en cuestión tendría una estética noventera o tomaría elementos de películas de aventura de la época, de la misma manera que, por ejemplo, la serie “Stranger Things” se apoya en la estética y el estilo del terror de esa época, apropiándose de la narrativa y el estilo de esa década. Sin embargo, acá las referencias a la época comienzan y terminan con ese título inicial, y la obra rápidamente se transforma en otra simple película de aventura. Esto no es necesariamente malo, “Lightyear” es una película completamente funcional, entretenida y que, aunque a ratos se puede volver predecible, logra sorprender con algunos giros, pero esto genera que ese título inicial pierda sentido, y pone en cuestionamiento la razón de ser de esta película.
La historia comienza cuando, luego de quedar varados en un planeta hostil, Buzz Lightyear junto a su compañera Alisha hacen lo posible por llevar a la tripulación de vuelta a casa. Con la ayuda de científicos logran desarrollar un combustible experimental que podría salvarlos, pero durante los experimentos descubren que Buzz Lightyear, piloteando la nave de prueba, experimenta el tiempo de manera diferente: lo que en esa nave son minutos, en la superficie del planeta son años. Sin embargo, Buzz es incapaz de rendirse, y lo sigue intentando durante años y años, durante los cuales sus amigos y colegas envejecen mientras él se mantiene de la misma edad. Todo cambia cuando, al volver de uno de estos ensayos, descubre que algo ha cambiado: el planeta ha sido invadido por robots alienígenas. Con la ayuda de Izzy, nieta de su compañera, Lightyear deberá enfrentarse a estos robots para salvar al planeta y tener una oportunidad para volver a casa.
La de “Lightyear” es una trama que, a pesar de tocar temáticas interesantes sobre el paso del tiempo y la culpa, a ratos se siente muy complicada, ya que pasa mucho antes de que la trama principal siquiera comience. Esto hace que los tópicos que la película tratará a lo largo de su conflicto principal queden un tanto sobreexplicadas durante la primera media hora, lo que genera una desconexión entre lo que los personajes experimentan versus lo que los espectadores entendemos. Cuando Buzz se da cuenta de qué es lo que debe aprender para resolver el conflicto, es algo que se ve venir desde el principio de la historia.
Si bien, esto puede hacer que la película se sienta algo predecible desde un punto de vista temático, desde una perspectiva narrativa funciona bastante bien como cinta de acción y aventura. El universo que construye es visualmente rico y bastante especial, y se beneficia de diversas ideas sobre física cuántica que han sido exploradas en gran cantidad por películas de ciencia ficción, particularmente desde el aspecto de viajes en el tiempo.
Es interesante además que, a diferencia de muchos otros productos de nostalgia actuales, “Lightyear” se ve obligada a construir un universo completamente nuevo, puesto que las referencias que existen en las películas de “Toy Story” son sumamente vagas y genéricas, y es un desafío que el equipo tras esta película logra cumplir de forma satisfactoria. Buzz Lightyear, como personaje, es complejo e interesante, alejándose lo suficiente del juguete de sus películas madre para sostenerse como protagonista, pero logrando mantener suficientes elementos para sentirse familiar. Después de todo, el juguete supuestamente está basado en este personaje.
Por cierto, es difícil alejarse de las películas de “Toy Story”, no sólo porque “Lightyear” sea supuestamente el origen del juguete, sino porque está llena de referencias a la saga. La sombra de la tetralogía lo toca todo, tanto así, que a ratos pareciera que esta película es más una historia fan-made sobre el juguete que el verdadero origen del personaje. Y esto se debe a que no se siente como un producto de la época que supuestamente existe junto a los juguetes en el universo de “Toy Story”, sino que, en muchos sentidos, se percibe supeditada a los juguetes, tanto en sus referencias como en, incluso, un giro cerca del final de la historia.
Lo que queda es una sensación algo agridulce, ya que, cuando se concentra en ser sólo una película de aventuras, “Lightyear” funciona bastante bien, con un universo interesante, personajes coloridos y tensas secuencias de acción, incluso si no llega a los niveles de profundidad temática y madurez emocional de otras películas de Pixar. Lo anterior hace que se sienta como una oportunidad perdida porque como referencia a “Toy Story” no funciona tan bien como parecían ser sus intenciones, pero cuando se aleja de ella la historia marcha mucho mejor y queda la sensación de que hubiera sido aún mejor sin ninguna referencia, sólo existiendo por sí misma.
Título Original: Lightyear
Director: Angus MacLane
Duración: 100 minutos
Año: 2022
Reparto: (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba, Mary McDonald-Lewis, Isiah Whitlock Jr., Angus MacLane, Bill Hader