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El Rey León
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4 años agoon
“The Lion King” de 1994 es sin duda una de las películas de Disney más veneradas y queridas de todos los tiempos. Y se nota que Jon Favreau siente este mismo respeto y cariño por ella, ya que esta nueva versión incluye mucha de la imaginería de la película original, además de enaltecer y volver incluso más épicos varios momentos. Sin embargo, es el mismo cariño y respeto por la película noventera lo que impide que este remake logre sostenerse por sí mismo, veinticinco años después, y hace que se sienta anticuado.
La historia está ambientada en una versión idealizada de la sabana africana, donde el rey león Mufasa (James Earl Jones) intenta mantener el equilibrio natural de la cadena alimenticia, el Círculo de la Vida. Cuando nace su hijo Simba (Donald Glover) y se transforma en el próximo heredero al trono, Scar (Chiwetel Ejiofor), hermano del rey, decide asesinar a Mufasa para quedarse con el trono. Simba se ve obligado a escapar siendo un cachorro, y Scar se transforma en un rey déspota y despiadado. El príncipe deberá, entonces, reencontrarse con su identidad para volver a su hogar a restaurar el balance.
La historia es simple y fácil de entender, pero sus personajes y temáticas son tratadas de forma cuestionable veinticinco años después de la película original. Mientras que durante los últimos diez años muchas películas infantiles han volcado sus valores y temáticas hacia la acogida de lo diferente y la empatía por los demás, como “Ratatouille” (2007) o “Paddington” (2014), y la aceptación de uno mismo tal cual es, como en “Frozen” (2013), “El Rey León” tiende casi a ideas opuestas.
Durante gran parte de la película se idealizan la fuerza física y la valentía, igualándolas con justicia y virtud en Simba y particularmente Mufasa, mientras que la debilidad física se iguala con el engaño y maldad, a través de las figuras de Scar y las hienas. Se subentiende que estos personajes, al ser inherentemente inferiores, deben recurrir a trampas y engaños para ser capaces de vencer. Estas ideas no sólo se sienten anticuadas, sino que además generan personajes unidimensionales, cuya única característica reside en qué extremo de ese espectro residen.
Por otro lado, una de las principales temáticas de la película es el concepto de identidad, que es explorado a través del viaje de Simba. Sin embargo, su arco es tratado de forma menos que óptima, ya que su evolución se da por procesos internos, sino que a través de estímulos externos. No es él quien se encuentra a sí mismo, sino que son otros los que le dicen quién debe ser y qué debe hacer para transformarse en ello. Esto hace que su cambio se sienta vacío, y por otro lado entrega ideas problemáticas sobre la relación entre identidad y deber, ya que nunca le es dada a Simba la elección de qué hacer y quién ser. Estas dos ideas, el deber ser por sobre el querer ser y la virtud en la fuerza física, no han envejecido bien y se sienten anticuadas, y hacen que narrativamente la película se sienta de igual manera.
Visualmente la cinta funciona bastante bien. Los modelos 3D se sienten realistas y la imaginería tiene un gran poder visual. Tal como Favreau quiso, se siente tan épico como un documental de naturaleza de la BBC, sin embargo, es el mismo realismo en los modelos de los personajes lo que afecta negativamente a la hora de generar conexión emocional con la audiencia, ya que los animales resultan poco expresivos. Esto es algo que se nota particularmente en escenas de alto nivel emocional, como la muerte de un personaje, ya que las reacciones de los demás no alcanzan a estar a la altura debido a su falta de expresión. Además, esto se ve mezclado con una mala elección de casting vocal, particularmente en el caso de Simba en su adultez. Donald Glover puede funcionar muy bien frente a cámara, pero su voz suena plana y poco expresiva. Esto, mezclado con la falta de emoción en el rostro de Simba, hace que la audiencia se aleje incluso más del protagonista y su evolución como personaje.
Finalmente, más allá sus debilidades técnicas y de dirección, “El Rey León” falla principalmente por no atreverse a desafiar los conceptos narrativos y temáticos de la película original. Sus ideas, valores, beats narrativos y personajes se sienten aún como un producto de su tiempo, y no han envejecido bien. A la hora de retomar películas universalmente queridas y veneradas, es importante alejarse un poco y mirar detenidamente qué ideas se mantienen vigentes y cuáles no, y que ese respeto y cariño se refleje al evolucionar la historia para mantenerla actualizada.
Este remake se apoya demasiado en la nostalgia y el cariño que se le tiene a la película original, y toma el camino fácil apelando al recuerdo que el público tiene de ella. Lamentablemente, es difícil que el público actual recuerde esta película en veinticinco años más con el mismo cariño con que las generaciones anteriores lo hacen con la película original.
Título Original: The Lion King
Director: Jon Favreau
Duración: 118 minutos
Año: 2019
Reparto: (Voces) Keegan-Michael Key, Donald Glover, Seth Rogen, Chiwetel Ejiofor, James Earl Jones, John Kani, Billy Eichner, Alfre Woodard, Florence Kasumba, Beyoncé
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“Lightyear” inicia con un pequeño título que dice que, en los años noventa, Andy, el personaje de la serie de “Toy Story”, recibió un juguete de su película favorita, y esta es esa película. Lo anterior podría llevar a imaginar que la cinta en cuestión tendría una estética noventera o tomaría elementos de películas de aventura de la época, de la misma manera que, por ejemplo, la serie “Stranger Things” se apoya en la estética y el estilo del terror de esa época, apropiándose de la narrativa y el estilo de esa década. Sin embargo, acá las referencias a la época comienzan y terminan con ese título inicial, y la obra rápidamente se transforma en otra simple película de aventura. Esto no es necesariamente malo, “Lightyear” es una película completamente funcional, entretenida y que, aunque a ratos se puede volver predecible, logra sorprender con algunos giros, pero esto genera que ese título inicial pierda sentido, y pone en cuestionamiento la razón de ser de esta película.
La historia comienza cuando, luego de quedar varados en un planeta hostil, Buzz Lightyear junto a su compañera Alisha hacen lo posible por llevar a la tripulación de vuelta a casa. Con la ayuda de científicos logran desarrollar un combustible experimental que podría salvarlos, pero durante los experimentos descubren que Buzz Lightyear, piloteando la nave de prueba, experimenta el tiempo de manera diferente: lo que en esa nave son minutos, en la superficie del planeta son años. Sin embargo, Buzz es incapaz de rendirse, y lo sigue intentando durante años y años, durante los cuales sus amigos y colegas envejecen mientras él se mantiene de la misma edad. Todo cambia cuando, al volver de uno de estos ensayos, descubre que algo ha cambiado: el planeta ha sido invadido por robots alienígenas. Con la ayuda de Izzy, nieta de su compañera, Lightyear deberá enfrentarse a estos robots para salvar al planeta y tener una oportunidad para volver a casa.
La de “Lightyear” es una trama que, a pesar de tocar temáticas interesantes sobre el paso del tiempo y la culpa, a ratos se siente muy complicada, ya que pasa mucho antes de que la trama principal siquiera comience. Esto hace que los tópicos que la película tratará a lo largo de su conflicto principal queden un tanto sobreexplicadas durante la primera media hora, lo que genera una desconexión entre lo que los personajes experimentan versus lo que los espectadores entendemos. Cuando Buzz se da cuenta de qué es lo que debe aprender para resolver el conflicto, es algo que se ve venir desde el principio de la historia.
Si bien, esto puede hacer que la película se sienta algo predecible desde un punto de vista temático, desde una perspectiva narrativa funciona bastante bien como cinta de acción y aventura. El universo que construye es visualmente rico y bastante especial, y se beneficia de diversas ideas sobre física cuántica que han sido exploradas en gran cantidad por películas de ciencia ficción, particularmente desde el aspecto de viajes en el tiempo.
Es interesante además que, a diferencia de muchos otros productos de nostalgia actuales, “Lightyear” se ve obligada a construir un universo completamente nuevo, puesto que las referencias que existen en las películas de “Toy Story” son sumamente vagas y genéricas, y es un desafío que el equipo tras esta película logra cumplir de forma satisfactoria. Buzz Lightyear, como personaje, es complejo e interesante, alejándose lo suficiente del juguete de sus películas madre para sostenerse como protagonista, pero logrando mantener suficientes elementos para sentirse familiar. Después de todo, el juguete supuestamente está basado en este personaje.
Por cierto, es difícil alejarse de las películas de “Toy Story”, no sólo porque “Lightyear” sea supuestamente el origen del juguete, sino porque está llena de referencias a la saga. La sombra de la tetralogía lo toca todo, tanto así, que a ratos pareciera que esta película es más una historia fan-made sobre el juguete que el verdadero origen del personaje. Y esto se debe a que no se siente como un producto de la época que supuestamente existe junto a los juguetes en el universo de “Toy Story”, sino que, en muchos sentidos, se percibe supeditada a los juguetes, tanto en sus referencias como en, incluso, un giro cerca del final de la historia.
Lo que queda es una sensación algo agridulce, ya que, cuando se concentra en ser sólo una película de aventuras, “Lightyear” funciona bastante bien, con un universo interesante, personajes coloridos y tensas secuencias de acción, incluso si no llega a los niveles de profundidad temática y madurez emocional de otras películas de Pixar. Lo anterior hace que se sienta como una oportunidad perdida porque como referencia a “Toy Story” no funciona tan bien como parecían ser sus intenciones, pero cuando se aleja de ella la historia marcha mucho mejor y queda la sensación de que hubiera sido aún mejor sin ninguna referencia, sólo existiendo por sí misma.
Director: Angus MacLane
Duración: 100 minutos
Año: 2022
Reparto: (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba, Mary McDonald-Lewis, Isiah Whitlock Jr., Angus MacLane, Bill Hader
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