La combinación de hechos reales y ficción, para así representar historias de relevancia mediática, podría reforzar una reflexión sobre el trasfondo de ciertos eventos; más aún, cuando existen permanentes discusiones sobre temas controversiales y que están forjando nuevas miradas en la sociedad contemporánea. En este contexto, existen ciertas producciones cinematográficas que toman este medio para adentrarse y otorgar una voz a sus protagonistas.
En 2016 se destapó uno de los más grandes secretos de la televisión estadounidense, cuando la ex conductora de Fox News, Gretchen Carlson, acusó y demandó a Roger Ailes, fundador y ex director del canal, de acoso sexual. El revuelo de la denuncia provocó un remesón en la cadena y ayudó a que muchas trabajadoras tomaran la decisión de denunciar a Ailes por el mismo comportamiento hacia ellas, incluida Megyn Kelly, conductora e importante figura del canal en ese entonces.
Dirigida por Jay Roach, “El Escándalo” se centra en cómo Gretchen Carlson (Nicole Kidman) interpone la demanda por acoso sexual en contra de Roger Ailes (John Lithgow) y las consecuencias de este hecho en el canal. Esta denuncia empujará a otras mujeres a alzar la voz, entre ellas Kayla Pospisil (Margot Robbie), una nueva conductora en ascenso, y a la figura más importante de Fox News, Megyn Kelly (Charlize Theron).
Al estar inspirada por hechos reales, el guion, a cargo de Charles Randolph, transita el terreno de la ficción, pero, al mismo tiempo, no deja a un lado la realidad y, casi como si fuera un documental, expone los hechos alrededor de una difusa veracidad. Esta idea permea la estructura de la cinta, fragmentando su hilo conductor e incorporando elementos que apoyen una mirada cómplice por parte del espectador. En ese sentido, la inclusión de voz en off, insertos visuales, romper la cuarta pared y movimientos de cámara simulando un falso documental, son parte de la sustancia que pretende dar autenticidad y punto de vista al relato, recordando el trabajo de Adam Mckay en “The Big Short” (2015) y “Vice” (2018).
Además, la cinta no tan sólo toma el punto de vista de quienes decidieron demandar y denunciar a Ailes, sino también agrega una tercera perspectiva para ahondar en la reiterada conducta sexual del ex director hacia las trabajadoras del canal. Por un lado, seguimos la mirada de Megyn Kelly, quien en ese momento era una de las figuras más importantes del canal, destacada por emplazar a Donald Trump cuando estaba en plena carrera presidencial. Kelly es puesta como el punto de fragmentación entre sus intereses profesionales y su postura individual cuando se enfrenta al destape iniciado por su ex compañera de canal, en ella se manifiesta el conflicto más profundo entre callar o sumarse a la denuncia, dicha disputa es llevada con gran habilidad a través de la interpretación de Theron, quien logra un extraordinario acercamiento a la figura real de Kelly.
Por otra parte, la representación de Gretchen Carlson es el disparador del gran escándalo y, aunque su presencia es primordial en la progresión de los hechos que terminaron en la denuncia en contra de Ailes, la construcción de su personaje queda incompleta al momento de profundizar en la manera en que escaló el gran destape. Por el contrario, la inclusión de un personaje ficticio en este conflicto permite una entrada hacia lo más oscuro que ocurría en el canal en ese entonces, donde se observa la conducta de George Ailes hacia las mujeres que trabajaban con él, pero también una sutil critica en contra de la industria televisiva y cómo la articulación del poder se interpone para obstaculizar el desarrollo profesional. El personaje interpretado por Margot Robbie resulta ser el más complejo de las tres, otorgando una mirada hacia su vida personal y cómo sus valores, postura política y religiosa chocan y se enfrentan a la situación en la que se ve envuelta.
“El Escándalo” intenta exponer con cierto grado de autenticidad los hechos ocurridos hace cuatro años y, a pesar de sus diferentes miradas, le resulta difícil comprometerse con un punto de vista en particular, por lo que pareciera incompleta en su propuesta. Su mayor fortaleza recae en la actuación de sus protagonistas y el trabajo de maquillaje y caracterización, el que acerca la ficción a su inspiración en la vida real, resultando en una película que sólo limita su relato a una representación superficial y parcial de la acusación que involucraba a grandes figuras de la industria televisiva.
Título Original: Bombshell
Director: Jay Roach
Duración: 109 minutos
Año: 2019
Reparto: Nicole Kidman, Charlize Theron, Margot Robbie, John Lithgow, Allison Janney, Kate McKinnon, Malcolm McDowell, Mark Duplass, Alice Eve, Connie Britton, Alanna Ubach
“Lightyear” inicia con un pequeño título que dice que, en los años noventa, Andy, el personaje de la serie de “Toy Story”, recibió un juguete de su película favorita, y esta es esa película. Lo anterior podría llevar a imaginar que la cinta en cuestión tendría una estética noventera o tomaría elementos de películas de aventura de la época, de la misma manera que, por ejemplo, la serie “Stranger Things” se apoya en la estética y el estilo del terror de esa época, apropiándose de la narrativa y el estilo de esa década. Sin embargo, acá las referencias a la época comienzan y terminan con ese título inicial, y la obra rápidamente se transforma en otra simple película de aventura. Esto no es necesariamente malo, “Lightyear” es una película completamente funcional, entretenida y que, aunque a ratos se puede volver predecible, logra sorprender con algunos giros, pero esto genera que ese título inicial pierda sentido, y pone en cuestionamiento la razón de ser de esta película.
La historia comienza cuando, luego de quedar varados en un planeta hostil, Buzz Lightyear junto a su compañera Alisha hacen lo posible por llevar a la tripulación de vuelta a casa. Con la ayuda de científicos logran desarrollar un combustible experimental que podría salvarlos, pero durante los experimentos descubren que Buzz Lightyear, piloteando la nave de prueba, experimenta el tiempo de manera diferente: lo que en esa nave son minutos, en la superficie del planeta son años. Sin embargo, Buzz es incapaz de rendirse, y lo sigue intentando durante años y años, durante los cuales sus amigos y colegas envejecen mientras él se mantiene de la misma edad. Todo cambia cuando, al volver de uno de estos ensayos, descubre que algo ha cambiado: el planeta ha sido invadido por robots alienígenas. Con la ayuda de Izzy, nieta de su compañera, Lightyear deberá enfrentarse a estos robots para salvar al planeta y tener una oportunidad para volver a casa.
La de “Lightyear” es una trama que, a pesar de tocar temáticas interesantes sobre el paso del tiempo y la culpa, a ratos se siente muy complicada, ya que pasa mucho antes de que la trama principal siquiera comience. Esto hace que los tópicos que la película tratará a lo largo de su conflicto principal queden un tanto sobreexplicadas durante la primera media hora, lo que genera una desconexión entre lo que los personajes experimentan versus lo que los espectadores entendemos. Cuando Buzz se da cuenta de qué es lo que debe aprender para resolver el conflicto, es algo que se ve venir desde el principio de la historia.
Si bien, esto puede hacer que la película se sienta algo predecible desde un punto de vista temático, desde una perspectiva narrativa funciona bastante bien como cinta de acción y aventura. El universo que construye es visualmente rico y bastante especial, y se beneficia de diversas ideas sobre física cuántica que han sido exploradas en gran cantidad por películas de ciencia ficción, particularmente desde el aspecto de viajes en el tiempo.
Es interesante además que, a diferencia de muchos otros productos de nostalgia actuales, “Lightyear” se ve obligada a construir un universo completamente nuevo, puesto que las referencias que existen en las películas de “Toy Story” son sumamente vagas y genéricas, y es un desafío que el equipo tras esta película logra cumplir de forma satisfactoria. Buzz Lightyear, como personaje, es complejo e interesante, alejándose lo suficiente del juguete de sus películas madre para sostenerse como protagonista, pero logrando mantener suficientes elementos para sentirse familiar. Después de todo, el juguete supuestamente está basado en este personaje.
Por cierto, es difícil alejarse de las películas de “Toy Story”, no sólo porque “Lightyear” sea supuestamente el origen del juguete, sino porque está llena de referencias a la saga. La sombra de la tetralogía lo toca todo, tanto así, que a ratos pareciera que esta película es más una historia fan-made sobre el juguete que el verdadero origen del personaje. Y esto se debe a que no se siente como un producto de la época que supuestamente existe junto a los juguetes en el universo de “Toy Story”, sino que, en muchos sentidos, se percibe supeditada a los juguetes, tanto en sus referencias como en, incluso, un giro cerca del final de la historia.
Lo que queda es una sensación algo agridulce, ya que, cuando se concentra en ser sólo una película de aventuras, “Lightyear” funciona bastante bien, con un universo interesante, personajes coloridos y tensas secuencias de acción, incluso si no llega a los niveles de profundidad temática y madurez emocional de otras películas de Pixar. Lo anterior hace que se sienta como una oportunidad perdida porque como referencia a “Toy Story” no funciona tan bien como parecían ser sus intenciones, pero cuando se aleja de ella la historia marcha mucho mejor y queda la sensación de que hubiera sido aún mejor sin ninguna referencia, sólo existiendo por sí misma.
Título Original: Lightyear
Director: Angus MacLane
Duración: 100 minutos
Año: 2022
Reparto: (voces) Chris Evans, Keke Palmer, Peter Sohn, Taika Waititi, Dale Soules, James Brolin, Uzo Aduba, Mary McDonald-Lewis, Isiah Whitlock Jr., Angus MacLane, Bill Hader