No como un remake de la película de Brian de Palma de 1976, sino que como una nueva adaptación de la novela de Stephen King. De esta astuta manera ha sido presentada al mundo la tercera cinta de Kimberly Peirce, con una maniobra cada vez más usual en la industria: escapar de la etiqueta de remake que apunta ha repetido, fome, ya visto. Ambigüedades aparte, lo concreto es que es un filme que por sobre todo limita su riesgo al mínimo, manteniéndose demasiado respetuoso del material que tiene a disposición.
La historia ya es conocida. Carrie (Chloë Grace Moretz) es una tímida estudiante que debe soportar el continuo desprecio de sus compañeros, en un maltrato que llega a transformarse en calvario luego de un incidente en las duchas del colegio. No suficiente con eso, debe lidiar con su madre (Juliane Moore), una desquiciada fanática religiosa que la asfixia. La joven descubre sus poderes telequinéticos, los que le darán la posibilidad de desquitarse con este mundo que la oprime.
La audacia siempre se agradece en este oficio, pero se transforma en un insumo especialmente necesario en actualizaciones cinematográficas. Como ya se adelantó, intentar hallar eso acá es una tarea estéril. Lo que prima en el nuevo acercamiento al personaje de Carrie es desmedida corrección, por lo que los cambios que introduce con respecto a ambas obras –película anterior y libro- son exiguos. Una de las escasas modificaciones que luce es la aplicación de la tecnología, e incluso acá se pisa la cola, ya que si hace uso de un video para incrementar tensión a la trama, llegado el momento, un celular es inútil para alertar a alguien.
Donde sí mejora es en otorgarle mayor consistencia a la idea de que si bien la relación madre-hija es enfermiza, la joven no tiene a quién más recurrir en este mundo. Sin poner mucho en juego tampoco, ese flanco está fortalecido. Aunque por otro lado adolece de una mejor definición de la idea de Carrie como niña maltratada, en parte porque el dibujo del mundo escolar es escuálido, y en parte porque Chloë Grace Moretz no se apodera con convicción del rol.
No ayuda mucho a lavarle el rostro a esta cinta el hecho de que lo que predomina es un discreto trabajo de su elenco, encabezado por una Grace Moretz que jamás parece completamente cómoda, y que al final no consigue envolver y resultar creíble como la chica acosada. Ni hablar de aproximarse a la portentosa actuación de Sissy Spacek, que hacía suya una desgarradora evolución dramática. Juliane Moore, a su vez, demuestra su experiencia y da en el clavo, pero aun así debe ser una de las actuaciones más deslavadas de su carrera.
A fin de cuentas, esta “Carrie” luce como un producto de segunda línea. Los estereotipos empleados, las situaciones claves poco trabajadas, la escasa hondura, el cúmulo de secundarios mediocres, la dirección poco prolija, todo apunta hacia allá. Lo que termina escapando de esta etiqueta son los decentes efectos visuales y la presencia de dos actrices de peso, que no digamos que le otorgan un sello muy distinguido. Dicho todo esto, tampoco debe pensarse que sea un trabajo para mirar en menos. Llegado a cierto punto, la película adquiere vigor, brío y atmósfera, en un importante salto de calidad con respecto a lo que antecede a este quiebre. Lo lamentable es que esto sucede tan cerca del final que deja con la sensación de gusto a poco.
La razón de existir de esta apuesta queda al borde del acantilado dada la mínima suma de elementos de peso a la propuesta, quedándose en sólo aprovechar algunas posibilidades proporcionadas por los nuevos tiempos. No es que sea un producto que desentone o se extravíe en el andar, como sí suele suceder en estos segundos intentos que abundan en Hollywood, pero exaspera que siga tan al pie de la letra el molde. Si bien contaba con los medios para ser algo más, se queda en la comodidad otorgada por la falta de osadía. El motivo de aquello parece ser que nadie está muy interesado en dar lo mejor de sí. El piloto está accionado para que todo funcione a un nivel mediocre. Y en definitiva, lo que prevalece es una mirada que no parece entender a plenitud el drama que encapsula su historia.
Únete a la familia global de Metallica el jueves 13 de abril para una Listening Party mundial. Podrás disfrutar en primicia del nuevo álbum de la banda, “72 Seasons”, un día antes de su lanzamiento oficial. En la gran pantalla y con un demoledor sonido envolvente, este evento especial tendrá lugar en los cines en exclusiva y por una única noche.
Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.
Onomzio
27-Nov-2013 at 11:18 pm
Qué nota le pone?