Para que la secuela de una película supere a la original, debe pasar uno de estos dos casos: que la primera haya dejado una triste vara baja, o que la segunda haga un trabajo excepcionalmente notable. Noticias agridulces para el director y guionista James DeMonaco entonces, porque aunque las desafortunadas decisiones de la apuesta inicial catalogan la situación en la opción uno, esto también significa que la continuación está bastante más lograda. Esto tampoco es un tremendo halago, ya que “The Purge” (2013) fue saboteada por una atrayente premisa que no hizo más que prometer en vez de cumplir. Pero también sería injusto pasar por alto las mejorías de la entrega más reciente.
Ya se ha cumplido el plazo anual desde la última “purga” instaurada por el gobierno de un Estados Unidos que ya casi no conoce ni de cesantía ni de delincuencia. La estrategia consiste en legalizar todo crimen durante doce horas una vez al año, con tal de permitir la catarsis de la población. Es en esta terrorífica fecha que una madre y su hija (Carmen Ejogo y Zoe Soul), un enigmático policía (Frank Grillo) y una pareja en crisis (Kiele Sánchez y Zach Gilford), por azares del destino, deberán agruparse con tal de sobrevivir en una ciudad sedienta de sangre.
Desde el inicio se comprende que la película tomará un rumbo distinto a la primera, enseñando la realidad en las calles durante la previa al acontecimiento en vez de encerrarse en el acomodado condominio del protagonista. Aquello de inmediato constituye una buena señal, porque uno de los aspectos a mejorar era la ausencia del planteamiento de un contexto que despertara la suficiente ansiedad en el espectador para que luego, al arrancar la “purga”, realmente se sintiera el peso de lo que estaba a punto de ocurrir. En esta misma línea se agradece un trabajo de guión más exhaustivo, presentando esta vez un desarrollo que sí logra el objetivo de involucrar y entretener sin lagunas ni momentos muertos que, en una producción de este género, resultan imperdonables. Puntos positivos también para los protagonistas, todos con conflictos creíbles, caracteres identificables, decisiones acordes a la circunstancia y lo más importante: por fortuna no odiosos.
Ahora, si bien es valorable que DeMonaco haya tenido la humildad suficiente para rescatar las críticas que mereció la primera con tal de no tropezar en la misma piedra con la segunda (aunque de nuevo impresiona la buena puntería de los personajes, a pesar de no tener entrenamiento en armas), el interesante concepto original le sigue quedando grande. Un país que, a cambio de un altísimo nivel de empleo y seguridad ciudadana, una vez al año debe dar rienda suelta a cualquier tipo de atrocidad durante medio día, propone una serie de cuestionamientos morales sobre la libertad de acriminarse como quien compra el pan, interrogantes respecto a quienes en realidad se ven beneficiados con la medida, y preguntas que incumben la inherente violencia y morbosidad del ser humano. Estos tópicos la película los toca, y aunque se preocupa de ser crítica, disparando sobre todo contra la desigualdad de condiciones entre ricos y pobres al momento de defenderse durante la purga, el punto de vista no es lo bastante rotundo como para no terminar siendo opacado por el efectismo de las acciones en pantalla.
Cabe mencionar también el sospechoso parecido de ciertos detalles del film con elementos del episodio “White Bear” (2013) de la notable serie inglesa “Black Mirror”. Hay algunos guiños que la recuerdan con fuerza, desde algunas decisiones de arte hasta la construcción del clímax, levantando la curiosidad respecto a qué tan accidental son, o si acaso la producción británica fue efectivamente una inspiración con tal de obtener un resultado de mejor calidad. Cabe detenerse en esto, pues pareciera que no estamos ante la continuación de una cinta, sino ante su nueva versión mejorada. Es como si su creador hubiese estado muy consciente de que la protagonizada por Ethan Hawke no fue más que un ensayo fallido para testear la reacción del público y que, por ende, necesitaba retroceder los pasos, replantearse la historia, reforzarla por todos lados y estrenarla otra vez para ver si finalmente acertaba.
Al final sigue quedando la sensación de que la provocadora idea central no fue más que una excusa astuta para proyectar una hora y media de un decente suspenso plagado de persecución, balazos y sangre con un final relativamente predecible, con tal de triunfar en la taquilla. O al revés: que lo proyectado es la excusa de un realizador que todavía está al debe respecto a su propia premisa. Como sea, la cinta funciona como diversión de domingo por la tarde, manteniendo la atención hasta el último momento –logro que no es gratuito- y no sería sorprendente encontrarse con una tercera y cuarta entrega en un futuro cercano. Sin embargo, sigue clavada la espina de la frustración ante un proyecto que sólo aspiró a aprobar el ramo cuando tenía el material para obtener la mejor calificación del curso.
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Funciones:
Mallplaza Calama: 19:30 hrs.
Mallplaza Antofagasta: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Coquimbo: 19:30 hrs.
Cinépolis Vivo Imperio: 19:00 hrs.
Arauco Maipú: 19:30 hrs.
Cinépolis Plazuela Independencia Puente Alto: 19:00 hrs.
Parque Arauco: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis Mallplaza Egaña: 19:30 y 20:30 hrs.
Cinépolis La Reina: 19:00 y 20:00 hrs.
Plaza Maule Talca: 19:00 hrs.
Cinépolis Vivo Outlet Temuco: 19:00 hrs.
Cinépolis Paseo Costanera Puerto Montt: 19:30 hrs.
Arauco Chillán: 19:00 hrs.